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Sobre este blog

Javier Jiménez (Córdoba 1976) es un empresario cordobés con más de 25 años de experiencia en los que ha iniciado proyectos de todo tipo en diferentes sectores. Futurista empedernido y adicto a la búsqueda y desarrollo de oportunidades y alianzas estratégicas tanto en el ámbito nacional como internacional. Un líder creativo y optimista con excelentes habilidades para el desarrollo de productos innovadores y mercados basados en tecnología. Actualmente dirige la empresa Grayhats en la que hace consultoría estratégica y de ciberseguridad.

Ritmo de clase

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Pienso que tal vez la característica mas perjudicial en un sistema educativo es lo que se conoce como “ritmo de clase”. Este define el tiempo que dedican los profesores a enseñar los conceptos, y este tiempo no depende de de cada alumno -que es lo que idealmente debería- , ni siquiera de toda la clase, depende del profesor o del plan de estudios y calendario de turno. 

Malas noticias, no todo el mundo aprende al mismo ritmo. Y no es que unos sean más tontos que otros, sino porque 1, para aprender algo cada uno necesita analizar los conceptos con más o menos niveles de profundidad y 2, los niveles de permeabilidad definidos por la capacidad de atención no son los mismos de una persona a otra. Cada uno también dedica un tiempo de su dia a aprender y este tiempo lo define principalmente la motivación que la persona tenga para aprender sobre un tema en cuestión. 

Tengo la sensación de que el sistema educativo se ha diseñado y se sigue diseñando pensando en qué le viene bien al sistema para que este sea posible y no pensando en la bondad de “para lo que sirve” el sistema en sí. En pos de la igualdad de oportunidades y del capricho político del momento se alimenta un sistema monolítico y poco flexible que aburre y desespera hasta a la persona más motivada.

Los planes de estudio de secundarias y bachilleres se van diversificando y especializando para que cada persona pueda encontrar qué le motiva más, hurra, pero creo que no es suficiente. Por fin parece que se empieza a tomar en serio y desestigmatizar los ciclos de Formación Profesional. España no necesita sólo científicos, médicos y abogados, también profesionales de todo tipo y para eso tampoco hay que saber desarrollar una derivada de la transformada de Fourier. Pero lo más importante es que con estos ciclos especializados aumentan enormemente las posibilidades de poder motivar a personas a querer de dicarse a algo que realmente les apasione.

Por otro lado, me llama la atención la “mili” educativa en la que se está convirtiendo la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO). No queremos abandono de estudios, pues la hacemos obligatoria. No queremos fracaso, pues todo el mundo pasa de curso aunque suspenda, titulito, y el marrón para el que venga después.

La adolescencia, período que la ESO ocupa de lleno, es un período complicado donde hasta las mentes mas brillantes se hacen un lío. Repetir curso es de las medidas más estigmatizadas, tal vez también de brocha gorda, pero que aportan un mayor beneficio precisamente porque es posible acompasar los ritmos de enseñanza generales a los ritmos de aprendizaje específicos y motivación de cada persona. El drama no es repetir un curso, el drama sería descolgarte del ritmo y no aprender nada. 

Por último, con esta doctrina de “patada a seguir”, no entiendo la posición en la que han dejado a las y los profesores. Tiene que ser muy duro mirar a alguien a la cara y decirle que no ha dado el nivel y que por aquí no va a pasar, que se te eche a llorar y mantenerse a pie quieto sin dar un paso atrás. El favor que le hacen a esa persona no está pagado. Pues supongo que eso ya no va a pasar más, ahora el mensaje será, no das el nivel pero enhorabuena, pasas de curso y el año que viene te enseñaré cosas que todavía entenderás menos.

Hace poco un profe de secundaria que me consta que ama su trabajo me dijo: “La secundaria se está convirtiendo en una máquina de crear gente apollargá”. Pero no pasa nada, nadie moverá un dedo, como marca la doctrina imperante, patada a seguir y el problema a ver si lo arregla el que venga.

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Javier Jiménez (Córdoba 1976) es un empresario cordobés con más de 25 años de experiencia en los que ha iniciado proyectos de todo tipo en diferentes sectores. Futurista empedernido y adicto a la búsqueda y desarrollo de oportunidades y alianzas estratégicas tanto en el ámbito nacional como internacional. Un líder creativo y optimista con excelentes habilidades para el desarrollo de productos innovadores y mercados basados en tecnología. Actualmente dirige la empresa Grayhats en la que hace consultoría estratégica y de ciberseguridad.

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