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Lorenzo Silva: “Los guardias civiles son unos testigos privilegiados de la realidad española”

El escritor Lorenzo Silva

Juan Velasco

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Lorenzo Silva no se lo piensa si le llaman de la Guardia Civil para participar en un acto. El escritor madrileño conoce bien los protocolos y entresijos del instituto armado, al que tan bien ha retratado a través de la pareja de agentes Bevilacqua y Chamorro, y del que habla con tanto conocimiento como respeto, ya que, a su manera, es un guardia civil más, aunque su título sea honorario.

Este jueves, el escritor ha estado en Córdoba, donde se están celebrando los actos de la Semana Institucional de la Guardia Civil, y ha venido en calidad de presentador. Por eso mismo se ríe cuando le preguntan si prefiere presentar a que le presenten. “En cualquier caso, hoy le toca a otros”, dice el autor de La marca del meridiano.

Los otros son Germán Vaquero, autor del libro Con su permiso, mi Sargento; Rafael Pimentel, autor de La Guardia Civil de Priego de Córdoba (1848-1975); y Francisco Molero, autor de Versos y Pequeños cuentos de un corazón roto. Tres guardias civiles que han publicado tres libros que, según el autor de El alquimista impaciente, permiten adentrarse en aquello que habita bajo el uniforme y el tricornio.

PREGUNTA. Hoy venimos a presentar, no a que te presente. Tenemos tres libros sobre una institución que tú conoces bien.

RESPUESTA. Sí. Efectivamente. Son tres libros de tres autores que escriben cada uno desde su sensibilidad y su mirada, y, en ese prisma, evidentemente pesa el hecho de que los tres son guardias civiles.

P. Cada uno aborda, además, el cuerpo de una manera distinta.

R. Sí. En un caso se articula una historia en clave de humor a partir de anécdotas reales como las que se suele encontrar en su servicio un guardia civil. En otro caso se trata de un texto más historio que narra la historia del puesto de la Guardia Civil de Priego de Córdoba, que es, en cierto modo, la historia contemporánea del pueblo -porque nos remontamos a 1848, que son bastantes años-, y a través de las vivencias y peripecias que protagonizan los guardias civiles también se puede ver lo que ha sido la historia de ese pueblo a lo largo del último siglo y medio. Y el tercer caso es un texto poético, un libro muy personal, con una mirada sobre historias reales que se nota claramente que el autor ha conocido de primera mano, pero de los que, en lugar de hacer un relato o una narración convencional, lo hace a través de la expresión poética.

P. ¿Son, por tanto, tres miradas distintas a una misma realidad que muchas veces parece oculta?

R. Yo creo que el valor que tienen estos libros, aparte de la sensibilidad individual de cada uno de los autores, es que, al leerlos se puede acceder a la condición humana de los guardias civiles y a esa vivencia que tienen de nuestra sociedad quienes se dedican a velar por la seguridad, por los derechos y la libertad de los demás. Y que se ven en situaciones que no son comunes para el resto de los ciudadanos.

La Guardia Civil me dio la oportunidad de contar una historia por un camino menos trillado

P. Narrativamente tú has abordado ese mundo. ¿Qué te ha dado la Guardia Civil que no te hayan dado otros cuerpos?

R. Bueno, originalmente, la Guardia Civil me dio la oportunidad de contar una historia por un camino menos trillado o consabido. Me dio la oportunidad de hacer una historia original, por decirlo de una manera muy rápida, porque prácticamente los guardias civiles no habían sido considerados con potencial para ser protagonistas en la literatura española. Y siempre eso de la novedad o de aparte del camino trillado es atractivo para un narrador de historias.

P. ¿Qué aporta ser guardia civil al rol del detective o del policía en España?

R. En este caso, tienes el plus de que los guardias civiles son unos testigos privilegiados de la realidad española. No sólo de lo que ocurre visiblemente, sino también de las partes menos visibles. Yo creo que un guardia civil es un muy buen testigo de la sociedad española. Es un personaje de cuya mano se puede hacer un relato interesante de la sociedad española contemporánea, que es lo que yo quería hacer. Nunca he pretendido hacer un reivindicación de la guardia civil o de los guardias civiles. Eso ha ido por el camino porque cuando cuentas su vida, y su trabajo y el servicio que prestan a la sociedad, creo que cualquiera se da cuenta -y no soy yo el que lo decide, sino que lo dicen las encuestas- del valor que tiene el servicio que prestan los guardias civiles para la sociedad española.

P. Y las peculiaridades del propio cuerpo, ¿no? Esto de que sea una fuerza mitad civil, mitad militar.

R. Sí, pero su trabajo policial es trabajo policial. No trabaja distinto de como lo hace la Policía Nacional o la Policía francesa, o la italiana, o la inglesa o el FBI. Al final, las técnicas que se utilizan son muy parecidas, pero sí es verdad que tienen un carácter y una idiosincrasia que viene marcado desde 1844 por el Duque de Ahumada. Y, aunque hayan pasado muchos años, hay algo ahí en ese ADN, una serie de valores y un código ético y moral, sobre todo, que les distingue frente a otros policías.

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