Cristo de Zacatecas: memoria del Nuevo Mundo en el Vía Crucis Magno
A nivel artístico e histórico, e incluso simbólico, es una de las imágenes más atractivas del Magno Vía Crucis de Córdoba. No en vano, el Santo Cristo de Zacatecas es quizá la más antigua representación en la provincia de la época colonial de España en aquel territorio entonces llamado Nuevo Mundo. Esto es, en América. Dicho de otro modo, el titular de la hermandad de la Vera Cruz de Montilla es, muy probablemente, el primero de los crucificados novohispanos o indianos que se conservan en Córdoba.
Perfectamente documentada está la llegada de la imagen a la localidad de la Campiña Sur. Ésta se produjo en 1576, cuando regresó a su ciudad natal el montillano Andrés de Mesa desde las Indias. Aquel hombre fue uno de los muchos que viajaron por el océano en busca de fortuna en los nuevos dominios españoles. Consigo trajo un Crucificado de gran estatura, una de las características de estas obras. Y como todas las de su estilo su factura tuvo lugar con recursos vegetales, en este caso caña de maíz.
El citado Andrés de Mesa la donó a la cofradía a la que pertenece, cuyos orígenes se sitúan en torno a 1535. En cualquier caso, el Santo Cristo de Zacatecas es uno de los máximos exponentes del arte novohispano o indiano, del que la provincia atesora uno de los más numerosos patrimonios del país. En concreto, son diez los crucificados que se reparten por Córdoba y otros municipios. Y podrían ser más, según el investigador Juan Carlos Jiménez Díaz, que sumaría al menos otras dos tallas.
Los novohispanos cordobeses
Probablemente la más conocida de todas sea la del Santísimo Cristo de Gracia, obra de Puebla de Zaragoza -inicial y popularmente Puebla de los Ángeles- de los albores del siglo XVII. Su estampa es muy identificativa de la Semana Santa de Córdoba. Aunque la primera en arribar a la capital, en la que con certeza existen seis imágenes de dicho ámbito, fue el conocido como Cristo del Punto, venerado en la capilla de San Sebastián de la Mezquita-Catedral.
De tal modo lo recogió Jiménez Díaz en Los Crucificados Novohispanos en Córdoba. Revisiones y nuevas propuestas. Se trata, por cierto, de un artículo publicado en 2022 en la revista Arte, Arqueología e Historia de la Universidad de Córdoba. En la parroquia de San Miguel, que en el Magno Vía Crucis será sede puntual, se custodia al Cristo de las Misericordias. En este caso no se observa la habitual altura, mayor al tamaño natural, y “por desconocimiento […] se identificó por error como una obra medieval”.
Continúa el recorrido en la ciudad en el Santuario de La Fuensanta, donde se halla el Cristo de las Mercedes. O en el convento de la Piedad, con un Crucificado que recibió esa advocación. Así como en las Esclavas del Santísimo, esto es en Puerta del Colodro, con otro Crucificado de estatura menor a la natural, como el de San Miguel. A todos ellos propuso añadir el propio Jiménez Díaz en su estudio una obra custodiada en el extinto monasterio de Santa Clara y otra, el Cristo del Corpus, en Santa María de Gracia.
¿Vínculo con Hernán Cortés?
No debe confundirse ese último edificio con Trinitarios. Se ubica en Menéndez Pidal. El caso es que en la provincia sí que existen otras tres tallas novohispanas o indianas con seguridad. Son el Cristo de la Sangre, de la parroquia de Santo Domingo de Lucena; un Crucificado de la parroquia de San Mateo de Monturque, redescubierto con motivo de la exposición ‘Legado indígena para la piedad del viejo mundo’, y otro custodiado en la parroquia de Nuestra Señora de Gracia de Guadalcázar.
De vuelta al Santo Cristo de Zacatecas, un estudio reciente lo vincula con la familia del artífice de la conquista del Imperio Azteca. Es decir, a los sucesores de Hernán Cortés. El historiador montillano Antonio Luis Jiménez Barranco indagó en manuscritos de la Biblioteca Nacional y encontró que la esposa de Andrés de Mesa, Francisca Cortés, “fue, por línea recta, nieta del señor Hernán Cortés”. Así lo expreso en Montilla Digital en una información firmada por el periodista Juan Pablo Bellido.
Lo cierto es que la relevancia del Santo Cristo de Zacatecas no lo es sólo a nivel de la provincia. En 2021 la talla fue expuesta en el Museo del Prado dentro de la muestra ‘Tornaviaje. Arte Iberoamericano en España’, que reunió 107 obras que mostraban las relaciones entre América y España. Por cerrar con un dato curioso, estos días está en las naves de la Mezquita-Catedral, donde reposa el Inca Garcilaso de la Vega. Señalada figura de lo que hoy es Perú, se estableció en Montilla y después, en 1591, en Córdoba.
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