Futuro hecho presente

Ya es Domingo de Ramos. Apenas acaba de comenzar. El esperado día es al fin una realidad. De nuevo, como cada año. El frío es mayor. Las calles quedan desiertas muy lentamente. La Semana Santa está aquí. En unas cuantas horas las campanas de San Lorenzo han de anunciarlo. Si el cielo lo consiente. Un cielo que antes atemoriza pero no atormenta. Quienes aguardan lo hacen plenos de Pasión. La madrugada sorprende tras otra jornada memorable. Ésta es la de un Sábado de Pasión brillante. Aun a pesar del poco apacible tiempo. Los sueños de barrio cobran forma una vez más. En esta ocasión más que nunca, si bien menos que en adelante. La Córdoba cofrade asiste, lo sabe sin albergar dudas, al futuro hecho presente.

Porque presente es el cumplimiento de un anhelo en El Naranjo. Un barrio entregado a su hermandad este Sábado de Pasión de 2018. Tras una mañana pálida, comenzó la tarde con un manto de tímido azul y gris en avance. Corría viento y existía inquietud, si bien ésta lo era más entre quienes se reunían en torno al templo. En su interior nada de esto había. Sin duda, la hermandad de la Agonía inició su ya tradicional Vía Crucis de traslado a la Mezquita Catedral. La cruz de guía cruzó la puerta de Santa Victoria minutos después de las cuatro. Este año era distinto. No sólo portaban los hermanos de la corporación al Santísimo Cristo de la Agonía, sino también a Nuestra Señora de la Salud. La Virgen, ataviada de hebrea, recibió una petalá y el calor de su gente, que ahora ha de contar las horas para verla regresar el Martes Santo. Ya bajo palio. Ya como un futuro que no es tal, pues es el hoy.

Como el hoy fue para otro barrio este Sábado de Pasión. En el Parque Figueroa eran centenares las personas que, como en El Naranjo, se congregaban en torno al templo. Éste era, y es, el de Nuestra Señora de la Asunción. De un anexo preparado ante su fachada había de salir a las seis de la tarde uno de los dos pasos que se estrenaban en una jornada cada vez más fría. Pero con calidez humana creciente. El Santísimo Cristo de las Lágrimas, de la cofradía a la que da nombre, surgía con mirada al cielo por vez primera sobre trono. Un sayón se esforzaba en elevar la Cruz. La estampa era única, y como tal la observaron todos los que quisieron seguir el trayecto del cortejo, nutrido y con más hábitos de nazareno, durante sus cinco horas de procesión. La Banda de Cornetas y Tambores Santísimo Cristo de la Fe y Consuelo fue la elegida para esta cita especial. Con sus sones, la tarde fue inolvidable. Era ya.

Ya fue, y es, también realidad el sueño de otro barrio. A unos metros de donde antes se levantara la cárcel de Córdoba, una multitud aguardaba desde minutos después de las siete. Cumplida la medianía de esa hora, eran incontables las personas. Una carpa montada en un lateral de la parroquia de Nuestra Señora de la Aurora destapó en un momento dado un nuevo palio, otro, para la ciudad. Descorridas las lonas, apareció a la mirada de todos los cofrades María Santísima de La O. La pro hermandad a la que da nombre la imagen de Antonio Bernal demostró el acertado rumbo tomado en los últimos tiempos. Su avance es, como el de sus corporaciones compañeras de día, indudable. Su tránsito por Fátima estuvo acompañado del viento y un frío en aumento. No importó, pues la agrupación logró brillar. La Banda de Cornetas y Tambores María Santísima del Amor la Paz de Montoro abrió la senda y la Banda Sinfónica Municipal de Dos Torres dedicó sus oraciones musicales a la Virgen.

Presente era desde hace tiempo y es cada año más la hermandad de la Conversión. En otro punto distante, pues el Sábado de Pasión es definitivamente es la jornada de los barrios. De los sueños cumplidos lejos del casco histórico al que todos desean un día llegar. Visto lo visto, es probable que poco a poco cada una de las corporaciones se sume más pronto que tarde. En una marcha calmada pero firme siguió su camino en este sentido la cofradía de Electromecánicas, donde eran también centenares las personas que esperaban y acompañaron al Santísimo Cristo de la Oración y Caridad. El Crucificado, con su rostro sereno en el dolor, recorrió también zonas cercanas a la de su feligresía con los sones de la Agrupación Musical Santísimo Cristo de Gracia. La unión entre la hermandad y la formación es total, y se hizo notar antes de la compleja salida del paso de Nuestra Señora del Rosario con la entrega de un obsequio. Regalo fue para el hermano mayor, Rafael Dorado, por parte de su junta de gobierno una vara de presidencia restaurada y enriquecida. El mañana no lo es sin el hoy.

Hoy que vive Cañero desde hace tres años. Al igual que los anteriores, este barrio está volcado con su hermandad. Es la de la Presentación al Pueblo, la encargada de cerrar el Sábado de Pasión tras salir sobre las siete y cuarto. Con la luna a las puertas y el cielo cada vez más oscuro, las puertas de San Vicente Ferrer se abrieron para que la comitiva comenzara a caminar entre un mar de personas. Una multitud permanecía expectante, como suele suceder desde 2016, en la plaza. Fue ya con la noche iniciada cuando Nuestro Padre Jesús de los Afligidos comenzó a erizar la piel de los cientos de asistentes. Su porte, su rostro, su mirada y el buen andar que marcan sus costaleros resultaron emocionantes una vez más. En esta ocasión con la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Redención, y su maestría, tras de sí.

Futuro hecho presente es lo que deparó otro año el Sábado de Pasión. También en la Colonia de la Paz, el último de los barrios que se adentró intensamente en la jornada previa a la Semana Santa. Una Víspera que es capaz de regalar el contraste entre la bulla incipiente y la más estricta sobriedad. Se trata del sello de la pro hermandad del Traslado al Sepulcro, cuyos hermanos arrancaron su estación -que hicieron en las Santas Margaritas- a las nueve de la noche. En silencio precedió su cortejo a Nuestra Señora de la Salud y Traspaso, acompañada también por la música del trío de capilla Trivium. La Virgen marchó sobre un pequeño paso, que fue muestra del progreso que se da sin pausa pero sin prisa en la parroquia de Nuestra Señora de la Consolación. Ejemplo sea la reciente firma del contrato para la hechura del Santísimo Cristo de las Almas.