El Ayuntamiento cederá El Arcángel al Córdoba CF el próximo lunes

El próximo lunes, a las 9:00 de la mañana, el Ayuntamiento de Córdoba pondrá fin a una anomalía histórica. A esa hora está previsto que la Junta de Gobierno Local apruebe definitivamente la cesión del nuevo estadio municipal El Arcángel (esta es su denominación oficial) al Córdoba Club de Fútbol, tras la resolución del proceso de adjudicación que ha durado varios meses.

En cuanto disponga de la comunicación oficial, el Córdoba Club de Fútbol dispondrá del estadio ya como concesionario durante un plazo de cuatro años prorrogable a otros cuatro más. Y podrá, por tanto, explotarlo comercialmente, algo que hasta ahora era muy complicado.

A cambio, el Córdoba Club de Fútbol abonará un canon anual de 110.000 euros y cederá el estadio al Ayuntamiento durante 14 días al año, para lo que considere oportuno. Eso sí, esta cesión no podrá coincidir con las competiciones que dispute el club.

Esta cesión pondrá fin a una precariedad que dura desde la construcción y posterior reforma del nuevo estadio de El Arcángel. El Córdoba Club de Fútbol nunca a llegó a ser el concesionario del bien de manera formal, sino solo a través de documentos que no pasaban de una declaración de intenciones.

Con la titularidad, el Córdoba puede llevar a cabo las obras de adaptación que considere oportunas, siempre con el visto bueno del Ayuntamiento. Entre ellas están las que exige la Liga para la disputa de los partidos en Segunda División, como es el caso de una profunda reforma en los sistemas de iluminación.

De hecho, con el fin de la situación de precariedad el Córdoba CF podrá gestionar ser el titular del contrato de luz y agua en el estadio, actualmente a nombre del Ayuntamiento. El club le abonaba las facturas mes a mes al Consistorio.

El estadio nunca ha estado en manos del Córdoba CF, algo que económicamente le ha perjudicado. El club nunca ha podido contar con el bien ni con su cesión para meterlo en sus balances económicos, algo que le ha hecho perder capacidad financiera. La precariedad, además, ha impedido que el estadio haya podido ser explotado comercialmente más allá de la venta de entradas para los partidos de fútbol.