El Rayo
Es uno de los equipos más carismáticos de España. Es el club de un pueblo que se convirtió en barrio, pero que se siente casi nación. Un sentimiento al que el grupo Ska-P le dedica una canción (“con dos petas en la mano/soy del Rayo Vallecano”, reza el vocalista Pulpul en una de sus estrofas). Su estadio retumba cada dos fines de semana a los sones de la canción pirata adoptada por sus ultras “Bukaneros” de la película que Disney hizo sobre Peter Pan. No han ganado aún nada, pero para los habitantes de Vallecas su Rayo es algo muy grande.
Nace la Agrupación Deportiva El Rayo (sic) en el domicilio de Doña Prudencia Priego en 1924. Viste completamente de blanco y disputa amistosos en un campo de la calle Las Erillas. En el 31, con el advenimiento de la República, se crea una Federación Obrera de fútbol a la que el Rayo se adhiere y en la que compite hasta el comienzo de la guerra civil. Tras la contienda el fútbol en Vallecas, como en toda España, es un pasatiempo al que agarrarse para obviar la realidad. El Rayo se inscribe en la Federación Castellana y en el 47 cambia su nombre por el actual Agrupación Deportiva Rayo Vallecano.
En el 49 asciende a Tercera siendo filial del Atlético, y esa misma temporada le añade a su camiseta su tan característica franja roja. El motivo fue la disputa de un amistoso ante el titán argentino River Plate, que estaba de gira por Europa y se iba a medir luego al Real Madrid. Tan contentos quedaron los dirigentes del equipo Millonario con el trato en Vallecas que a su vuelta a su país le enviaron varios juegos de camisetas franjirrojas. Les estaban pequeñas porque eran para juveniles, pero el diseño lo adoptaron como suyo.
El estreno en Segunda llega en el 56 junto con su mudanza al campo de Rodival. Estando en la división de Plata se construye el campo de Vallecas. Hasta los años 70 no consiguen asentarse en esa categoría. En la 70-71 está a punto de subir a Primera –se lo impide, entre otros, el gol average perdido con el Córdoba- y en la 76-77 lo consigue bajo la dirección de Víctor Núñez y sin perder un partido en su Nuevo estadio de Vallecas. Al año siguiente sorprende al fútbol nacional ganándose el apodo de Matagigantes y obteniendo un meritorio décimo puesto. Despuntan en esa época en Vallecas Felines, Landáburu y, sobre todo, el uruguayo Morena.
Del 80 al 89 transita entre Segunda y Segunda B hasta que en ese año logra otro ascenso a la élite que apenas le dura un año. En 1992 se hace con el club –ya S.A.D- la familia Ruiz Mateos y lo asciende José Antonio Camacho. Durante su mandato militan de franjirrojo mitos como Polster, Hugo Sánchez, Wilfred, Onésimo o, a otro nivel, el pundonoroso capitán y emblema Jesús Diego Cota. Los vallecanos viven pendientes de las promociones como modesto equipo ascensor que son (pierden alguna –ante el Compos y Mallorca- y ganan otras- como ante el Extremadura y el propio Mallorca-).
Entre 1999 y 2003 atraviesan una gran época de estabilidad, llegando incluso a ser líderes varias jornadas y a jugar en 2000 –Juande Ramos en el banquillo- en Europa por razones de fair-play. En la única UEFA que han disputado pueden presumir de haber alcanzado los cuartos tras eliminar al Constel-laciò andorrano, Molde, Lokomotiv, Viborg y Girondins. Otro equipo español, el histórico Alavés de Javi Moreno, les dejó a las puertas de las semis. Destacaban en esa época Míchel, Luis Cembranos, Lopetegui…
Sin embargo, en dos años de una racha nefasta los rayistas dieron con sus huesos en Segunda B –en ese equipo militaba como jugador su actual técnico Paco Jémez- en 2005 y penan hasta cuatro temporadas consecutivas en ella por culpa de sendos tropiezos en las rondas finales por subir en Euskadi (Irún y Eibar). El ascenso lo logran ante el Zamora gracias al trabajo de Pepe Mel en el banquillo.
Después de dos intentos fallidos de ascenso a la élite, los Ruiz Mateos venden el club. Raúl Martín Presa ocupa la presidencia y un técnico con poca experiencia como Sandoval el banquillo. Así, casi in extremis, se gesta el retorno a Primera en 2011. Acaban segundos.
Épica fue, ya en Primera, la salvación en 2012 con ese gol postrero de Tamudo ante el Granada y espectacular la primera temporada de su actual técnico, Paco Jémez quien, sin renunciar a su fútbol ofensivo, llevó a los vallecanos a su mejor puesto en su historia (octavos).
Quince temporadas lleva ya el representativo de este barrio castizo de Madrid que de humilde que es se ha hecho un hueco entre la leyenda de los grandes del fútbol español y en el corazón de muchos aficionados neutrales.
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