Feministas de Córdoba responden y anuncian acciones para combatir los “rezos” ante una clínica abortiva

Viernes de Dolores y se pone fin a la campaña promovida por grupos ultracatólicos en España que ha llevado a que, durante 40 días, haya habido personas a las puertas de la clínica Gynetrisur “rezando” por el no nacido. Frente a esto, IU y la activista feminista Lucía Figueredo han llevado a cabo una acción reivindicativa en la que han interpelado a quienes han secundado esta campaña, exigiéndoles respeto y que su fe “no cabe” en las decisiones de quienes acuden a este centro médico a abortar.
Antes del inicio de la acción, un trabajador de Sadeco se encontraba limpiando la palabra “pro-muerte” que estaba escrita en el banco donde usualmente se sientan las mujeres a “rezar” junto a un cartel de la campaña, denominada 40 días por la vida. Debido a esto, las dos participantes que este viernes se encontraba “rezando” se han colocado en el siguiente banco, donde han defendido su derecho a libertad de expresión y a “proteger el derecho a la vida”. A juicio de estas dos mujeres, lo que hacen es “simplemente rezar” y no coaccionar, ya que “incluso nos colocamos de espaldas al centro sanitario”. A preguntas de las periodistas, han declarado que si las mujeres que van a esta clínica se sienten violentadas, “tiene otra puerta por la que entrar”.
Amparadas en el argumentario de la libertad de expresión, han asegurado que “muchas mujeres se sienten obligadas a abortar por su entorno”, aunque reconocen que durante estos 40 días, solo una chica, según el testimonio de estas mujeres, se ha acercado para recabar información. Y, ¿por qué no rezar en las iglesias en lugar de hacerlo frente una clínica abortiva?, pregunta a la que responden afirmando que ya lo hacen y una de las participantes llega a comparar esta acción “con la libertad que tiene un musulmán de rezar en cualquier sitio”.
En contraposición, una treintena de personas feministas han participado en el acto organizado por IU en “solidaridad con las mujeres que hacen uso de sus derechos, como es el de la interrupción voluntaria del embarazo” y que prevén repetir cada vez que esta campaña antiabortista se ponga en marcha. El acto ha consistido en un rezo lleno de feminismo y de respeto hacia la libertad de la mujer. La responsable del Área Feminista de IU Córdoba, Raquel Arranz, y la activista feminista Práxedes Pérez han denunciado que los “rezos” frente a la clínica constituyen una forma de “coacción encubierta” organizada y financiada por la Iglesia Católica, interpretándolo “como una reacción ante el avance de los derechos de las mujeres”. Además, han criticado duramente que la delegada de Igualdad, Marian Aguilar, quien en el Pleno municipal del pasado mes de febrero catalogó estos actos como “libertad de expresión”.
Ambas han explicado que la libertad de expresión no puede amparar la “coacción, la presión y el acoso” que sienten las mujeres al acercarse a la clínica, ya que se produce “una revictimización” del cuerpo de las mujeres, y han recordado que la legislación española protege el derecho al aborto. Dado que esta acción se repite anualmente desde 2021, tanto Arranz como Pérez han lamentado que “se haya normalizado en la ciudad durante años” y han trasladado “su firme decisión de no permanecer pasivas”. Por ello, han exigido al nuevo obispo de Córdoba que cese“ la financiación y organización de este tipo de actos perjudiciales para las mujeres y la ciudad”. Fuentes de esta campaña han precisado que son “ecuménicos y, por tanto, independientes a la institución de la Iglesia”.
Asimismo, las feministas que han llevado a cabo esta acción han instado al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, a garantizar de manera efectiva el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo en los centros públicos de salud andaluces.
Finalmente, han emplazado al alcalde de Córdoba, José María Bellido, “a velar por los derechos de todos sus ciudadanos, más allá de afinidades personales, y a ser consciente de que se está intentando vulnerar un derecho fundamental”. Por último, han criticado la inacción de la Policía Local, “que se escuda en la libertad de expresión para no intervenir” ante lo que las participantes de este acto feminista consideran una “coacción” y “presión” sobre las mujeres. Esta acción también ha coincidido con un desfile procesional de los alumnos de una escuela infantil concertada con la Junta de Andalucía.
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