En la noche de Puerta Nueva
Es quieta y tranquila. La temperatura suave acompaña a su tímida presencia. La luna es el principal farol que porta, aunque no el único. Tiene aspecto sencillo en un viernes intenso. Sobre las ocho de la tarde comienza a aparecer. El manto con que cubre a la ciudad es su anuncio de llegada. Es a esa hora cuando las puertas de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen se abren de par en par. La luz del interior del templo las traspasa para advertir de que el cortejo está a punto de iniciar su camino. Es instante éste de devoción serena. Los hermanos comienzan a recorrer la zona más próxima a la iglesia, de la que surge el Santísimo Cristo de la Vera Cruz. La imagen, portada a hombros, inicia entonces en solemne Vía Crucis su camino por la feligresía y las calles cercanas a la Magdalena. En la noche de Puerta Nueva.
Fue esta cita una de las señaladas en la agenda para la jornada del tercer viernes de Cuaresma en Córdoba. Una ciudad que poco a poco pero de manera inexorable se aproxima a una Semana Santa histórica. En el viaje hacia los días de Pasión, se hace cada vez más intensa la espera. Un compás en el que los cultos y actos no cesan. De ello dio buena cuenta la agrupación parroquial de la Salud, que celebró el Vía Crucis con la imagen del Santísimo Cristo de la Vera Cruz. Imagen ésta a la que rinde culto en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen de Puerta Nueva y en torno a la cual, junto a la de la Virgen de la Cabeza que allí también se encuentra, comenzó su andadura el grupo allá por 2014.
La salida solemne significó el punto definitivo a los cultos que la agrupación parroquial realizó semanas atrás en honor al Santísimo Cristo de la Vera Cruz. En una noche calmada, el Crucificado dejó atrás la Ronda de Andújar y Alfonso XII para adentrarse en el corazón de la Magdalena. En las calles próximas a dicha iglesia continuaron sus pasos los miembros del cortejo justo antes de, por Francisco Borja de Pavón, iniciar el regreso a Nuestra Señora del Carmen.
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