La primera obra de la Escuela de Teatro Inclusivo llega a escena con vestuario de Palomo Spain
En octubre pasado arrancó el primer curso de la Escuela de Teatro Inclusivo y Accesible 'Gloria Ramos' de Córdoba. Esta iniciativa tan especial persigue ser un espacio para la formación teatral de todo tipo de personas, con todo tipo de capacidades, y hacer, a la vez, obras teatrales también para todo tipo de público, con la accesibilidad universal por bandera. Y ahora, con el final del curso, el elenco ya tiene todo listo para estrenar su primera obra en las tablas del teatro Góngora, el próximo 17 de junio, para la que ha prestado su colaboración altruista el diseñador Palomo Spain con un modelo exclusivo para el vestuario, según han confirmado a Cordópolis desde la organización.
¡Ni China, ni pasas, ni Gabbana! es el título de la obra escrita por Miguel Marchal y dirigida por Laura López que llevarán a escena los alumnos de la escuela, personas sordociegas, sordas, con síndrome de Down, parálisis cerebral leve y otras funcionalidades diversas que han formado parte del elenco de este primer curso en el que la accesibilidad ha sido el modus operandi de la formación que han recibido.
De texto original, ¡Ni China, ni pasas, Ni Gabbana! apuesta por guiar a la sociedad a través de las artes escénicas a un mundo donde todas las personas conviven en igualdad, eliminando barreras mentales y limitantes hacia las personas con diversidad funcional. “Cada persona tiene sus capacidades y queremos potenciarlas y hacerlas visibles, utilizando todos los recursos necesarios para la creación de una cultura accesible. Esta puesta en escena es una propuesta innovadora donde todas las personas podrán disfrutar de la oferta escénica”, exponen las promotoras de la escuela.
Y en esta obra, el público podrá sumergirse en la historia de una cantante en el star system musical, con su séquito de empleadas, un estusiasta club de fans, un periodista, un cámara y un azafato, que son “los personajes que deambulan con el piloto automático vital activado por esta comedia sobre sueños, esperanzas y prisa existencial”.
Elenco e interpretación universal para el público
A estos personajes le dan vida los actores y actrices de la escuela: Mª Salud Cabello, Marta Aloisio, David Rey, Esther de Haro, Sergio Martín, Guadalupe Ruiz, Ana María Carnero, Antonio Moreno, Nadia Rodríguez, Rubén Rodríguez, Manuel Sánchez y Juan Luis Navas, personas sordociegas, sordas, con síndrome de Down, parálisis cerebral leve y otras funcionalidades diversas, que se han formado en artes escénicas durante este curso.
Pero la accesibilidad de la Escuela de Teatro Inclusivo va más allá y dota de accesibilidad al público que vaya a ver la obra al Teatro Góngora. “Nuestro montaje se rige por el compromiso social de ser inclusivos y accesibles, creando por todos y para todos, una oferta cultural sin precedentes”.
Para la puesta en escena de la obra contarán con intérprete en lengua de signos interpretando todo el contenido de la obra teatral para las personas sordas, también habrá un guía intérprete para personas sordociegas, un recorrido touch para que las personas ciegas pueda disfrutar de una guía para generar un concepto mental de donde y con qué recursos transcurre la puesta en escena; y una audiodescripción, de manera que las personas con deficiencia visual no se pierdan ni un solo detalle de los personajes. Además habrá una zona específica para personas con movilidad reducida.
Aprendizaje adaptado
Las artífices de la Escuela de Teatro Inclusivo son Laura López, especialista en formación teatral de personas con diversidad funcional; Cheli Guijarro, experta en lengua de signos y en interpretación para personas sordo-ciegas; y Talía Blanco, creadora de material audiovisual inclusivo. Ellas y sus alumnos componen las piezas del engranaje perfecto para que la formación inclusiva en teatro lo sea realmente, adaptando la enseñanza a las capacidades de cada alumno y aprendiendo todos de esa diversidad.
Cada tarde de jueves durante todo el curso, han trabajado dinámicas de grupo para conocerse mejor al inicio, para pasar después a aprender técnicas de concentración, de expresión corporal, de libertad de movimientos o ahondar en su imaginación. Han aprendido a emplear la voz, a proyectarla, a tomar conciencia de la respiración y todo lo que conlleva para la expresión encima de un escenario. Y todas y cada una de estas actividades, se han adaptado a las capacidades de los alumnos, con un lenguaje sencillo, con lengua de signos o con interpretación para personas ciegas.
Eso incluye, también, que todos hayan adquirido unas nociones de la lengua de signos para poder comunicarse con el compañero que se expresa a través de ella. O que todos tengan muy presente cómo adaptar su actividad a las personas con ceguera. Todas estas prácticas, sobre el proceso de aprendizaje en esta escuela, se verá también reflejado en un documental que se realiza a lo largo del curso y que servirá como herramienta de investigación acerca de cómo trabajar en este ámbito y para la sensibilización y concienciación social acerca de la inclusión real.
Y, como colofón, profesoras y todo el elenco ultiman ya los ensayos para el estreno que les llevará a un escenario profesional, al Teatro Góngora de Córdoba, para llevar a escena todas sus capacidades. Ha sido el mayor reto del curso y la guinda del pastel a estos meses de formación, con la que verán hecho realidad su sueño.
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