Cerca y lejos
El restaurante Arbequina, del Hotel Hospes Palacio del Bailio, presenta su nueva carta de verano en la que los productos de la tierra se tratan con técnicas de las cocinas asiática o peruana para despertar los sentidos
En pleno casco antiguo de la ciudad, en un palacio casi escondido que hunde sus orígenes en el siglo XVI con vestigios de baños romanos, patios, palmeras y antiguas cuadras hay un restaurante donde se come lo cercano y lo lejano. Es Arbequina, el restaurante del Hotel Hospes Palacio del Bailio. Y al frente de su equipo de cocina y sala está el joven chef cordobés Javier Moreno. Decimos lo cercano y lo lejano porque Moreno y su equipo nos proponen un menú conformado por productos de la tierra y de temporada pero elaborados con técnicas prestadas de la cocina oriental o peruana o mexicana. Así nos sorprende con una vieira Nuoc Cham con verduritas glaseadas que nos pasea por Vietnam o un lomo de ciervo napado con naranja y calabaza. Todo un acierto para la noble carne de caza. Lo cercano lo tenemos con su versión del salmorejo con polvo helado de tomates y albahaca o con los raviolis de rabo de toro. Lo más lejano nos lleva, por ejemplo, a probar de postre una panna cotta de chocolate blanco.
No es caro el menú degustación que proponen para esta temporada casi ya de verano: 45 euros por comensal con carta de aceites (no es casual que el local se llame Arbequina), vinos variados (espectacular el Pedro Ximénez para terminar) y la variedad de panes: de tomate, de varios cereales, con especies y hasta de tinta de calamar.
Pero en la carta hay mucho más que el menú degustación que proponen Moreno y su equipo. Atrévanse con las berenjenas, por ejemplo, o los chips de zanahoria en una cena desenfadada con un buen vino de la tierra en un patio fresco y bajo una palmera. Un lujo cercano que nos merecemos.
Este lugar en la Córdoba Patrimonio de la Humanidad es una sorpresa. Desde aquí lo recomendamos vivamente y felicitamos a todo el equipo del Hotel Palacio del Bailio, profesionales preparados y sencillos que lo único que quieren es que seamos felices por un rato. Así de simple. Y de importante.
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