La Junta pone en marcha una campaña contra el uso del veneno en el campo
El delegado de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Francisco de Paula Algar, ha presentado la campaña El veneno no tiene ojos, puesta en marcha por la Junta de Andalucía para alertar contra el uso del veneno en el campo e informar sobre las graves consecuencias que el uso de sustancias prohibidas acarrea para la fauna, la flora y el medio ambiente en general.
Algar ha indicado que en el último informe sobre tema de venenos de WWF que evalúa a las Comunidades Autónomas en su actuaciones de lucha contra el veneno durante los años 2011-2016, la única que obtiene un aprobado es Andalucía, “lo que nos anima a seguir por la linea marcada y a intensificar las actuaciones para mejorar la gestión”.
El delegado se ha referido al informe publicado el pasado año sobre “El Veneno en España. Evolución del envenenamiento de fauna silvestre (1992-2013)”, elaborado por WWF y SEOBirdLife, en cuya introducción se expresa: “En España, entre 1992 y 2013, se registraron 8.324 episodios de envenenamiento, con un resultado de 18.503 animales muertos. Estos datos constituyen únicamente la punta del iceberg, pues la dimensión es mucho mayor. El uso ilegal de veneno constituye una amenaza muy grave para la biodiversidad española, y por extensión para la europea, ya que nuestro país alberga entre el 80 y el 90% de las poblaciones europeas de especies como el buitre negro, el buitre leonado y el alimoche y además es un enclave fundamental para la pervivencia en el continente de otras especies, como el quebrantahuesos o el milano real. Todas estas especies, en su mayoría amenazadas, junto a otros mamíferos como el oso pardo, lobo ibérico, lince ibérico o zorro, son víctimas todos los años del uso de cebos envenenados, un problema que también está presente en los entornos urbanos.”
Algar indica que el uso de cebos envenenados es una práctica extendida por todo el territorio español y europeo para controlar a los predadores naturales de especies cinegéticas y ganaderas, si bien la utilización de este método de captura no selectivo supone una mortal amenaza para las especies catalogadas
y amenazadas. Además, suponen un alarmante y grave riesgo real para las personas, con consecuencias tan graves como altos índices de infertilidad, incremento de procesos cancerígenos, deterioro del estado de salud en general y, en última instancia, la muerte.
A pesar de estar prohibido desde 1983, las poblaciones actuales de algunas especies protegidas de Andalucía han llegado a unos niveles preocupantes con riesgo incluso de extinción. En los últimos años la muerte de algunos ejemplares de buitre negro, alimoche, águila imperial ibérica, quebrantahuesos e incluso de lince ibérico ha hecho saltar la alarma a unos límites inesperados.
Los productos utilizados para envenenar los cebos son biocidas agrícolas altamente tóxicos, en su mayoría pertenecientes a la familia de los carbamatos y organofosforados,
cuya comercialización, uso y tenencia están expresamente prohibidos en la Unión Europea.
El uso de cebos envenenados en Andalucía está ligado mayoritariamente a la caza, la ganadería y el abandono de animales de compañía en núcleos de población. El Código Penal considera delito la colocación de estos cebos y la Ley andaluza de flora y fauna prevé sanciones de 60.101,22 a 300.506,05 euros, con la obligación de reparar los daños causados y puede llevar a la prohibición de la caza durante varios años. En el caso de estar relacionado con la ganadería, se pueden retirar las ayudas de la PAC.
Asímismo, la Ley obliga a los titulares de cotos a velar por la no existencia de cebos envenenados en sus propiedades. Por último, como medida cautelar, tras la localización de cadáveres de animales o de cebos envenenados, también se puede proceder a suspender el aprovechamiento cinegético como medida preventiva para evitar más daños a la fauna y a las personas y para que se recupere el ecosistema, dañado por la colocación de los cebos envenenados.
Campaña
Consciente del problema, la Consejería de Medio Ambiente ha convertido la lucha contra el veneno en una de sus prioridades. Así, en 2004 puso en marcha la Estrategia Andaluza contra el Veneno (EAV), gracias a la que se ha logrado reducir en un 50% el número de casos desde su puesta en marcha.
El delegado informa de que ahora se ha preparado “una nueva campaña de divulgación para llamar la atención sobre el uso indiscriminado del veneno, que no tiene ojos y por tanto mata mucho más de lo que vemos e incluso especies a las que no está dirigido porque no es selectivo. Ese es el motivo principal del cartel. También se ha editado un cuadríptico en forma de frasco de veneno donde se desarrollan varios aspectos a manera de prescripciones en el que se llama la atención sobre los graves riesgos que se corren al usar estas sustancias y los medios que la Consejería de Medio Ambiente está disponiendo para evitar esta práctica tan perniciosa”.
Entre estos medios, la Consejería ha creado las primeras Brigadas de Investigación de Envenenamiento de Veneno, entre cuyas funciones figuran la inspección técnico ocular, inspecciones caninas, coordinación con el SEPRONA e investigación policial, levantamiento de muestras biológicas y de indicios de delito, cadena de custodia, elaboración de informes complementarios, e inspección del Libro Oficial de Movimientos de productos “Tóxicos” y “Muy Tóxicos” en los establecimientos autorizados.
El delegado ha valorado muy positivamente el trabajo de los técnicos, Agentes de Medio Ambiente, de las BIVE, Agentes del SEPRONA y del Centro de Análisis y Diagnóstico, “que, ha dicho, ha sido de gran utilidad para el desarrollo y éxito de la Estrategia Andaluza contra el Veneno.
Entre las actividades de los agentes de Medio Ambiente, durante 2016 se han realizado 54 jornadas específicamente dedicadas a la búsqueda de veneno, 19 de ellas acompañadas del equipo canino. 27 tuvieron como resultado la localización de muestras o cadáveres con sospechas de envenenamiento. Durante el presente año, se han realizado 25 inspecciones, 9 de ellas con el equipo canino. En 13 de ellas se han detectado sospechas de envenenamiento, que en estos momentos están siendo analizadas.
Datos Córdoba
En la provincia de Córdoba, hubo un periodo de fuerte presencia al principio de los años 2000. Cuando se pone en funcionamiento la Estrategia contra el veneno, en 2004, baja la incidencia, con algunos altibajos. Durante este período, los años con más casos detectados fueron 2003 y 2005, con 27 y 28 casos. En 2014 se redujo a 8 casos y en 2015 se situó en 12 casos.
Como especies más significativas afectadas se encuentra el buitre negro, el alimoche, el milano real entre las especies más amenazadas. También se han registrado muertes de pequeños y medianos carnívoros, diversas especies de rapaces diurnas y nocturnas y perros y gatos asilvestrado, hasta un total de 199 animales encontrados. En la provincia hemos se calcula que un animal encontrado supone el 6,75% de la mortalidad real, lo traducido a valores reales supone un mínimo cercano a los 3000 ejemplares.
En la actualidad, la Delegación de Córdoba ha suspendido el aprovechamiento cinegético en 4 cotos de caza por episodios de envenenamiento, en los parajes de Barrionuevo (Santaella), en las proximidades del vertedero de El Lobatón (Córdoba), en Albendín (Baena) y en Paredones (Baena). Ademas se están llevando a cabo diligencias judiciales por el uso indebido de rodenticida en una finca de olivar en paraje Serranillos del término municipal de Lucena.
La Ley de flora y fauna andaluza también prevé la suspensión del aprovechamiento cinegético por el uso de medios prohibidos de caza masivos y no selectivos como pueden ser los cepos, lazos, etc. Por la aparición de cepos, cuyo uso se encuentra prohibido en la Unión Europea desde 1994, se encuentra suspendido un coto de caza en Castro del Río.
0