El Ayuntamiento limitará a 20 km/hora la velocidad en todas las calles residenciales de la ciudad
El Ayuntamiento de Córdoba tiene prevista una revolución en cuanto a la limitación de velocidades máximas a las que pueden circular los vehículos en Córdoba. El borrador de la nueva ordenanza de Circulación, Seguridad Vial y Movilidad Sostenible de Córdoba elaborado por el equipo de gobierno recoge todas las indicaciones de la Dirección General de Tráfico (DGT) para las ciudades: que el peatón se sienta cada vez más cómodo y protegido y que se penalice la circulación en vehículo privado.
El proyecto de nueva ordenanza ya ha sido enviado a los grupos municipales en el Ayuntamiento de Córdoba además de a los colectivos que trabajan con la movilidad en la ciudad. El plan recoge en esencia las grandes recomendaciones de la DGT y fija hasta cuatro tipos de calles en la ciudad: peatonales, zonas 10, zonas 20 y zonas 30. Las grandes avenidas y vías de flujo principal de comunicación seguirán limitadas a una velocidad máxima de 50 kilómetros por hora.
En cuanto se apruebe la ordenanza, el Ayuntamiento tendrá por delante un intenso trabajo: señalizar todas las calles peatonales, zonas 10, zonas 20 y zonas 30 de la ciudad. En principio, las peatonales seguirán siendo prácticamente las mismas, aunque algunas pasarán a denominarse zonas 10. Esto es: aquellas zonas preferentemente peatonales donde puedan pasar coches, pero no abiertas al tráfico, sino para acceder a cocheras, por ejemplo. Estas zonas estarán preferentemente cerradas al tránsito de vehículos salvo los estrictamente necesarios. En esas calles no habrá una calzada diferencial. Cruz Conde, por ejemplo, podrá ser declarada zona 10, ya que en su zona final convive un tramo de tráfico abierto.
Pero el gran cambio llegará con las llamadas zonas 20, que supondrán una auténtica revolución circulatoria en Córdoba. En principio, se reserva la consideración de zonas 20 (con una velocidad máxima de 20 kilómetros por hora) a aquellas calles de plataforma única, pero también se reserva para las llamadas residenciales. Es decir, aquellas vías de uso fundamentalmente vecinal, calles que no son de paso sino de acceso, en las que se pretende recuperar la vía pública para los peatones. La ordenanza recoge que en estas calles “señalizadas específicamente” los “peatones pueden utilizar toda la zona de circulación y los juegos y deportes están autorizados”, pero que éstos “no deben estorbar inútilmente a los conductores”. Es decir, que si viene un coche los niños que jueguen al fútbol lo tienen que dejar pasar.
Además, serán automáticamente consideradas zonas 20 todas las calles de plataforma única. Esto se da especialmente en el casco histórico. Por ejemplo, la reforma que se está acometiendo del eje entre San Lorenzo y el Realejo deja la calle en plataforma única, por lo que en ese punto los vehículos no podrán circular a más de 20 kilómetros por hora. Y la ordenanza señala que en esas zonas el peatón siempre tendrá la prioridad. Eso sí, jamás debería interrumpir de manera notable y evidente la circulación de vehículos.
Aparte, se crearán otras zonas 30, con esa limitación de velocidad. Estas calles serán elegidas por el propio Ayuntamiento según su criterio. Pueden ser calzadas de doble sentido donde puede haber una gran aglomeración de peatones, entornos de colegios o vías cercanas al casco histórico. El objetivo de estas calles es, precisamente, que los coches no vayan demasiado rápido.
En todas estas calles las bicicletas y vehículos de movilidad personal podrán circular libremente, pero también respetando la preferencia del peatón.
Las bicis y patinetes
La ordenanza cumple con lo propuesto sobre la movilidad de bicicletas y patinetes: no podrán circular por las aceras salvo en casos estrictamente necesarios (que no haya carriles bici en una calle de mucho tráfico y que no sea zona 10, 20 o 30). En el caso de convivir en aceras con un peatón, las bicis y patinetes no podrán estar a menos de un metro de distancia de estos. Es más, se recomienda que las aceras tengan un ancho mínimo de tres metros. Si hay muchos peatones, habrá que bajarse de la bici o del patinete para evitar males mayores.
Aparte, también se insiste en que está prohibido amarrar una bici a un árbol o una valla, y que es obligatorio aparcarlas en los lugares habilitados. En el mismo caso ocurre con los patinetes, que no podrán ser dejados en mitad de las aceras.
El Ayuntamiento se reserva también la posibilidad de crear un registro de bicis y ciclistas. Con esto se persigue luchar contra los robos de bicicletas y también garantizar la responsabilidad del ciclista en caso de accidente, facilitando que sea identificado. Pero eso se tendría que desarrollar en una norma posterior.
Ahora, una vez listo el borrador, el Ayuntamiento lo quiere someter a debate público en el que se puedan incorporar nuevas propuestas, antes de llevarlo a Pleno para aprobarlo. Los trámites se pueden alargar aún durante al menos un año más.
2