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CRÓNICA
Gemma Parellada, una voz contra el peligro del “racismo informativo” sobre las guerras

Gemma Parellada (de azul) recibe el Premio Julio Anguita Parrado de Periodismo, en presencia del rector de la UCO, Manuel Torralbo, junto a la madre del periodista cordobés, Antonia Parrado (dcha) y la mujer de Christian Liebig (izqda), periodista alemán que murió también en Irak el 7 de abril de 2003.

Carmen Reina

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Emocionada y con un discurso pegado al deber del ejercicio del periodismo, la catalana Gemma Parellada, que trabaja desde hace dos décadas como periodista freelance en África, ha recogido este viernes en Córdoba el XVI Premio Internacional de Periodismo Julio Anguita Parrado, justo cuando se cumplen 20 años de su muerte en Irak. Y lo ha hecho recordando a los profesionales que, como él, se dejaron la vida cubriendo conflictos bélicos pero lanzando, a la vez, una advertencia contra lo que ha llamado “racismo informativo” cuando los medios de comunicación seleccionan las guerras que cubren y las que no.

“Vivimos en un mundo profundamente injusto”. Y ha puesto el foco en que uno de los pilares de esa injusticia puede llegar a sostenerlo el periodismo. “Los periodistas tenemos una responsabilidad enorme en cómo la sociedad ve el mundo. Y no vamos bien”, ha dicho en su intervención al recoger el premio, donde ha calificado de “racismo informativo” cuando los medios informan de unas guerras pero no de otras. Y de las consecuencias de ese racismo: “No nos debe sorprender que la sociedad también lo sea”, si quienes le muestran el mundo, lo son.

Parellada, que en su trayectoria profesional ha cubierto la guerra del Congo, la hambruna del Cuerno de África, la independencia de Sudán del Sur y los conflictos armados de Somalia y Mali, ha reivindicado el deber del periodismo de estar sobre el terreno para contar las guerras. Si no, dice, “el riesgo es mucho mayor: el de no contar bien la historia, porque al final estamos contando la historia”.

Por eso -“a pesar de los pesares” entre los que desgrana la precariedad en la profesión, el ser “mujer en un continente de negros” o tener “el privilegio de ser blanca” allí-, apuesta por trabajar sobre el terreno, “con las cartas que me ha tocado jugar. Sean cuales sean las cartas, tenemos que jugar de manera honesta”, en el ejercicio del periodismo.

De hecho, el fallo del jurado de esta edición del premio ha destacado de Gemma Parellada su práctica de un periodismo reposado, en profundidad, en una zona del mundo que queda fuera de las agendas oficiales. Su trabajo amplifica el concepto de conflicto al extenderlo a la vida diaria de las personas cuando desaparece la noticia del foco mediático. Lleva desde 2006 trabajando en África como freelance, dando visibilidad a la realidad de un continente olvidado y ha recorrido la mayor parte de los países africanos, describiéndolos desde la perspectiva de defensa de los Derechos Humanos, convencida de que la realidad africana está deformada porque se cuenta desde lejos, sin escucharla ni conocerla en profundidad.

La muerte de profesionales en conflictos bélicos

A Gemma Parellada, la muerte en un conflicto bélico como la que recuerda el premio Julio Anguita Parrado, la visitó hace ocho años. Cuenta la periodista, emocionada, que entonces estaba en Mali, entraron en su casa y asesinaron a Joseph, su compañero, parte de su familia, su referente entre misión y misión, como lo ha recordado. “La policía ni buscó a quiénes lo hicieron”. Y ese día, “las injusticias a las que estaba acostumbrada en mis coberturas, entraron en mi propia casa”.

La periosdista ha confesado que durante años apenas ha podido hablar de ello y este viernes, en Córdoba, era la primera vez que lo hacía públicamente. “Las ausencias, perder a alguien que se quiere, es horrible. Y si el hueco lo ha creado una bomba, un machete…es aún más terrible”. “Pero tenemos que vivir con ello y una de las mejores maneras es recordarles”. Como hoy se recuerda con este premio a Julio Anguita Parrado.

Periodistas de los que “no hay que olvidar por qué hoy no están” con nosotros. Por reivindicar “luchar y ser un periodista noble, honesto y sobre el terreno”, para contar lo que ocurra, “ya sean negros o ucranianos”. Por eso, Gemma Parellada ha tenido palabras de recuerdo para otros periodistas que murieron en guerras, como Miguel Gil en Sierra Leona, o David Beriain y Roberto Fraile en Burkina Faso.

20 años de la muerte de Julio Anguita Parrado y Christian Liebig en Irak

Y, en especial, ha rememorado a Julio Anguita Parrado y el periodista alemán Christian Liebig, ambos muertos por un misil en la guerra de Irak hace ahora 20 años. El recuerdo de ambos se ha hecho más palpable en esta edición de la entrega del premio de periodismo, con la presencia y las palabras de Beatrice von Keyserlingk, mujer del periodista alemán que murió también aquel 7 de abril de 2003.

“Es una ocasión triste pero hoy es un día precioso”, ha dicho para recordar a ambos, que “no eran soldados, ni hombres de armas, eran periodistas que fueron a la guerra a contarnos lo que veían”. Y tras su muerte y el dolor de sus familias, unidas hoy en Córdoba, “siguen ocurriendo cosas buenas en sus nombres”: el premio de periodismo Julio Anguita Parrado y la construcción de escuelas en África por la fundación Christian Liebig. “Recordemos a nuestros seres queridos y celebremos juntos la vida”. 

El Premio Internacional de Periodismo Julio Anguita Parrado está convocado por el Sindicato de Periodistas de Andalucía con la colaboración del Ayuntamiento de Córdoba, la Universidad de Córdoba, la Junta de Andalucía, la Escuela de Joyería de Córdoba y el Parque Joyero de Córdoba. El acto de entrega ha tenido lugar este viernes en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Córdoba, abierto a toda la ciudadanía. El jurado del XVI Premio Julio Anguita Parrado de Periodismo ha estado integrado por Beatriz Lecumberri, Magda Bandera, Pablo Medina, Luis Navarrete, Manuel Torres, José Luis Anguita y Francisco Terrón.

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