Córdoba bate su récord de personas en situación de sinhogarismo
Córdoba ha registrado la cifra más alta de personas en situación de sinhogarismo desde que se inició el ejercicio de recuento en 2015, alcanzando un total de 447 personas. Este dato fue presentado en el marco de la celebración del Día de las Personas Sin Hogar, que se conmemora el 26 de noviembre.
La teniente de alcalde delegada de Servicios Sociales en el Ayuntamiento de Córdoba, Eva Contador, y la directora del área de Inclusión de la Universidad de Córdoba (UCO), Carmen Cruz, presentaron los resultados preliminares del estudio. Este recuento, coordinado por el Aula de Sinhogarismo de la UCO y la Delegación de Servicios Sociales, en colaboración con la Red Coabita, busca visibilizar a la población cordobesa que se encuentra en una situación de calle, sin un techo donde dormir o en infraviviendas.
La cifra de 447 personas identificadas en 2025 se constituye como el récord histórico, superando las 371 personas contadas en 2024 y las 245 registradas en 2015. La tendencia en Córdoba es al alza y sostenida, lo cual es coherente con la evolución observada en el conjunto del Estado español, atribuida a las dificultades de acceso a la vivienda y la precarización residencial.
El recuento fue realizado como una “fotografía puntual” entre el 4 y el 6 de noviembre (ampliando la ventana temporal a 48 horas para reducir la pérdida de casos). Una de las novedades de este año fue que la UCO asumió el diseño, la coordinación y el análisis, buscando dotar de mayor rigor metodológico y evidencia científica a los datos para orientar las políticas públicas.
El sinhogarismo, un fenómeno estructural y multidimensional
El estudio enfatiza que el sinhogarismo es mucho más que solo las personas que duermen a la intemperie. El recuento se centró en las personas atendidas por los recursos de la Red Coabita y otras entidades participantes, y se basa en la clasificación europea ETOS, que distingue entre las situaciones más graves.
La distribución de las 447 personas por tipología residencial más extrema es la siguiente:
- Situación de Sin Techo (Sin techo): 197 personas, lo que representa el 44%. Este grupo incluye a aquellos que duermen en la calle (espacios públicos) y los que utilizan dispositivos nocturnos de emergencia, como el recurso de la ola de frío. Este es el núcleo más visible y extremo del sinhogarismo y ha aumentado respecto al año anterior (173 personas), lo que indica su consolidación.
- Situación de Sin Vivienda: 161 personas, un 36%. Se trata de personas que pernoctan en alojamientos de emergencia nocturna o recursos específicos para personas sin hogar, como casas de acogida municipales, la residencia San Pablo o pisos para personas sin hogar. Estos recursos cumplen una función de contención social, pero son soluciones temporales, y su volumen refleja la presión constante sobre la red de recursos.
- Vivienda Insegura o Inadecuada: 89 personas, un 20%. Esta categoría incluye situaciones como viviendas cedidas temporalmente, ocupación, alquiler sin contrato, amenaza de desalojo o infravivienda (por ejemplo, vivir en un trastero). Este grupo es el que más ha crecido proporcionalmente y sirve como una señal clara de procesos tempranos o intermedios de exclusión que podrían llevar a la pérdida total de la vivienda.
Radiografía de las personas en situación de sinhogarismo
El análisis demográfico confirma tendencias observadas a escala nacional e internacional:
- Género: Existe una marcada sobrerrepresentación masculina, con el 82,6% de hombres frente al 17,2% de mujeres. Los datos apuntan a la existencia de un “sinhogarismo oculto” en mujeres, quienes evitan las formas más extremas y peligrosas de calle por motivos de seguridad.
- Edad: Si bien el tramo más numeroso continúa siendo el de 45 a 65 años (42,1%), llama la atención la presencia de personas jóvenes: una de cada cuatro personas tiene menos de 30 años. Este hecho subraya la creciente dificultad de la juventud para acceder a una vivienda estable debido a la precariedad laboral y los elevados precios del alquiler.
- Educación: El 73,8% de las personas encuestadas no ha superado los estudios obligatorios. Este dato refleja desigualdades acumuladas que condicionan el acceso a ingresos estables y redes de apoyo.
- Nacionalidad: Por primera vez, las personas extranjeras superan ligeramente a las españolas, representando el 53,2% frente al 46,8%. Este cambio refleja desigualdades estructurales en el acceso a documentación, estabilidad laboral y vivienda. La nacionalidad marroquí representa el 25,3% de las personas, siendo la que históricamente ha tenido mayor presencia en Andalucía y una mayor exposición a la discriminación. La mayoría de la población española, en contraste, presenta un mayor arraigo territorial en Córdoba, lo que sugiere procesos de cronificación local.
Cronificación y Uso de Recursos
El análisis también constató la cronificación de las dificultades residenciales. Casi el 60% de las personas acumula más de un año en esta situación, y un 19% supera los cinco años. Esta tendencia, observada en todo el Estado, refuerza la necesidad de políticas de prevención y acompañamiento continuado.
Entre las causas mencionadas por las propias personas, la pérdida de empleo o ingresos (35%) y los conflictos o rupturas familiares (25%) aparecen con mayor frecuencia. En este contexto, se reconoce que el sinhogarismo se está trasladando a ciudades medianas: hay personas con trabajo y Seguridad Social que no pueden acceder a una vivienda debido a los precios prohibitivos y los salarios bajos.
Respecto al uso de recursos, los servicios básicos como duchas y lavandería (57,5%) y los comedores sociales (47%) son los más utilizados. Sin embargo, la oficina de vivienda para solicitar ayuda de alquiler o vivienda pública es el recurso menos utilizado, con solo el 1,3% de uso, lo que se considera un “claro punto de mejora”.
La delegada de Servicios Sociales, Eva Contador, enfatizó que este estudio sirve de guía para fortalecer distintos ámbitos de atención. La colaboración entre el Ayuntamiento, la Red Coabita (integrada por multitud de entidades como Cáritas, Cruz Roja, Proyecto Hombre, Don Bosco, etc.) y la universidad es clave para fundamentar políticas públicas basadas en la evidencia.
Como parte de la respuesta institucional, se ha elaborado una Guía de recursos sociales para personas sin hogar, en colaboración con la UCO y la Red Coabita, que será presentada en las jornadas. Esta guía, que contará con una versión digital, recopila todos los recursos asistenciales (habitacionales, alimentarios, etc.) ofrecidos por entidades de la Red y otras organizaciones en la ciudad. El objetivo final es garantizar alternativas habitacionales dignas y estables y abordar la exclusión desde un enfoque integral y preventivo.
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