A la venta una de las casas de Julio Romero de Torres, testigo de la Córdoba más canalla y flamenca
Una de las viviendas más singulares vinculadas a la vida personal y artística de Julio Romero de Torres ha salido al mercado inmobiliario. Se trata de la conocida como Peña Flamenca Julio Romero de Torres, una casa histórica situada en la actual calle Julio Romero de Torres, junto al Museo Arqueológico de Córdoba, que se vende por 720.000 euros tras décadas siendo escenario de la vida cultural, nocturna y más canalla de la ciudad.
El historiador Francisco Solano Márquez recordaba que la antigua calle Mascarones fue rebautizada como Julio Romero de Torres en 1920, un gesto cargado de simbolismo. No en vano, el pintor frecuentó intensamente esta vía, ya que en el número 11 vivió su novia, Francisca Pellicer, con la que acabaría casándose en circunstancias tan precipitadas como legendarias.
Así lo relató Carola Romero de Torres, sobrina del artista, al recordar una historia transmitida en el ámbito familiar: “En uno de los quiebros de la calle, su cuñado Julio Pellicer le puso una pistola en la sien y le dijo: 'O te casas con mi hermana o te mato'”. El matrimonio se celebró poco después, al día siguiente de nacer su hijo Rafael, y la familia se mudó a la casa que los Romero de Torres tenían junto a la Posada del Potro. El pintor cordobés, tenía entonces 24 años, y su carrera no tardaría en despegar.
Parte del dinero que Julio Romero de Torres obtuvo gracias a su pintura lo invirtió en inmuebles, y en esta misma calle adquirió la casa número 4, el edificio que hoy se encuentra a la venta. Su portón adintelado de ladrillo da acceso a un amplio zaguán empedrado, presidido por un rótulo que anuncia Peña Flamenca Julio Romero de Torres. En su interior, un precioso patio porticado de aire renacentista, en sintonía con la fachada, que durante años ha servido como escenario de recitales flamencos y encuentros culturales.
La vivienda perteneció durante décadas a María Romero de Torres Pellicer, hija del pintor, que la alquiló a distintos huéspedes. Así fue hasta que el inmueble fue adquirido por su actual propietario en el año 1990, según recoge Diario Córdoba. Desde entonces, la casa ha sido sede de la peña flamenca, pero también espacio para la Córdoba más noctámbula y heterodoxa, acogiendo eventos públicos y privados de toda condición en pleno corazón del casco histórico.
Según los datos del Catastro, la casa figura como construida en el año 1930, año en el que precisamente murió Romero de Torres. Probablemente, la casa sea muy anterior pero en aquel año se oficializó su compra ante el erario público. Desde entonces, varios periodistas y escritores han narrado historias sobre este inmueble, entre ellos Francisco Solano Márquez, Félix Ruiz Cardador o Paco Muñoz.
Con 700 metros cuadrados de inmueble repartidos en dos plantas, 17 habitaciones, patios y terraza, la casa requiere hoy un mantenimiento constante. Su propietario, ya anciano, no puede hacerse cargo de los cuidados que exige un inmueble de estas características, motivo por el cual lleva varios meses anunciada en distintos portales inmobiliarios. La operación no está al alcance de cualquier bolsillo y su futuro parece más ligado a una operación hotelera, algo que se ha convertido en habitual en el centro histórico de la ciudad.
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