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Córdoba llegará al final de verano con la reserva de agua más baja desde mediados de los noventa

Sequía.

Alfonso Alba

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Córdoba llegará al final del verano con la menor reserva de agua en sus embalses desde la gran sequía de mediados de los años noventa. Entonces había menos presas en servicio y, por tanto, menos agua. Ahora, y por vez primera, hay un embalse totalmente agotado (Sierra Boyera) y otro por debajo del 8% (Vadomojón, que no existía en los noventa).

En la actualidad, y tras la decisión de primavera de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, se está desembalsando agua para riegos extraordinarios con los que salvar la arboleda del Valle del Guadalquivir y de la zona regable del Genil-Cabra. Eso es lo que está haciendo que la reserva de agua en los embalses esté descendiendo a un ritmo de 14 hectómetros cúbicos a la semana. Este ritmo se ha incrementado desde esta semana.

De esta manera, la previsión es que se llegue al 1 de octubre, la fecha del cambio del año hidrológico, con 433 hectómetros cúbicos en los embalses de la provincia de Córdoba. Es decir, al 13% de la capacidad total de los pantanos en la provincia cordobesa. Es una cantidad de agua muy parecida a la de los años de la gran sequía de los años noventa del siglo XX. Entonces, en toda la cuenca del Guadalquivir quedaron 585 hectómetros cúbicos. Un tercio de esa cantidad estaba en Córdoba.

Ahora mismo hay ocho embalses de la provincia desembalsando agua para riego. El más importante es el de Iznájar. De la gran presa cordobesa salen unos 22 metros cúbicos al segundo. Del Yeguas salen ocho metros cúbicos por segundo y de Vadomojón algo más de cuatro. El canal del Guadalmellato también está activo y San Rafael de Navallana le aporta algo más de tres metros cúbicos de agua al segundo. Una cantidad suficiente para mantener un tercio del caudal máximo de este canal que va desde Alcolea hasta Almodóvar del Río.

Lo peor sigue estando en el norte, con Sierra Boyera seca. Los vecinos de Los Pedroches y el Valle del Guadiato reciben el agua desde La Colada. No la pueden beber, pues sigue siendo no potable por la alta contaminación de este embalse.

En Iznájar sigue habiendo 153 hectómetros cúbicos de agua, suficiente para mantener el riego extraordinario hasta final de verano y para suministrar a los más de 200.000 cordobeses que dependen de este embalse. A finales del verano pasado a Iznájar le quedaron tan solo 113 hectómetros cúbicos de agua. Pero al ritmo de desembalse actual es probable que acabe el verano con una reserva de agua similar o incluso algo más baja.

El río Guadiato, gran afluente cordobés del Guadalquivir desde Sierra Morena, tiene dos embalses más además de Sierra Boyera: Puente Nuevo y La Breña II. Puente Nuevo suministra agua potable a Villaharta y Obejo, y de riego a La Breña II. Pero los dos pantanos están ya a menos del 13% de su capacidad. Eso sí, La Breña II es un embalse tan enorme que ahora mismo retiene 98 hectómetros cúbicos. En la sequía de los años noventa solo existía La Breña I, con una capacidad total inferior al agua que ahora mismo tiene su hermana mayor.

Preocupa también la situación del embalse del Martín Gonzalo, donde apenas quedan 2,4 hectómetros cúbicos de agua. De esta presa se suministra a gran parte de la población del Alto Guadalquivir. En principio, se cuenta con que no se secará antes de que acabe el verano, pero sí que dependerá de que llueva en otoño para que no se activen nuevas restricciones en esta zona de Córdoba.

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