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Una plaga de insectos causa multitud de picaduras y lleva a Urgencias a vecinos de Las Quemadillas

Vista general de algunas parcelaciones de Las Quemadillas

Alejandra Luque

2 de junio de 2022 06:01 h

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Es un insecto, se llama ceratopogónidos y está siendo todo un quebradero de cabeza para los vecinos de Las Quemadillas, quienes acusan ya dos semanas de “situación insostenible” ante una plaga que les está ocasionando verdaderas molestias. Los vecinos denuncian multitud de picaduras por todo el cuerpo, imposibilidad de salir de las viviendas cuando cae el sol e, incluso, asistencias hospitalarias.

Según han confirmado desde la empresa municipal Sadeco, la zona de Las Quemadillas se encuentra afectada por esta plaga que, además de causar numerosas molestias a los vecinos, puede provocar otros males en el ganado, además de transmitir enfermedades como la Lengua Azul.

Estos insectos están localizados en zonas de cultivo de cereal en la zona de la campiña del municipio y, desde hace años, causa estragos en las barriadas periféricas. Este díptero, según apuntan desde Sadeco, se reproduce en suelos ricos en materia orgánica o en suelos arenosos húmedos a las orillas del río Guadalquivir, lo que “dificultad enormemente su posible control directo con larvicidas”. Pero los vecinos piden una pronta solución. Solo durante esta semana, Sadeco ha atendido hasta cinco llamadas alertando de estos insectos y señalan que “no se puede fumigar” tampoco en el aire para intentar paliar la plaga.

A este respecto, apuntan que “en el caso del mosquito tigre, sí se lleva a cabo un tratamiento en el agua porque es donde se reproducen. En el caso de este insecto, se reproduce en el aire, lo que complica su erradicación”. El ciclo de reproducción de este díptero es de unos 20 días y se prevé que su proliferación finalice en la segunda quincena de junio. Tras este período, estiman que la incidencia en estas mismas zonas será irrelevante.

Pero hasta que llegue ese momento, los vecinos aseguran que vivir en sus casas se hace insostenible. El atardecer y la noche son los momentos del días en los que apetece salir fuera de las viviendas para intentar aprovechar las bajas de las temperaturas. Sin embargo, desde la asociación de vecinos de Las Quemadas afirman que desde hace dos semanas “es imposible porque estos insectos te comen”. Las estimaciones que manejan desde la organización vecinal es que hay unas 500 parcelas afectadas, aunque las más perjudicadas son las que se encuentran más cercanas al río, debido a la humedad. “Aquí hay muchos niños y una persona con quimioterapia que tiene que estar siempre dentro de su casa”, apunta una vecina.

La actividad de estos insectos se concentra durante las horas en las que baja la temperatura y cuando sube la humedad ambiental. Pican especialmente en exteriores y son atraídos por la luz. Por ello, Sadeco ha facilitado a los vecinos diferentes recomendaciones como no acumular residuos, en especial estiércol muy húmedo, cerca de las casas; evitar el encharcamiento permanente en zonas como consecuencia del riego; en exteriores, evitar la exposición en las horas de mayor actividad y evitar la proliferación de focos de luz que pudieran atraerlos; usar repelentes autorizado en las zonas de la piel expuesta, especialmente en el cuello y arranque del cuero cabelludo y orejas; y, en interior, instalar mosquiteras y uso de repelentes.

No obstante, el diminuto tamaño de estos insectos hace que, incluso, traspasen las mosquiteras, aseguran desde la asociación vecinal, “picando hasta en la cabeza”. Una de las habitantes de esta zona de Córdoba, por otro lado, asegura tener “cerca de 100 picaduras” por todo el cuerpo, además de confirmar que hasta tres personas han tenido que ser atendidas en Urgencias por una proliferación desmesurada de pinchazos.

Tanto Sadeco como los propios vecinos confirman que esta situación se ha vivido otros años, aunque, apuntan sus habitantes, no “tan fuerte” como los episodios que están viviendo durante los últimos días. La empresa municipal recalca que su actuación puede hacerse en determinadas zonas, “como es recogiendo muestras del río e interviniendo en los focos que afectan a las personas”. Los vecinos solicitan “otras soluciones” más allás de las recomendaciones ya que, incluso, han contactado con empresas fumigadoras.

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