La resurrección de los embalses cordobeses
A pesar de las lluvias, la situación hídrica en la provincia de Córdoba sigue siendo crítica. No obstante, las precipitaciones de este mes de febrero han evitado, de momento, la catástrofe que se pronosticaba por un inicio del otoño extremadamente seco. Las lluvias han resucitado a la mayor parte de los embalses de la provincia, especialmente los que estaban más secos. Ahora mismo, en toda Córdoba hay más agua que en la misma fecha del año pasado. Y no hay ningún embalse por debajo del 10% de su capacidad.
Córdoba es la provincia de Andalucía con más capacidad para retener agua en sus embalses. En total, en las presas cordobesas hay sitio para almacenar 3.320 hectómetros cúbicos de agua. La provincia arrancó el año hidrológico, en octubre, con apenas 470 hectómetros, la reserva más baja desde la terrible sequía de los años noventa. Aunque la situación actual sigue siendo grave, ahora mismo hay unos 700 hectómetros cúbicos de agua. Para hacerse una idea de las dimensiones, una ciudad como Córdoba capital se bebe al año entre 19 y 22 hectómetros cúbicos de agua. La reserva media de la provincia ha superado ya el 21%. El año pasado por estas fechas estaba al 18%. Eso sí, en una situación normal los embalses cordobeses deberían estar al 50%.
Pero de momento parece salvado el match point de la sequía para este verano. A los embalses ha entrado agua suficiente como para que no haya que restringir el agua potable en los municipios de la provincia y también como para liberar una pequeña dotación de regadío con la que evitar que se seque la arboleda de frutales de la Vega del Guadalquivir, la más sensible a la sequía. Si se pierden esos naranjos y limoneros, los agricultores tardarían unos cinco años de media en poder volver a producir. El año pasado ya se liberó una pequeña cantidad de agua precisamente para salvar la arboleda, algo que se logró.
Ningún embalse a menos del 10%
Lo más importante es que en otoño la situación era crítica en tres puntos de la provincia: Sierra Boyera, Vadomojón y Martín Gonzalo. De Sierra Boyera bebe todo el norte de la provincia. De Martín Gonzalo, todo el entorno de Montoro. Vadomojón es un embalse para regadío. Gracias a la lluvia de febrero, estos embalses están ya por encima del 10% de su capacidad, lo que les da cierto margen. En Sierra Boyera se rozan los cuatro hectómetros cúbicos. Es una cantidad insuficiente como para todo un ciclo. Es decir, los 80.000 vecinos del norte de la provincia se beben esa cantidad antes de un año. Pero ofrece margen para potabilizar lo que llegue de La Colada.
En el caso de Martín Gonzalo, las lluvias han sido tan abundantes en Sierra Morena que su reserva ha pasado de 2,2 hectómetros a un total de seis. En su caso, aunque está al 30% de su capacidad, tiene agua suficiente como para abastecer durante un año y medio a toda la comarca del entorno de Montoro. Vadomojón, que se usa solo para regar en la zona del Guadajoz, está a algo más del 10%.
Por otra parte, los dos grandes embalses de Córdoba, Iznájar y La Breña II, están aumentando su reserva. Iznájar roza ya el 20% y La Breña II supera el 15%. El primer embalse aumenta gracias a su enorme cuenca y también a lo que aporta el deshielo de Sierra Nevada. El segundo, a que se aprovecha del bombeo del Guadalquivir.
En cuanto al sistema que abastece a Córdoba capital, se acerca a una situación de normalidad, que se producirá cuando los embalses del Guadalmellato y San Rafael de Navallana ronden el 50%. Navallana está cerca, gracias a las aportaciones que también logra por el bombeo del Guadalquivir. El Guadalmellato supera el 41%, con casi 61 hectómetros cúbicos de agua. Cuando Emacsa ordenó el cierre de las fuentes de Córdoba estaba por debajo de los 45 hectómetros cúbicos de agua, así que se espera que tras una nueva reunión de la Mesa de la Sequía se ordene su reapertura.
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