Qué bonito país se nos está quedando
La madre que parió a los moros
El lunes pasado la Asociación Cultural Ibn Hazm mandó un comunicado a la prensa. Recordemos quién era Ibn Hazm: filósofo, jurista, teólogo, poeta y autor de El collar de la paloma, una de las obras cumbre de la literatura medieval española. Y retengamos otro dato: Ibn Hazm era cordobés. Como usted y como yo. Nacido aquí en el año 994, hijo, nieto y biznieto de andaluces de origen hispano romano que en algún momento de su historia familiar se convirtieron al islam. Tomen nota de ese pequeño detalle.
El comunicado estaba firmado por su presidente. Un señor llamado Alejo Ávalos González, al parecer, imán de la Mezquita de los Andaluces, que se encuentra en la Calle de la Hoguera. Anoten también este dato. Todo indica, por lo tanto, que se trata de un señor español que abrazó el islam en cualquiera sabe qué momento de su vida. La nota de prensa estaba relacionada con la Mezquita Catedral de Córdoba y su modelo de gestión. Pero eso es irrelevante ahora.
Fijémonos en otro detalle. La noticia fue compartida por este periódico en las redes sociales. Concretamente en Facebook. En unas cuantas horas la información acumuló 278 comentarios. Ahí es nada. Decimos comentarios porque nos hemos educado en una escuela pública y conservamos algunas pautas de cortesía mínimamente civilizada. Pero si el interminable catálogo de improperios excretados en la red los colocamos uno detrás de otro se nos queda un país verdaderamente precioso.
Pongamos un tierno ejemplo: “La madre que parió a los moros”. O este otro: “Que se vayan a su país”. O aquel que decía: “Por la caridad entró la peste”. Había alguno realmente ingenioso: “Que gestionen la sección de ibéricos del Mercadona”. Y también algún otro que resume muy bien los estragos que la ingesta de nacionalcatolicismo a granel ha perpetrado (y sigue perpetrando) en nuestro país: “Hay que vigilar a los musulmanes. España es cristiana y nos costó mucho echarlos”.
Este último podría ser firmado por el mismísimo José María Aznar, custodio, como ustedes saben, de la civilización occidental. O por Santiago Abascal y cierra España. Tanto monta, monta tanto. Incluso por don Marcelino Menéndez Pelayo, aquel pensador españolísimo que estableció los límites del ser nacional en su monumental Historia de los heterodoxos. Lo que todos estos seres de luz vienen a decirnos es que si no eres católico no eres español. Punto pelota.
Y así llevamos la tira de siglos. Desde la Inquisición al pogromo de Torre Pacheco. Toda esta orquesta celestial de voces caritativas explica perfectamente por qué Vox tiene una expectativa de voto del 18%. Y subiendo. Que tengan ustedes un buen día.
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