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Una joya recuperada en Buen Pastor

Rafael Ávalos

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La iglesia de San Roque gana en prestancia tras una restauración de nueve meses | Se recupera la fachada primitiva del templo, que abrirá sus puertas tras el traslado este viernes de los titulares de la hermandad del Perdón desde La Trinidad

La estampa es muy diferente. Quien ahora camina por la calle Buen Pastor, en plena Judería, se encuentra con un tesoro hasta ahora desconocido. El pequeño arco de lo que fuera un convento avanza al viandante, si éste viene desde Deanes en su cruce con Conde y Luque, lo que aguarda apenas unos metros más adelante. Forma parte de, en modo alguno, una nueva joya para la ciudad, que en realidad es recuperada. La iglesia de San Roque aparece en la actualidad, a la mirada de propios y extraños, de hermosa manera. El templo presenta una imagen de mayor valor, tanto en el exterior como en su interior, resultado de unas obras de rehabilitación que se prolongaron nueve meses. El período inicial del proyecto quizá podría alcanzar las seis u ocho semanas, pero el retraso en los plazos bien merece la pena. Este viernes, después del trabajo llevado a cabo, se pudo conocer el aspecto que de aquí en un futuro tendrá un edificio que gana en prestancia.

De entrada, la iglesia de San Roque recupera su fachada primitiva, antes cubierta por mortero, y que en palabras del arquitecto de las obras del templo, Francisco Javier Váquez, “resulta muy significativa en todas sus líneas, porque guarda todas las características renacentistas” de su realización. La puerta cuenta con enlazados e incluso policromía. Además, el muro presenta un blanco impoluto y también presentan las cornisas su color almagra originario. La imagen externa difiere de la conocida hasta el momento. También goza de un importante realce el interior de la sede del Perdón, a la que este viernes regresarán precisamente sus titulares. De blanco lucen las paredes y el techo, que cuenta con el embellecimiento de pinturas en verde barroco. Mientras, en el altar mayor se levante un retablo, cuya elaboración se debe a donaciones de particulares. El conjunto se erige en su totalidad en su primera fase, de carpintería, y permitirá que las imágenes de Nuestro Padre Jesús del Perdón y María Santísima del Rocío y Lágrimas puedan presidir el templo.

De esta forma, la iglesia de San Roque pasa a formar parte del amplio catálogo de joyas patrimoniales de que goza la ciudad. En su interior, además, existe un cuadro que también se ha recuperado en las labores de rehabilitación del templo. “Estaba totalmente ennegrecido. La labor de recuperación ha sido estupenda y por los detalles es de bastante valor”, indica Francisco Javier Vázquez acerca de la obra, de la cual todavía se desconoce autoría, si bien “por la referencia del paisaje que aparece hace pensar que es de escuela italiana”. Al respecto, el canónigo de la Mezquita-Catedral y párroco de San Juan y Todos los Santos, José Juan Jiménez Güeto, señala que la restauración corresponde a unas participantes en uno de los talleres que organiza y desarrolla La Trinidad. Así, la estampa conforma una pequeña maravilla, que además resulta accesible ya a discapacitados. Precisamente esta última cuestión era “una de las tareas fundamentales” en el proyecto llevado a cabo, según Jiménez Güeto, a la par que solucionar el problema existente con la humedad de los muros.

Al amplio trabajo realizado en la iglesia de San Roque, se añade el efectuado en la que fuera fachada del convento de San Roque, que hoy acoge la residencia San Juan de la Cruz, perteneciente a la Obra Pía Santísima Trinidad. En ese sentido, las obras permiten que también quedé al descubierto el arco de estilo ojival que daba acceso al mencionado lugar y que data del siglo XVI. En su totalidad, la rehabilitación del espacio supone la suma de un tesoro arquitectónico, que en la calle -como dentro del templo- estará iluminado por unas antorchas con tulipas procedentes de San Juan y Todos los Santos, en la que vuelven a ocupar su lugar como luminarias unos ángeles. La restauración, después de todos los añadidos, alcanza un coste de algo más de 38.000 euros, 13.000 más de lo inicialmente previsto, y que corresponde a La Trinidad y en menor medida a su Obra Pía. “Estamos muy contentos. Creemos que ha ganado muchísimo el templo y a partir de ahora la hermandad (del Perdón) va a entrar en juego para que, con un grupo de voluntariado, abra el mayor tiempo posible”, explica Jiménez Güeto. Hasta ahora, San Roque tan sólo abría sus puertas los domingos por la mañana, cuando tenía lugar una misa que cambiará a los sábados a las 19:00.

El párroco de La Trinidad, y canónigo de la Mezquita-Catedral, aprovecha además para apuntar que la reforma de la iglesia, como cualquier otra iniciativa que se realiza en La Trinidad, “no es fruto de una sola persona o de un grupo determinado, sino de varios”. “La idea es que se identifiquen y se sientan partícipes”, añade en ese sentido. Y entre esos partícipes está la hermandad del Perdón, cuyos titulares lucirán a partir de ahora en el retablo diseñado por Miguel Ortiz y Manuel Jurado y realizado en su primera fase en los talleres de Antonio Alcántara, de Montemayor. Ese nuevo lugar pretende la cofradía que lo ocupen las imágenes de Romero Zafra este mismo viernes, tras el traslado desde la parroquia de San Juan y Todos los Santos. Ya no quedarán en los laterales del templo las tallas.

El hermano mayor del Perdón, Fernando Castro, destaca la importancia de la restauración de San Roque, que además supone una mayor facilidad a la hora de realizar su salida cada Miércoles Santo gracias al rebaje realizado en la puerta -se ganan más de 20 centímetros en ese sentido-. “Ahora propondremos un plan de apertura con miembros de la hermandad para que la iglesia pueda ser visitada”, adelanta, algo que se podrá hacer este fin de semana entre las 11:00 y las 13:30 por la mañana y de 17:00 a 20:00 en horario de tarde. En definitiva, la joya recuperada de la calle Buen Pastor representa una importante puesta en valor de una parte más del patrimonio de la ciudad.

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