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El aceite, más caro ante la previsión de que la próxima cosecha no sea tan buena

Imagen de un cultivo de olivar.

Alfonso Alba

26 de agosto de 2025 20:02 h

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El mercado del aceite de oliva se suele mover anticipándose a lo que parece que ocurrirá dentro de meses e incluso años. Los precios en origen se habían desplomado desde primavera, cuando no paraba de llover. Entonces, se contaba con que el olivar se iba a recuperar de un tremendo estrés hídrico que había dejado al sector con dos campañas consecutivas históricamente bajas. Tan cortas fueron que se llegó a temer por el stock y porque los envasadores pudieran cumplir con sus compromisos de venta.

Pero llovió y el olivar se recuperó. Miles de agricultores vieron con esperanza cómo sus árboles volvían a recuperarse de una histórica sequía y a mantener una extensa red de flor de olivo que vaticinaba una futura campaña con una producción superior a la media de los últimos años. No obstante, la sucesión de olas de calor y temperaturas extremas ha rebajado, y bastante, el optimismo inicial. Tanto que el mercado ha comenzado a plantear que la campaña no será tan buena como apuntaba. La consecuencia: los precios vuelven a subir en origen.

El intenso calor ha provocado que un cultivo tan acostumbrado a las altas temperaturas como el olivar haya sufrido más de la cuenta durante el verano. La ausencia de humedad y lluvias, y unas temperaturas mucho más altas de lo normal, ha provocado que el árbol vuelva a sufrir estrés hídrico y se haya desprendido de parte de su flor que posteriormente se convertirá en aceituna. La floración habitual es a partir de mayo. Este año, el calor ha sido especialmente intenso a finales de mayo y en el mes de junio, algo que ha perjudicado enormemente al cultivo.

Aceite de oliva.

Ahora, a finales de agosto, el mercado comienza a descontar que la campaña no será tan buena. Y los precios han vuelto a remontar. En algunos casos, el virgen extra en origen ya cotiza por encima de los cuatro euros el kilo, una especie de barrera psicológica para el sector. Según los datos del sistema Pool Reed, esos cuatro euros por kilo del virgen extra no se pagaban desde el pasado mes de febrero.

En el caso del picual, el aceite de oliva virgen extra se sitúa en los 3,981 euros/tonelada de media (aunque se pagan algunas partidas a 4,30 euros), el virgen en 3,485 y el lampante en 3,335. Este verano, el virgen extra ha llegado a cotizar a 3,20 euros el kilo, según el histórico divulgado por Infaoliva.

El otoño decidirá

A pesar de que las previsiones se han vuelto pesimistas, todo dependerá del otoño y de si llegan las deseadas lluvias o no. A partir de ahora llega el momento crítico para la aceituna. Durante su crecimiento, si el árbol sufre estrés hídrico acusado suele buscar el agua de la propia aceituna. Eso provoca que su posterior conversión en aceite de oliva sea menor. La aceituna se arruga y el aceite será escaso. No obstante, su calidad será muy buena.

Además de las lluvias, la clave estará en las temperaturas. Si el otoño vuelve a ser cálido y seco, es probable que las previsiones de campaña sean aún inferiores, especialmente en el olivar de secano.

Por otra parte, los envasadores están trasladando ya al consumidor estas oscilaciones de precio en origen. En muchos supermercados el aceite ha vuelto a encarecerse. Eso sí, aún muy lejos de los niveles del 2022 y 2023, cuando por un litro de aceite se pagaba el doble de lo que cuesta actualmente.

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