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Sobre este blog

Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.

Alcorques en Córdoba

Alfonso Alba

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Literalmente, un alcorque es el hoyo que se cava en torno al tronco de un árbol para aprovechar el agua de lluvia o de riego. Las ciudades que quieren árboles están repletos de alcorques sobre los que crecen árboles de todos los tamaños. Esta semana alcorque ha sido una de las palabras más repetidas. Muy por encima de campaña, elecciones, esperanza, ilusión o cambio. Alcorque.

El Ayuntamiento ha iniciado un plan para instalar un sistema “drenante” sobre los alcorques de la ciudad con un doble objetivo: que sean accesibles en lugares estrechos y que no se llenen de jaramagos. Hasta la prohibición del glifosato aprobado por el Pleno en el pasado mandato el mantenimiento de los alcorques era bastante simple: un puñado de herbicida y hasta el año que viene. Ahora, la ausencia de estos sistemas químicos (¿nocivos?) de eliminación de malas hierbas hemos visto cómo los alcorques de la ciudad se convierten en pequeñas selvas de jaramagos.

La solución más barata es el alcorque drenante, algo que a mí me suena a oxímoron pero que habrá que comprobar si funciona o no. El Ayuntamiento ha optado por rellenar los alcorques con gijarros, capas de material drenante, mantillo y un sistema arriba que supuestamente es poroso, pero que ya veremos dentro de unos años si deja pasar la lluvia cuando aquello se llene de suciedad.

Sobre la marcha es un sistema eficaz para evitar jaramagos. Dudo que vuelvan a crecer en los lugares donde se han colmatado los alcorques. Pero a largo plazo veremos cómo afectan a la salud de los árboles. Hay opiniones para todos los gustos. Pero lo que está claro es que es lo más barato: ni herbicidas ni mano de obra (una persona labrando) harán falta para acabar con los jaramagos del futuro.

En mitad de una crisis climática telúrica da miedo lo que puede ocurrir en verano en una ciudad como Córdoba. Estos sistemas son más baratos, pero dudo que resulten más eficientes. Habrá más asfalto, que se calentará más. Y el árbol lo tendrá mucho más difícil para beberse el agua de la lluvia. Si es que llueve. Olvidémonos, además, de un sistema de riego por goteo para mantener una arboleda sana y fuerte.

Pero este sistema no deja de ser una consecuencia de algo que ya se aplica, tal y como me recordó el otro día el amigo arquitecto Rafael Obrero. Las antiguas calles empedradas de Córdoba, las grandes plazas con guijarros, no son como antes. Antes crecía la maleza y la hierba entre las piedras. Ahora, esa tierra ya no lo es. Se rellena todo de hormigón y nuevamente se evitan los jaramagos. Pero también que el suelo respire y que contribuya a rebajar la temperatura.

Al final apostamos por una ciudad estéticamente bonita en la que no se vea la más mínima mala hierba, pero que sea barata de mantener. Y eso es algo que quizás no es climáticamente sostenible.

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Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.

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