Judit Peña, la enfermera cordobesa que ha sido la número 1 en el EIR
Nació en Córdoba, vive en Málaga, estudió en Sevilla, trabajó en Alemania y dentro de unos meses ejercerá como enfermera en el hospital público que desee. Durante este periplo geográfico, toda una vida al fin y al cabo, Judit Peña siempre ha tenido claro que quería dedicarse a la Enfermería. Desde el pasado lunes vive en una vorágine de ilusión e incredulidad ya que esta cordobesa -aunque con un acento malagueño que le delata- ha obtenido la mejor puntuación en el examen EIR (Enfermero Interno Residente): 101,2011, con 147 respuestas válidas y 49 errores.
Esta posición le permite poder elegir especialidad y hospital, aunque todavía duda sobre ambas cuestiones. Tal y como relata a este periódico, desde que en marzo de 2018 empezara a prepararse de lleno para el examen, se dedicó en exclusiva a estudiar ya que era la primera vez que se presentaba. No perdió tiempo en “investigar” a qué especialidad podría dedicarse o qué hospital satisfaría todas sus necesidades. Ahora son varias las posibilidades que baraja: Pediatría, Familiar y Comunitaria o Ginecología, lo que le abriría las puertas para ser matrona.
Esta carrera de fondo no comenzó cuando Judit decidió apuntarse a la academia de preparación, sino mucho antes. Decidió estudiar Enfermería en el Centro Universitario de Osuna, adscrito a la Universidad de Sevilla, y después realizó un máster de Urgencias y Emergencias en la Universidad de Córdoba. Al finalizar estos estudios, en 2014, se embarcó en un reto que ha supuesto para ella una de las mejores experiencias profesionales vividas hasta el momento: buscó ofertas de empleo por Internet y vio una en Alemania, donde se requerían enfermeras. Optó al puesto y fue seleccionada para un hospital en Heidelberg.
En esta ciudad alemana de apenas 150.000 habitantes, Judit estuvo trabajando durante tres años y medio como enfermera, primero en Neurología y después en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Aunque confiesa que le costó adaptarse al entorno y, sobre todo, al idioma, supo solventar las dificultades cuando empezó a conocer gente que, después, se ha transformado en su grupo de amigos. De aquella experiencia se lleva, además, la importancia de un buen equipo de enfermería, implementado de forma plena en España pero no tanto en países como Alemania.
Ahora, entre risas, recuerda lo que sintió cuando vio su nombre en los resultados del examen y, al lado, el número uno. “No me lo quería creer y llegué a pensar que quién había metido ahí mi nombre”, cuenta la enfermera que, tras celebrar este éxito con su pareja, volvió a revisar la nota por si “no hubiera mirado bien”. Pero sí, había conseguido la plaza y con la mejor nota en un examen “realmente difícil”. Según cuenta, muchas de las preguntas eran “muy complicadas” e incidían en cuestiones superfluas, alejadas del grueso de la materia. “Hubo un momento en que leía una pregunta y no sabía contestarla. Iba a la siguiente y me ocurría lo mismo y decía: ¿Otra igual?”, confiesa Judit, que asegura que en exámenes tan largos como los del EIR -que superan las cinco horas- entra en juego el cansancio acumulado de tantos meses.
Judit disfruta ahora de la tranquilidad en su casa en Mijas a la espera de decidir, antes del 22 de abril, a qué y dónde quiere dedicar los siguientes dos años de su vida. Está abierta a cualquier ciudad de España pero, indidudablemente, capitales como Málaga, Sevilla o su ciudad natal, Córdoba, están entre sus quinielas. Afortunado será el hospital que cuente entre sus profesionales con esta número 1 de la Enfermería.
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