El escultor de Sandokán encuentra los ángeles desaparecidos del sepulcro del cura banquero

Quince años. Ese es el tiempo que ha tardado el escultor cordobés Marco Augusto Dueñas en encontrar dos ángeles que talló en mármol de Carrara para el el sepulcro de Miguel Castillejo, una faraónica obra escultórica que está ubicada en la sede de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), en Córdoba.

Ahora, tras años denunciando la desaparición de parte de la obra, el escultor, afincado en Italia, ha descubierto que los dos ángeles perdidos están en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen de Castro del Río. La prueba estaba en unas imágenes que ha publicado la diócesis de Córdoba, en las que se ve al obispo Demetrio Fernández bendiciendo el templo, que acaba de ser restaurado, a unos metros de las dos esculturas.

Unas esculturas que, tal y como sospechaba su autor, fueron despiezadas y partidas. “Había santos y había esculturas que desaparecieron (...) Eso se lo llevó Juan Moreno y me gustaría saber donde está, porque las últimas noticias que tengo es que lo regaló”, denunciaba Dueñas en una entrevista con Cordópolis el pasado octubre, en la que hablaba de los dos ángeles que acaban de aparecer.

Dos ángeles que habían de colocarse en la parte inferior del sepulcro y que iban juntos en la misma base. Una base que ha sido partida, según muestran las imágenes que ha hecho pública la Diócesis de Córdoba. En la foto, los ángeles aparecen como esculturas individuales, a pesar de que ambos fueron parte de un mismo conjunto escultórico.

Ahora, tras descubrir la ubicación de las esculturas, el escultor aspira a saber cuál ha sido el trayecto que ha llevado a estas piezas desde Córdoba capital hasta Castro del Río y cómo han acabado en la citada Iglesia, así como por qué nadie le ha advertido de que habían sido separadas y colocadas en el templo. En los próximos días, explica Dueñas, se pondrá en contacto con el Obispado y con Cajasur para obtener explicaciones de lo que considera que podría ser un delito de expolio y otro contra la propiedad intelectual.

El altar de Castillejo

El altar que esculpió Marco Augusto Dueñas para Miguel Castillejo fue un regalo del famoso empresario Rafael Gómez 'Sandokán': un enorme sepulcro tallado en mármol de Carrara de casi 10 metros de alto por 4 de ancho, para el que se emplearon cuatro años de trabajo. El resultado es un conjunto escultórico que muestra un juicio final e incluye más de 50 figuras. Aproximadamente, mide unos 10 metros de altura por unos 4 de ancho y pesa miles de kilogramos (“para colocarlo, se recabó la presencia de un experto que trabajaba en el Louvre”, rememoraba Dueñas).

En el centro del sepulcro están representados el arcángel San Miguel y San Pedro, que tiene las llaves del cielo. Abajo, el infierno y varios desesperados, que forman parte de una obra concebida de manera triangular, y en la que dos ángeles sostienen el escudo de Miguel Castillejo.