La nueva etapa del PSOE plantea a los 'sanchistas' buscar candidato al Provincial

La última semana vivida por el PSOE ha hecho posible lo que muchos no creían. La reconquista de la Secretaría General del partido por parte de Pedro Sánchez, el líder que fue depuesto por parte de su propia cúpula en octubre, también ha provocado que ideas que pudieran parecer peregrinas hace solo unos días ya no lo sean tanto. Por ejemplo, plantear una alternativa a la continuidad marcada por el aparato del PSOE en la provincia tras la próxima salida del Juan Pablo Durán.

“¿Por qué no va a haber un Pedro Sánchez en Córdoba que plantee una candidatura distinta? Si Pedro Sánchez lo ha logrado teniendo todo en contra, excepto la militancia, ¿por qué no va a ocurrir aquí?”, se preguntan en los círculos sanchistas de la provincia. La empresa no es fácil ya que se perfila como candidato oficialista una persona de la máxima confianza de Durán: su secretario de organización, Antonio Ruiz.

La ilusión es alta entre los simpatizantes de Pedro Sánchez. Pero el realismo también. Saben que son una minoría tanto en la provincia como en toda Andalucía. En Córdoba, la clara victoria fue de Susana Díaz, con 2.360 votos. Una cifra que coincide prácticamente con el número de avales que se calcula que obtuvo en el proceso de elección de candidaturas: 2.400, lo que supuso un 60% de las firmas públicas emitidas. En todo caso, las papeletas secretas de las primarias han aumentado el porcentaje de voto en las urnas, alcanzando el 68,03% de los 3.469 votos emitidos. ¿Y qué ha pasado con el otro 30%? Pues la inmensa mayoría, un 27,15% (942 votos), ha ido a parar a manos del ya secretario general electo, Pedro Sánchez.

Y a pesar de estas cifras, los sanchistas están seguros de que forman parte de una ola de cambio y de regeneración de la izquierda socialista española que ya no se puede parar. Por eso, están convencidos de que los cambios que va a empezar a adoptar el nuevo -o reelegido- secretario general al PSOE van a notarse también en el, hasta ahora, monolítico y poderoso PSOE andaluz y sus casi cuatro décadas de poder autonómico y provincial a la espalda.

El cómo se adopten esos cambios al sur de Despeñaperros es la gran incógnita que está por despejar. “Primero hay que atemperar las aguas del partido pero son inevitables. Tal vez se realicen en Andalucía de una forma distinta”, sostienen algunos sanchistas. Para empezar, defienden que habrá que devolver el papel que a su juicio han perdido los militantes. “Todo lo que ha ocurrido con Pedro Sánchez nos demuestra que no podemos estar ajenos a la visión de la militancia, sobre todo en las direcciones del partido”, prosiguen las mismas fuentes.

Por eso, teniendo en mente el nuevo rol que han de jugar las bases, los sanchistas están convencidos de que si surge su particular Pedro Sánchez en la provincia, lo hará desde -y aupado por- la militancia de base. “No puede ser de otro modo”, insisten, a pesar de ser conscientes de que ese posible candidato se enfrentaría a todo un complejo tejido y engranaje de intereses y relaciones políticas que tampoco escapan de lo mediático. “Entramos en un proceso en el que nadie sabe lo que puede pasar. Hemos visto cómo la candidatura de Pedro se ha enfrentado a todo ese aparato político, institucional y mediático opuesto a él. Y las bases han hablado y le han elegido en un proceso de primarias brillante”, zanjan.

Este es uno de los elementos que, en opinión de los sanchistas, deja la puerta un poco más abierta: la apertura en canal del PSOE, el debate a cara de perro entre las partes, la confrontación política cruda y la elección final “no tienen comparación en Europa y nos sitúa a la vanguardia de democracia interna en las formaciones”, insisten. Una democracia que, añaden, no choca con una disciplina de partido de la que hacen gala. “No somos asamblearios, tenemos una forma de hacer las cosas y hemos demostrado que se pueden cambiar dentro de las normas que nos hemos dado. Por eso, algo como lo de Pedro Sánchez puede ocurrir de nuevo en cualquier provincia. También en Córdoba. ¿Por qué no?”, terminan.