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Pagar cuota de autónomo y gasolina con una caída de la actividad: la crisis que vive el taxi en Córdoba

Un taxista en una parada | MADERO CUBERO

Alejandra Luque

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Quien tiene la obligación de salir a la calle para trabajar ve ya en este cuarto día laborable una imagen que llama aún la atención. Paradas de taxis semivacías y pocos vehículos haciendo servicios. Al reducirse al mínimo el movimiento de la ciudadanía cordobesa, los taxistas han sido el principal medio de transporte que se ha visto afectado, con una reducción de la actividad de entre el 85% y el 90%, abocando al sector a una crisis sin precedentes.

Con las esperanzas en las medidas que va a adoptar el Gobierno de España, los taxistas de Córdoba -un 80% son autónomos- aseguran sentirse “abandonados” por toda la clase política ante la falta de opciones hacia quienes tendrán pocos ingresos pero deberán pagar su cuota de autónomo. Este es un segundo varapalo para el sector después de que el Ayuntamiento de Córdoba decretara que, a diario, sólo podían ofrecer servicio el 50% de la flota. Así las cosas, Auttacor ha establecido jornadas de trabajo de días alternos y descanso de la mitad de la plantilla durante los fines de semana.

“Somos parte de la vida misma y si ésta se para, nosotros también dejamos de trabajar”, explica Ruano, que comenta que los taxistas pueden estar “hasta dos o tres horas” esperando a que llegue alguna persona que requiera este servicio. Aunque lentamente, las mañanas transcurren de manera más amena ya que algunos usuarios necesitan ir a centros médicos o a farmacias. Según cuenta, la media diaria de carreras por taxistas está siendo de entre cuatro o cinco. “Si calculamos que el trayecto puede ser de cinco o seis euros, no salen las cuentas”, enfatiza.

A esta precaria situación económica hay que añadir el crítico estado en el que trabajan, expuestos a diario al contagio del coronavirus ya que no tienen mascarillas, guantes ni geles y buena parte del tiempo “se dedica a reuniones con comerciales de la industria de la limpieza y de productos químicos para encontrar el gel bendito” y el resto de materiales higiénicos. Joaquín Quero es uno de los pocos taxistas que, ante de que estallara la especulación con estos productos, consiguió hacerse con guantes, toallitas y gel hidroalcohólico que lleva en su taxi tanto para él como para los pasajeros.

Pero su preocupación va mucho más allá. Trabajando en este sector desde 1988, Quero es una persona hipertensa -colectivo de riesgo- pero aún así debe estar al mando del volante de su coche para cumplir como servicio público y llevar un sueldo a casa. Denuncia una y otra vez la soledad que viven tanto él como sus compañeros, “abandonados a su suerte y sin apoyo de los gobiernos local, autonómico y nacional”. “No hay derecho a esto, de verdad, hemos perdido buena parte de nuestros ingresos, tenemos que pagar el combustible y, encima, abonar la cuota de autónomo. ¿Cuándo nos van a ayudar a nosotros que llevamos cumpliendo con el Estado durante toda la vida? ¿Dónde está la ayuda ahora?”.

Quero trabajó el pasado martes y este jueves vuelve de nuevo a la calle. En aquella jornada tan sólo hizo cinco carreras que apenas supusieron 25 euros. “Sales a la calle para estar mirando el teléfono”, asegura. Cada dos servicios limpia su coche en profundidad para eliminar cualquier atisbo del virus que ha sacudido a España y que lo seguirá haciendo aún más. Para él, ésta es la peor crisis que está viviendo el sector aunque en su memoria tiene la de 1992 tras la Expo de Sevilla y la recesión económica que comenzó en 2008. “Esto que está ocurriendo ha sido el remate”.

Padre de familia y con dos hijos, agradece el gesto de solidaridad que tuvieron con su familia el pasado martes, cuando la arrendataria del piso en el que vive su hija en Sevilla, que está estudiando un máster, le comunicó que el pago del alquiler quedaba suspendido hasta que la situación se solucionara. “Doy gracias por ese gesto, de verdad, pero el Estado tiene que ayudarnos ahora tal y como lo mantenemos nosotros”, concluye este cordobés.

El presidente de los taxistas cordobeses pide a las organizaciones de autónomos “a hacer ver al gobierno que tiene que pensar en todos los españoles y que no puede dejar en la cuneta a los más de tres millones de autónomos” que cotizan en España. A pesar de esta precaria situación, Auttacor se ha ofrecido para llevar gratis a médicos o transportar material sanitario si la situación de emergencia lo requiriera. Toda una muestra de solidaridad en momentos de crisis.

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