De pintadas obscenas a xenófobas: Paco Flores, el limpiador de Sadeco que lleva 30 años borrando grafitis

Aunque la comparecencia ha sido convocada por Isabel Albás, presidenta de Sadeco, el verdadero foco de atención lo ha acaparado Paco Flores, un veterano empleado con más de 30 años en la empresa. Flores se ha erigido como el protagonista en la batalla diaria contra el vandalismo gráfico, ha compartido detalles técnicos, anécdotas y un legado escrito para las futuras generaciones de limpiadores. Su equipo y él han logrado una tasa de éxito del 90% en la eliminación de pintadas. Sin embargo, alcanzar esa efectividad ha exigido un conocimiento profundo de los materiales y las técnicas adecuadas.

El veterano trabajador ha explicado que la pintura en aerosol ha sido la más fácil de eliminar. El verdadero reto lo han planteado los rotuladores indelebles de trazo grueso, cuyas tintas han sido absorbidas por la pared en cuestión. “Lo chupa el mármol”, ha resumido gráficamente Flores. El equipo se ha enfrentado a “todo tipo de pintadas”: desde mensajes políticos, ofensivos, obscenos o xenófobos, hasta algunos dirigidos contra la Iglesia. No obstante, entre tanta suciedad y esfuerzo, también ha habido lugar para el humor. Flores ha recordado una pintada cerca de la comisaría que le ha sacado una sonrisa. “Se dan palizas a domicilio”.

Una lucha incesante y el problema de la reincidencia

A pesar del alto nivel de eficacia, Flores ha confesado que la reincidencia de los grafitis ha sido una de las mayores frustraciones del equipo. Sadeco ha trabajado para mantener el centro de Córdoba limpio y atractivo para los turistas, pero hay barrios donde la batalla ha parecido interminable. “Si la quitas y sabes que te va a durar tres meses...”, ha lamentado, señalando que en algunas zonas las pintadas han reaparecido al día siguiente. Limpiar en esos barrios, por tanto, supone un coste elevado.

Flores también ha hecho una distinción entre vandalismo y arte urbano. Si han encontrado un grafiti autorizado, no lo han eliminado. En ocasiones incluso han consultado con sus superiores antes de borrar obras no autorizadas que, sin embargo, han sido apreciadas por los vecinos. Su crítica más dura ha sido dirigida hacia los “cuatro graciosos” que han pintado encima de grafitis bien hechos, echando a perder el trabajo artístico.

A punto de jubilarse, Paco Flores no quiere que su experiencia se pierda. Por ello, ha redactado un manual sobre la limpieza de pintadas en Córdoba. El documento ha incluido fotografías del antes y después, fichas técnicas de los productos utilizados y descripciones de los materiales más frecuentes. “Está tan claro que cualquier persona, sin tener idea, puede usarlo”, ha afirmado orgulloso.

La respuesta institucional: el nuevo plan de Sadeco

La experiencia de Flores y su equipo ha servido de inspiración para la nueva estrategia de Sadeco, presentada por Isabel Albás. La presidenta ha subrayado que la eliminación de pintadas ha requerido no solo recursos, sino también el compromiso de toda la ciudadanía, ya que, de momento, no se prevén sanciones a los autores.

Albás ha anunciado la creación de un equipo fijo especializado en la limpieza de pintadas, que ha comenzado con dos personas. El trabajo ha sido más sistemático, con un análisis detallado de los puntos más vulnerables. “Todo Córdoba es una prioridad”, ha enfatizado. Sadeco ha actuado en espacios públicos, mientras que en propiedades privadas ha requerido la colaboración del propietario. En caso de incumplimiento, la empresa ha podido realizar la limpieza y repercutir el coste.