Córdoba abre una ventana a una parte poco conocida del Antiguo Egipto: “Esta muestra enseña que no hemos cambiado tanto”
Córdoba abrirá al público este jueves la exposición El despertar a la vida. Infancia y adolescencia en el Antiguo Egipto, una propuesta casi inédita en España -por el tema que aborda- que permitirá a curiosos y expertos viajar miles de años en el tiempo para descubrir cómo eran las primeras etapas de la vida en la civilización egipcia. Una muestra que este miércoles ya se ha abierto para instituciones y medios de comunicación, y que permanecerá disponible de forma gratuita hasta el 5 de abril de 2026 en la Sala Vimcorsa y la Sala Orive.
Se trata de la primera exposición en España —y una de las escasas en el mundo, según sus organizadores— dedicada exclusivamente a explorar las etapas más tempranas de la vida en la civilización faraónica. Su objetivo: reconstruir cómo nacían, crecían, jugaban, aprendían y enfrentaban la enfermedad y la muerte los niños y adolescentes del valle del Nilo, un ámbito históricamente relegado a un segundo plano pese a su enorme valor social y antropológico.
Una mirada transversal, accesible e innovadora
La muestra, organizada por el Ayuntamiento de Córdoba en colaboración con Eulen Art, podrá visitarse en dos espacios complementarios. La Sala Vimcorsa, totalmente transformada para acoger el núcleo principal del proyecto, con más de 200 piezas originales procedentes de museos y colecciones privadas de toda Europa, varias de ellas nunca antes vistas ni siquiera en sus instituciones de origen. Amuletos, féretros infantiles, estelas, vasos, juguetes, pequeños muebles y elementos decorativos componen un corpus excepcional que arroja luz sobre una parte esencial de la vida cotidiana en el Antiguo Egipto.
La Sala Orive, por su parte, ha sido transformada mediante un audiovisual monumental e inmersivo de unos siete minutos, concebido para que el visitante se vea literalmente transportado a las primeras etapas de la vida en la cuenca del Nilo. La instalación convierte el espacio en un templo simbólico donde luz, sonido y proyección dialogan con los contenidos del recorrido físico.
Comisariada por las egiptólogas Esther Pons, Isabel Olbés y Maite Mascort, la exposición despliega una narrativa transversal que incorpora perspectivas sociales, de género, simbólicas y culturales. No solo pretende mostrar objetos, sino reconstruir contextos, desmontar tópicos y ofrecer una lectura amplia, sensible y humanizada de la infancia egipcia.
En ese sentido, la accesibilidad ocupa un lugar central: maquetas tiflológicas interactivas, puntos táctiles, lengua de signos, audiodescripciones, locuciones y lectura fácil garantizan que cualquier persona pueda disfrutar plenamente del contenido. Además, el diseño escenográfico emplea una coreografía lumínica que conecta el relato audiovisual con las piezas físicas, proporcionando una experiencia unitaria y emocional.
La historia como presente continuo
Antes del recorrido previo ofrecido a los medios, la arqueóloga y egiptóloga Maite Mascort ha destacado, en declaraciones a Cordópolis la relevancia de piezas que, pese a su pequeño tamaño, poseen un enorme valor histórico y simbólico. Entre sus favoritas mencionó un capitel, del que apenas existen ejemplos conocidos, y la jamba de una puerta procedente del Museo de Turín, decorada con la representación de una familia y varios niños. “Es preciosa”, afirmó, recordando que la tumba original ya estaba destruida cuando la pieza fue rescatada.
Mascort se detuvo especialmente ante el féretro infantil de una niña de unos 2.500 años de antigüedad, uno de los elementos más conmovedores del itinerario. La última sala, dedicada a la enfermedad y a la muerte, profundiza en el concepto de renacimiento que impregnaba la cosmovisión egipcia. “Para ellos, la muerte no era el final, sino el inicio de una nueva vida. Y paseando por la exposición, te das cuenta de que no hemos cambiado tanto”, reflexionaba Mascort.
La egiptóloga recordó, además, que la infancia en el Egipto faraónico era más breve que en el mundo contemporáneo, pero también estaba llena de afectos, cuidados y aprendizajes que revelan una humanidad sorprendentemente cercana.
Córdoba seguirá la senda de las grandes exposiciones
El alcalde de Córdoba, José María Bellido, resaltó que la ciudad vuelve a situarse a la altura de los grandes centros culturales del país. “Es una exposición ambiciosa que podría estar en cualquiera de las grandes ciudades de España”, afirmó, subrayando el diálogo histórico y simbólico que mantiene con el Mediterráneo y la línea iniciada con Cambio de Era, la muestra que abrió a Córdoba al circuito de exposiciones internacionales. “Esta la supera —añadió— porque permite disfrutar de piezas que nunca han estado en España y que difícilmente volverán en mucho tiempo”.
Bellido avanzó también que la ciudad ya prepara una nueva gran muestra para dentro de un año, centrada en el papel de Córdoba en su relación con Roma. Y subrayó que el Ayuntamiento pondrá especial empeño en que El despertar a la vida tenga un fuerte impacto educativo: durante diciembre, enero y febrero se desplegará un amplio programa de visitas escolares para acercar a los más jóvenes a la historia del Antiguo Egipto.
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