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Los humedales de Córdoba reviven para recibir a miles de aves en época de reproducción

La laguna de Jarata en Montilla, el 2 abril de 2024 | JUNTA DE ANDALUCÍA

Carmen Reina

3 de abril de 2024 20:19 h

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Las lagunas y humedales de la provincia de Córdoba han revivido gracias a las últimas lluvias y lo hacen justo al inicio de la primavera y, con ello, de la época de cortejo y reproducción de miles de aves que se sirven de estos espacios como hábitat. El agua y la vegetación que nace con ella son parte fundamental para que decenas de tipos distintos de aves encuentren en los humedales su hábitat en este periodo.

Las precipitaciones del último mes han supuesto aproximadamente el 30% de las aportaciones del año hidrológico, dando lugar a incrementos en algunas lagunas de hasta medio metro, según la información aportada a este periódico por el director conservador de Zonas Húmedas en la provincia de Córdoba, Juan de la Cruz.

Hay que recordar que la sequía de los últimos años dejó a los humedales de Córdoba con niveles que no se veían en 30 años durante el verano del pasado año 2023. Las lluvias del nuevo curso hidrológico y, sobre todo, las recibidas en este último episodio de precipitaciones abundantes en marzo, han dejado un panorama esperanzador.

Ahora, los datos muestran que en los últimos diez días, con la borrasca Nelson, la laguna de Zóñar ha recibido precipitaciones de 66,6 litros por metro cuadrado, la laguna Amarga 87,4, la laguna Jarata 128, en el Cordobilla 61,3, en la laguna del Donadío 139, y en las lagunas de Baena 113,4. Es decir, han acumulado una media de 99,3 litros en cada humedal.

En la provincia de Córdoba existen ocho humedales protegidos por sus valores naturales. De ellos, seis son lagunas y, entre ellas se distinguen las que están en contacto con acuíferos -Zóñar, Amarga y Rincón-, y las que son estacionales y no cuentan con acuífero –Tíscar, Jarales y Salobral-. Luego además, hay una profusa serie de humedales sin acuíferos, que reúnen directamente el agua que cae de la lluvia.

Aumento de la profundidad

Con la lluvia caída desde el otoño y, sobre todo, la acumulada en este último episodio de la borrasca Nelson, la profundida de las lagunas ha llegado a aumentar hasta 50 centímetros. Las medidiciones de esta misma semana de los agentes de Medio Ambiente indican cómo, por ejemplo en la Reserva Natural Laguna de Zóñar (Aguilar de la Frontera) la profundidad máxima actualmente es de 10,5 metros y ha cogido 50 cm con las últimas lluvias. Además, se prevé que la entrada de agua del acuífero llegue poco a poco en próximas semanas, ya que tardará aún en recargarse unos días.

Por su parte la Reserva Natural de Laguna Amarga (Lucena) tiene una profundida máxima de 1,3 metros actualmente y ha aumentado cogido 30 centímetros con las últimas lluvias. Asimismo, al tener un acuífero, se prevé que pueda aumentar el volumen de agua en próximas semanas.

En los humedales que no cuentan con acúifero, la recarga de agua es directa de la lluvia y una vez que se satura el terreno de agua, van aumentando sus láminas y su profundidad.

El resto de lagunas, que no cuentan con acuíferos, han visto incrementar su nivel entre 30 y 50 centímetros. La Reserva Natural de Laguna de Tíscar (Puente Genil) cuenta ahora con una profundida máxima de 1,05 m y en con las últimas lluvias ha cogido 25 centímetros; en la Laguna del Donadío (Santaella) se cuenta ya una profundida de 1,5 m y ha aumentado 30 centímetros; la Laguna de Jarata (Montilla) mide ya 1,3 metros de profundida, con 30 centímetros de las últimas precipitaciones; y la Laguna de Dueñas (Rabanales, en Córdoba) ha llegado a 1,5 metros.

Vegetación, alimento y refugio para aves

Por su lado, la Laguna Dulce (Lucena) ha alcanzado una profundida de 50 centímetros actualmente y ha cogido 30 cm con las últimas lluvias; la Laguna del Rincón del Muerto (Baena) llega ya a 40 centímetros, aportando las últimas precipitaciones 20 centímetros´, excatamente los mismos datos que la Laguna Grande del Arrecife (La Carlota).

Mientras, en la Laguna de las Quemadillas (Córdoba), se ha medido una profundida aproximada de 40 a 50 centímetros y en la Laguna de la Mohedana (La Guijarrosa) han revivido cuatro vasos de inundación con distintas profundidades.

Junto a ello, hay algunas otras lagunas que están empezando a almacenar agua pero la lámina superficial está aún aproximadamente entre 5 y 25 centímetros, casi tapada por la vegetación herbácea. Esto ocurre en la Reserva Natural de la Laguna del Rincón (Aguilar), Reserva Natural de la Laguna del Conde o Salobral (Luque), Reserva Natural de la Laguna de Jarales (Lucena), Laguna de la Quinta (Baena), Laguna de San Cristóbal (Cabra), Laguna de los Arenales o Navarredonda (Pte Genil), Laguna Albina (Lucena), Laguna del Taraje (Lucena), Laguna de Casasola (Baena), Laguna de las Pinedas (La Carlota), Laguna de Consuegra (Baena), entre otras. 

La vegetación que ofrecen las lagunas ofrece alimentación y también cobijo para la nidificación de las aves. Sirven de refugio para la reproducción y que las aves completen su ciclo biológico, como cobijo ante depredadores. Con una mayor presencia de agua y de vegetación, las aves cuentan con un lugar apropiado y alimento para completar la época de reproducción en estos escosistemas. Y, así que, las lagunas de la provincia de Córdoba sigan pobladas por los patos malvasía, fochas, garzas, gallinetas, cormoranes, gaviotas sombrías, cigüeñuelas, aguiluchos lagunero o flamencos que, a lo largo del año, pasan por estos espacios naturales.

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