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Córdoba entra en la 'gresca' entre Montoro y Carmena

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Juan Velasco

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No parecía la de este martes una sesión plenaria de las que iban a acabar en bronca y desalojo como viene ocurriendo quizá con demasiada frecuencia en Capitulares. La gran cantidad de mociones consensuadas por todos los grupos políticos hacía prever una jornada en la que el gran debate iba a estar en la tauromaquia, que, como bien se puede comprobar, hace tiempo que dejó de ser un pasatiempo nacional para convertirse en motivo de filias y fobias.

Y aunque se tuvo que desalojar al público muy al principio, los concejales ya habían toreado con galantería la moción sobre Manolete, debatida con apelaciones directas inclusive, entre el Gobierno y la oposición, pero con limpieza y sin embarrarse entre ellos. Y en esta tónica se estaba cuando llegaron al pleno Manuela Carmena y Cristóbal Montoro.

Los había invitado la concejala de Hacienda, Alba Doblas (IU), que había introducido una moción en la que pedía al Pleno que se manifestara sobre la intervención del Estado de las cuentas del Ayuntamiento de Madrid. Y, como con todo lo que esté vinculado con Podemos y también con el ministro más “impopular” de los populares, se armó el 2 de mayo en Capitulares.

Desde luego, si se trataba de reprobar la regla de gasto del Gobierno, la intención quedó en segundo plano. Fue lo de menos en una votación con la que IU intentaba desacreditar la política financiera “intervencionista” del Gobierno central, y que finalmente salió adelante con los apoyos de PSOE y Ganemos. De lo que se trató desde un principio fue de posicionar al Pleno a favor o en contra del Gobierno central y del Partido Popular, o al menos eso pareció por cómo entró a defender la moción Doblas.

La concejala arrancaba apelando a la necesidad de denunciar la “absoluta corrupción reconocida” que impera, a su juicio, dentro del PP y entre “quienes dicen que el Ayuntamiento de Madrid está en situación ilegal”. Para ello, sacó a relucir el nombre de José Antonio Nieto, lo que le granjeó la primera llamada al orden por parte de la alcaldesa, Isabel Ambrosio.

Doblas fue explícita en las comparaciones: el PP ha ignorado a otros ayuntamientos como Murcia o Jaén o al propio Ayuntamiento de Madrid cuando lo gobernaba Ana Botella, mientras en éstos “se ha incumplido la regla de gasto o los objetivos de estabilidad”, por lo que justificaba el reciente “intervencionismo arbitrario” en que el Gobierno necesita “compensar su propio déficit”.

Varias llamadas al orden y una amenaza de denuncia

A su intervención le siguió la de un José Luis Vilches, quien, por parte de Ciudadanos, también fue reprendido por la alcaldesa, al interpretar con sorna en las palabras de Doblas que Montoro merecía “ir al paredón”. No fue la única llamada al orden. Poco después se preguntaba sobre la concejala de IU: “¿Cuándo vamos a pasar del manifiestamente mejorable, al necesariamente prescindible?”, en referencia a su gestión al frente de Hacienda.

En este tono, cogió el testigo por parte del PP Salvador Fuentes, quien tuvo dos amonestaciones verbales de la presidencia del pleno. La primera cuando, en referencia a la moción, aunque mencionando a la concejala de IU, dijo “es usted un esperpento”; y la segunda cuando acusó a Doblas de “vivir del cuento”, aunque luego explicó que no se refería a su vida personal, sino a su labor al frente de Hacienda.

Doblas entró al trapo y, al tiempo que defendía su carrera laboral fuera de la política, lanzaba un dardo al portavoz del PP, José María Bellido, al mencionar casi veladamente que “Belli había falseado facturas”. Esto motivó un nuevo turno de palabra, que el 'popular' usó para pedirle a Doblas que rectificara y amenazar con denunciarla por calumnias. “Si pretende dañarme no lo va a lograr, tengo la conciencia muy tranquila. Pero le pido que rectifique”, dijo Bellido. Doblas no lo hizo en el pleno y la acusación quedó en el acta.

Aunque sin alzar la voz, en aquel debate estaba también Ganemos, fuerza hermanada de alguna manera con Ahora Madrid, y cuyo concejal, Francisco Molina, se limitó a calificar la ley que se quiere aplicar al Ayuntamiento de la capital como “claramente injusta”. También intervino Antonio Rojas por parte del PSOE, que criticó que el PP esté “estrangulando” a los ayuntamientos y que éstos no puedan invertir en planes de empleo “en pos de la regla del techo de gasto que el Gobierno sólo destina a pagar los bancos”.

Al fin y al cabo, de eso se trataba o así se había planteado. Un poco antes, una moción de Ganemos que pedía precisamente que se pueda invertir parte del superávit en planes de empleo o arreglo de infraestructuras, y que obligaba a modificar la regla de gasto, había sido aprobada por unanimidad de todos los grupos. Pero el texto de Ganemos no hablaba ni de Montoro ni de Carmena.

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