Normalidad en el Mercado del Marrubial ante un posible brote: “Nos han informado los clientes”
La jornada de este viernes 23 de octubre ha comenzado con total normalidad en el Mercado del Marrubial. Los más madrugadores han acudido puntuales a comprar el género, mientras los tenderos despachaban como siempre. A media mañana, sin embargo, un runrún ha corrido por la lonja.
El producto fresco lo tenían en los puestos, pero las noticias frescas las llevaban los clientes, que contaban que habían leído en los periódicos locales que el Ayuntamiento sospechaba que pudiera haber un brote con, al menos cinco casos positivos de Covid-19 en este mercado, ubicado en el popular barrio de Lepanto.
Para cuando los clientes han comenzado a comunicar que el Ayuntamiento iba a cerrar el mercado, Juan Gómez, presidente en funciones de la lonja, estaba ya al habla con los responsables de la Delegación de Comercio del Consistorio. Le habían llamado al mismo tiempo que el responsable, Antonio Álvarez, daba una rueda de prensa. Las noticias no eran buenas. Las previsiones, según cuenta a este periódico, eran peores.
“En un primer momento nos dicen que van a cerrar dos semanas. Tú imagínate lo que es eso para 25 familias, 25 autónomos que vienen de pagar los impuestos en octubre. Es inasumible”, explica Gómez, que lleva años vendiendo sus famosos encurtidos en esta lonja, en la que el primer caso de Covid-19 se detectó el martes de la semana pasada.
Casos sin aparente relación entre ellos y negocios cerrados
Aquel primer positivo, cuenta, no tiene nada que ver con el segundo detectado a comienzos de esta misma semana. Ni siquiera están cerca dentro del propio mercado. En cualquier caso, explica el presidente en funciones que ambos tenderos cerraron sus negocios. Sobre el resto de casos que le ha notificado este viernes el Ayuntamiento, Gómez afirma no haber tenido constancia hasta hoy, cuando lo ha leído en la prensa.
En cualquier caso, defiende que el entorno de trabajo de un mercado es diferente y no se puede calificar de brote laboral el hecho de que tres o cuatro autónomos den positivo, del mismo modo que no se cierra un centro comercial como El Arcángel porque tres propietarios de comercios den positivo.
“Todos conocemos casos en Mercadona y en El Corte Inglés. Y ahí siguen, abiertos”, añade al debate Eva, la tendera más longeva del Mercado del Marrubial. Nada menos que cuarenta y cinco años lleva despachando fruta Eva en este emplazamiento. Lleva abriendo la persiana desde que España era una dictadura y ahora se enfrenta a un cierre forzoso.
No obstante, si le preguntan cómo ve lo de cerrar, es totalmente sincera: “La salud es lo primero. Se abrirá cuando se tenga que abrir. Yo, si me tengo que quedar en mi casa me quedo, porque he pasado un cáncer de mama”, reconoce la mujer, que se ha enterado este mismo viernes de los casos.
En principio, el cierre está garantizado. Lo que no se sabe es hasta cuando. Gómez explica que la pretensión inicial del Ayuntamiento ha sido rebajada en llamadas posteriores. Así, el Mercado del Marrubial se ha cerrado a las 14:00 de este viernes y va a permanecer cerrado como mínimo hasta el martes mientras se realizan en su interior labores de desinfección y mientras todos los tenderos se hacen pruebas de coronavirus.
El presidente en funciones espera que la oferta de los test sea real y, sobre todo, que se haga rápido. “Si nos hacen las pruebas a lo largo del fin de semana, podemos abrir el martes. Y si el martes abrimos, no se habrá perdido ni un día de trabajo”, especifica Gómez, recordando que este sábado es festivo local y el lunes es el día de cierre de la lonja.
Para Paco, que trabaja en una carnicería, si el cierre se prolonga más allá del martes, ya tendría que hablar de pérdidas. “Tengo género fresco y cámaras frigoríficas que vamos a tener que dejar encendidas mientras no vendemos nada. Y seguiremos pagando tasas e impuestos. Sinceramente, cuanto antes nos hagan la prueba y abramos, mejor”, explica el tendero, contento, al mismo tiempo, de la respuesta y el apoyo que han recibido este viernes por parte de sus clientes.
A la hora del cierre, muchos esperaban la llegada de un representante del Ayuntamiento, mientras recibían indicaciones sobre cómo proteger el género para que no le afecten las labores de desinfección. Los últimos clientes se marchaban del mercado y uno de ellos se despedía al salir con un “nos vemos el martes” que sonaba más a deseo que a certeza.
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