Córdoba, una de las cuatro provincias de España que más población pierde
Las provincias de Zamora, León, Córdoba y Jaén fueron las que perdieron más población en el último año, según los datos que ha dado a conocer el Instituto Nacional de Estadística (INE) mediante la publicación de la Estadística Continua del Padrón, que recoge datos actualizados cada cuatro meses.
Las cuatro provincias han perdido el 0,3 por ciento de su población entre octubre de 2022 y octubre de este año. También perdieron población las dos provincias de Extremadura, Cáceres y Badajoz, así como Ávila.
Según el INE, la provincia de Córdoba se ha dejado más de 2.200 habitantes en un año. A 1 de octubre de 2023, Córdoba ha cerrado con un total de 771.606 habitantes. Son 1.200 menos que a fecha de 1 de julio, lo que evidencia que la pérdida de población se está agravando en la provincia. Córdoba no tenía tan pocos habitantes desde el año 2004. Entonces, la provincia tenía unos 770.000 vecinos. En pocos años, la llegada de una inmigración que se fue tras la crisis económica hizo que la población superase los 800.000 vecinos.
En el lado opuesto se encuentran provincias como las del arco mediterráneo con aumentos superiores al 2 por ciento como los que se alcanzaron en Valencia o Alicante, mientras que también es significativo el incremento en provincias como Guadalajara o Baleares.
En líneas generales se observa cómo una vez más las provincias situadas en la denominada España vaciada siguen perdiendo población mientras que otras zonas, principalmente las que están en la costa y los grandes núcleos de población, ven cómo el número de habitantes crece de forma constante.
La España vaciada es un término utilizado para referirse a la despoblación y el envejecimiento de las áreas rurales de España. El fenómeno de la España vaciada se caracteriza por la migración de la población joven hacia las áreas urbanas, dejando atrás las zonas rurales con una población cada vez más envejecida y en declive.
Esta situación ha sido consecuencia de varios factores, como la falta de oportunidades laborales, servicios básicos y acceso a infraestructuras en las áreas rurales. A medida que la población joven se traslada a las ciudades en busca de empleo y mejores condiciones de vida, las zonas rurales se enfrentan a problemas como el cierre de escuelas y servicios de salud, la disminución de la actividad económica y la pérdida de identidad cultural.
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