Construir en zona inundable sin saberlo: los vecinos empiezan a toparse con la Confederación
Javier, como otros vecinos de Cañero, ha demolido su antigua casa en el barrio con la idea de construir una nueva vivienda de dos plantas en la que vivir a partir de ahora. Obtuvo el permiso de demolición en junio de 2018, echó abajo su casa y quedó a la espera de la licencia para construir la nueva vivienda. “Me dijeron que en unos 40 días la tendría”, recuerda. Pero el permiso nunca llegó y, entre medias, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir empezó a aplicar el reglamento que regula la edificación en zonas que se consideran inundables, como es el caso de Cañero. Ahora Javier no puede construir su casa si no es pasando por un notario, reinscribiendo su propiedad en el registro como zona inundable y modificando el proyecto de edificación para adaptarlo a la nueva normativa. Este joven de Cañero vive mientras en un local y, junto a otros vecinos afectados, pide una solución a la administración.
La vivienda de Javier estaba en la calle Pintor Muñoz Lucena. Unos números más abajo, otra vecina se encuentra en la misma situación. “Hasta que no te pones a mover tierra nadie te dice nada”, se queja. “Los vecinos no sabíamos nada”, cuenta mientras relata cómo él mismo ha puesto una pancarta en la Plaza de Cañero para hacer ver el problema al que se enfrentan ahora estos vecinos.
La normativa que afecta a Cañero, como a todas las zonas inundables de Córdoba, proviene del reglamento que la Confederación aprobó en 2016, que ha comenzado a aplicar este pasado verano y que limita las nuevas construcciones en las zonas inundables de la ciudad, incluso en las consolidadas dentro del casco urbano. El Reglamento del Dominio Público Hidráulico es el que ahora condiciona las obras que se pueden y no hacer en zonas inundables, como no construir viviendas en sótanos o a nivel del terreno.
Javier tiene cita en estos días con su abogado para ver qué se puede hacer. Se queja de que desde que presentó en Urbanismo en enero de 2018 la solicitud de licencia de demolición de su casa y la de construcción de una nueva vivienda, hasta después de otorgarle el permiso para la demolición y haber realizado esos trabajos en junio de ese año, nadie le informó.
“Ahora me dicen que tengo que ir al notario, reinscribir la vivienda en el registro y cambiar el proyecto”, dice mientras mentalmente echa cuentas sobre el coste que eso supone. “Por ese aro no paso”, asegura Javier.
Cuenta que, mientras colocaba una pancarta en la plaza del barrio llamando la atención sobre el problema de la zona declarada inundable, otros vecinos le han contado que tienen el mismo problema. Ahora espera reunir a todos los afectados del barrio que se encuentren en una situación similar para que su unión pueda hacer un frente común ante las administraciones y encontrar una solución.
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