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Sobre este blog

Javier Jiménez (Córdoba 1976) es un empresario cordobés con más de 25 años de experiencia en los que ha iniciado proyectos de todo tipo en diferentes sectores. Futurista empedernido y adicto a la búsqueda y desarrollo de oportunidades y alianzas estratégicas tanto en el ámbito nacional como internacional. Un líder creativo y optimista con excelentes habilidades para el desarrollo de productos innovadores y mercados basados en tecnología. Actualmente dirige la empresa Grayhats en la que hace consultoría estratégica y de ciberseguridad.

Abajo los deberes

Abajo los deberes

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(Para leer este artículo os podéis poner la canción Turn! de los Byrds que le pega)  

Desde que era niño he tenido la desagradable sensación de que cuanto antes saliera del sistema educativo mejor.  

En el colegio Cervantes, en el que cursé la EGB, se dieron cuenta de que yo allí me sentía raro y trataron de expulsarme varias veces. No se andaban  con tonterías y hacia octavo yo ya tenia todos los sambenitos posibles. Mi madre intentaba que yo encajase por todos los medios, me apuntaba a psicólogos y clases particulares hasta que un día la llamó el director y le dijo “Señora, veo que su hijo se está esforzando pero aunque lo apruebe todo no va a seguir en este colegio”. Era final de curso y yo estaba esprintando para ver si aprobaba, terminaba el curso y por lo menos me sacaba el graduado. No aprobé casi nada, me “quitaron” del colegio y después de ocho años de tortura no me saqué ni el graduado. 

Fui expulsado del sistema educativo y tengo la sensación de que eso me salvó la vida. 

Corría el año 1989, yo tenía 14 años y un acuerdo para empezar a trabajar descargando cajas de pescado en el supermercado de mi calle cuando tuve un golpe de suerte. En un perol con mi familia nos enteramos que un primo segundo estaba estudiando algo nuevo que se llamaba Formación Profesional ( FP ), era una especie de secundaria para descarriados a los que “no les gustaba estudiar” donde en vez de es enseñarte más matemáticas, filosofía y otras zurrapas, te enseñaban una profesión de “currito”.  

Mis padres, que estaban un poco desesperados y perdidos sobre cual sería el próximo paso para encarrilarme decidieron preguntarme a mí que qué quería hacer. Interesante e insólito giro de los acontecimientos. Me dijeron que podía irme a descargar pescado, repetir octavo en otro colegio, o meterme en la FP para la que no hacía falta ni el graduado. Que me lo pensara porque seguramente de esta decisión dependería mi futuro. Me habían dado el verano libre y tuve tiempo, al final decidí FP porque realmente sentí que es lo que quería hacer.  

Me metí, y lo digo en primera persona porque tuve la suerte de poder decidirlo, con 14 años y un reguero de fracasos a mis espaldas, en una FP de electrónica industrial en el colegio Ahlzahir. Allí me encontré con la horma de mi zapato, un grupo de outsiders peleones cabreados con la vida y profesores que no terminaban su jornada a las 3, ni a las 5, ni los viernes. Me dieron hasta en el cielo de la boca -literalmente- pero a partir de ahí mi vida cambió. No por las ostias, sino porque conseguí ponerme en el carril en el que yo quería correr.  Y corrí. De allí salí hecho la persona que soy hoy. 

Hoy lamentablemente sigo pensando lo mismo para mis hijas. Cuanto antes salgan del sistema educativo, mejor. No para que dejen de aprender, sino para que tengan tiempo para tomar su camino, el de verdad, y que empiecen cuanto antes. Actualmente existen incontables fuentes de información y formación por internet y en centros alternativos. Los planes de estudio establecidos y los recursos de los colegios se quedaron en el siglo XIX. Como parece que no van a poner más recursos como personal docente, ordenadores o aires acondicionados, las mejoras se centran en meter nuevas y ocurrentes asignaturas o cambiar el idioma de las que ya hay. En definitiva, un chapapote ideológico-educativo del que no veo fácil escapar, ni un ratito, y sacar tiempo para pensar qué es lo que cada una quiere hacer.  

Einstein  desarrolló y publicó su teoría especial de la relatividad trabajando en la oficina de patentes y no en la Universidad donde lo habrían machacado al primer comentario del asunto en un café de media mañana porque contradecía todas las creencias y dogmas del momento. A veces necesitamos espacio.  

La cuestión y objeto de este articulo es que si bien es discutible que la educación “obligatoria y reglada” es mejor o peor, lo que tengo claro es que esta ocupa demasiado espacio

Yo prohibiría los deberes completamente. El tiempo que estén en clase, que no es poco, formación reglada y asistida. El tiempo que estén fuera cada uno a su bola haciendo lo que quieran hacer que recursos para aprender tienen a mogollón y seguramente curiosidad también. Seguro que nos sale algún Einstein, o alguna Ada Lovelace. 

El futuro no está inventado, se lo tienen que inventar nuestras hijas e hijos. Démosles un poco de tiempo para pensar.

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Javier Jiménez (Córdoba 1976) es un empresario cordobés con más de 25 años de experiencia en los que ha iniciado proyectos de todo tipo en diferentes sectores. Futurista empedernido y adicto a la búsqueda y desarrollo de oportunidades y alianzas estratégicas tanto en el ámbito nacional como internacional. Un líder creativo y optimista con excelentes habilidades para el desarrollo de productos innovadores y mercados basados en tecnología. Actualmente dirige la empresa Grayhats en la que hace consultoría estratégica y de ciberseguridad.

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