Reabren el caso de Soledad Donoso
La Sección Tercera de la Audiencia de Córdoba ha acordado reabrir el caso de Soledad Donoso, cuyo cadáver apareció en la capital de la provincia en 1992 junto al río Guadalquivir tras ser asesinada, para analizar el ADN de un jersey de punto gris de la joven y un mechero de color rojo, el cual se había perdido durante el proceso.
Fuentes de la familia han explicado a Europa Press que esta decisión de la Audiencia responde a una petición que hicieron en la que reclamaban que se le hicieran pruebas de ADN a estos dos objetos que, aunque fueron reconocidos por la familia como pertenencias de la joven, no se les practicó análisis alguno en su momento.
Según han relatado, cuando solicitaron la reapertura del caso en 2012, antes de que cumplieran 20 años, periodo tras el cual prescriben los delitos, también pidieron que se hiciera pruebas sobre el mechero y el jersey, a los cuales no se les habían practicado porque no estaban contempladas cuando ocurrió este suceso en 1992.
En este punto, se extraviaron parte de las pertenencias de la joven y el juzgado contestó que “el mechero no estaba”, por lo que no se practicaron las pruebas.
Recientemente, en septiembre de este año, los restos de Soledad recibieron sepultura, tras llevar exhumados desde 2012. El juzgado planteó entonces la entrega de las pertenencias de la joven a la familia, a lo que la familia respondió que no quería tenerlas, puesto que el caso estaba cerrado y el posible delito cometido ya habría prescrito.
“Nuestra sorpresa fue que al recibir la resolución del juzgado de las pruebas existentes decía que estaba el mechero. Entonces se solicitó a la Audiencia las pruebas, tanto en el jersey que no se le había practicado, como el mechero que ahora sí estaba”, han relatado las fuentes de la familia consultadas, que han concretado que esta respuesta la recibieron este pasado martes 18.
Así las cosas, la Audiencia de Córdoba va a practicar ahora pruebas de ADN a estos dos objetos, tal y como ha adelantado el Diario Córdoba, y lo que queda por concretar es si el laboratorio en el que se realizan es el que pide la familia u otro distinto.
En el caso de la muerte de Soledad Donoso no se ha llegado a acusar ni juzgar a nadie, y estaba sobreseído desde 2014, cuando el Juzgado de Instrucción 7 emitió un auto de conclusión del sumario sin procesamiento, después de que no pudiera determinar la intervención de una persona concreta en el crimen.
Ante ello, la familia recurrió la resolución ante la Audiencia, después de aportar una prueba como fue la presunta identificación y localización del vehículo que supuestamente utilizó el único varón que fue imputado en los hechos, R.C.G., conocido de la víctima.
El dictamen de la Audiencia, que decretó el sobreseimiento de la causa tras el recurso de los familiares, puso fin a un largo proceso judicial que vivió una segunda fase después de que se reabriera la causa en el año 2012 y la juez imputara a R.C.G. Un testigo situaba al sospechoso el día de los hechos en los alrededores de la plaza de San Pedro, donde vivía la chica, conduciendo un Volkswagen Golf de color rojo, mientras que otra persona aseguraba haber visto un coche igual en El Arenal ese mismo día.
No obstante, los allegados de la víctima solicitaron la colaboración ciudadana a la espera de que alguien pudiera proporcionar alguna pista sobre lo que sucedió el día de los hechos, el 28 de septiembre de 1992. Mientras, la familia pretendía que el juzgado procesara a la única persona que fue imputada, R.C.G., al que el juez tomó declaración en 2013. Entonces, aseguró que sí tuvo una relación con la joven, pero que no la mató. De hecho, negó cualquier implicación en el asunto.
Aspectos de la investigación
Entretanto, la familia celebró distintas reuniones con representantes de la Subdelegación del Gobierno para analizar el caso del que destacaban en 2014 que en los últimos años “se habían aclarado muchos aspectos controvertidos o totalmente ocultos” desde 1992.
En concreto, pidió información sobre distintas pruebas al Ministerio de Justicia y el de Interior, como que se localizaran “los cabellos extraviados” sobre este causa, que estaban en el laboratorio de Policía Científica en Sevilla, o en su defecto, se dictara una resolución administrativa que “deje constancia de su pérdida y se depuren responsabilidades administrativas de los responsables de su custodia”.
Igualmente, solicitaron que hubiera un pronunciamiento en los mismos términos en lo referido a la pérdida del reloj de la víctima en el año 1992 del cajón de la mesa de un agente judicial, así como el mechero decomisado en el escenario del crimen y que “no aparece en el depósito de pruebas del juzgado”, entre otras pruebas. Según fuentes cercanas al caso, desde los ministerios se respondió con la recomendación de acudir a la vía judicial para plantear peticiones.
Cabe destacar que Soledad Donoso Toscano, de 18 años, salió de su casa en la plaza de San Pedro para ir a trabajar a una pizzería de la avenida de Barcelona en la tarde del 28 de septiembre de 1992, pero nunca llegó a su destino. Su cuerpo se encontró 14 días después en El Arenal, en proceso de descomposición, después de que un paseante avisara al 091.
0