Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Marina Borrego: “Si antes se hablaba de no llegar a fin de mes, ahora hay quien no llega ni a mediados”

Entrevista a Marina Borrego, secretaria general CCOO en Córdoba

Carmen Reina

0

En el despacho de Marina Borrego (Córdoba,1964) como secretaria general de CCOO en Córdoba, llaman la atención en varios espacios las siglas del sindicato en el que lleva un cuarto de siglo militando. Pero además de ellas, hay otras protagonistas: una fotografía de Dolores Ibárruri ‘La Pasionaria’; la icónica imagen de la mujer con mono de trabajo y pañuelo rojo en el pelo mostrando el bíceps como símbolo feminista, y una pequeña estatuilla que reproduce a una Marina Borrego enfundada en una camiseta morada y con una pancarta.

Esa huella feminista está siempre en esta mujer, monitora de residencia escolar de profesión, que fue la primera, en 2017, en ostentar el máximo cargo en CCOO en Córdoba, rompiendo su particular techo de cristal y logrando ser reelegida después para un segundo mandato con el apoyo del 93% de los votos.

Ahora, a comienzos de este 2023 que será un año marcado por las citas electorales, Marina Borrego habla con Cordópolis del empleo, que a buen seguro será una de las promesas de todos los partidos políticos. De empleo y todas las caras del universo del mercado laboral, desde la precariedad a los accidentes laborales, desde la brecha salarial a las pensiones, de las cifras del paro, de qué ha supuesto la reforma laboral y la subida del salario mínimo interprofesional, o de cómo está siendo la salida de la crisis provocada por la pandemia.

De todo ello, de sus opiniones y de las propuestas que defiende, habla con claridad. También sobre las relaciones de los sindicatos con las empresas, con las administraciones y de los proyectos que se vislumbran en Córdoba. Y de cómo la ‘receta’ para crear empleo de calidad pasa por cambiar el modelo productivo basado solo en la agricultura, el turismo y los servicios para hacer florecer la industria.

PREGUNTA. ¿Qué le impulsó a involucrarse en el movimiento sindical?

RESPUESTA. Bueno, yo me afilié en el año 1997, llevaba trabajando siete años en la Junta de Andalucía y, bueno, me acerqué al sindicato y me propusieron ser delegada de mi comité de empresa, del comité de empresa del personal laboral de la Junta de Andalucía. Me pareció una cosa atractiva y me metí, como delegada, iba a mis reuniones del sindicato y ya está. Y un día me llamaron y me propusieron ser permanente sindical. Y así fue, simple y llanamente. Así entré y empecé. Y me gustó. La verdad es que da muchas satisfacciones, muchos problemas pero también muchas satisfacciones, porque me gusta mucho el contacto con las personas y esto te une a las personas.

Ningún gobierno de ningún color ha apostado realmente por que Córdoba tenga industria

P. Han pasado desde entonces ya 25 años. ¿Ha cambiado en este tiempo el papel de los sindicatos? ¿Cómo ha sido este trayecto?

R. Bueno, no creas que ha cambiado mucho. Sí es verdad que se procede de una forma diferente. Cuando yo entré aquí, los teléfonos eran fijos y para ponerte en contacto con los compañeros y compañeras tenía que ser por la tarde, para que estuviesen en su casa y no estuvieran trabajando. Ha cambiado porque nos ponemos en contacto de una forma muchísimo más directa con las personas trabajadoras, pero el hecho en sí de las reivindicaciones y del trabajo diario, de estar con las personas, estar en las empresas con los problemas de los trabajadores, no ha cambiado mucho.

Seguimos teniendo problemas para modificar las condiciones laborales de las empresas, porque no le estén pagando o no le estén aplicando el convenio colectivo… Y eso no ha cambiado con respecto a años anteriores. Se siguen negociando convenios, se sigue haciendo la negociación colectiva… Sí es verdad que sí hemos entrado más, en la parte que me corresponde a mí, a tener una labor más institucional con las administraciones públicas y, en este caso, tanto con la Diputación como con el Ayuntamiento estamos teniendo la concertación social y estamos llegando a buenos acuerdos, y bueno eso antes se tenía en menor medida que lo que podemos tener ahora.

P. Y con respecto al mercado laboral que ha cambiado en estos años, ¿los sindicatos se han tenido que adaptar? ¿Lo han hecho o hay que cambiar algo?

R. Nos hemos adaptado, igualmente que se ha adaptado el mercado. Además, nosotros ya utilizábamos medios telemáticos con los que ya sabíamos que teníamos que ir funcionando más porque cambiaban y además las nuevas tecnologías venían impulsando, la pandemia nos lo trajo y ahí estuvimos a la orden del día.

Y sí hemos cambiado el sistema de trabajo en todo lo que son las nuevas tecnologías. Pero también la forma de estar con las empresas, sobre todo con estas empresas que son tecnológicas, que son todo 'on line'. Averiguar, por ejemplo, cuando se hizo la transformación de los riders de autónomos a depender de la empresa, aprender todo lo que era su logística y demás, ha sido difícil pero hemos estado ahí a la orden del día igual que han estado ellos.

P. Los últimos datos señalan que Córdoba cerró 2022 con la cifra de paro más baja desde la crisis del ladrillo. ¿Qué valoración hace?

R. La valoración es magnífica, porque creo que la reforma laboral nos ha traído más empleo y mejor empleo. Todavía estamos en una situación en la que hay muchísima gente parada que nos preocupa y, sobre todo, las mujeres. Pero sí es verdad que en pandemia, el Gobierno ha hecho una buena labor con los ERTE, porque se han mantenido las empresas y se ha podido mantener el empleo. Si no hubiésemos hecho esos ERTE creo que se hubiesen desmantelado la mayoría de las empresas. Pero se han mantenido muchas empresas y eso ha generado también más empleo. Y, después, hay muchísimas ayudas a las empresas para el fomento del empleo.

Lo que todavía nos falta en Córdoba es cambiar el modelo productivo. Si seguimos estando en un modelo de servicios, viviendo del turismo, los servicios y la agricultura, y mientras no cambiemos a una industrialización real, en este caso la logística que es la que nos puede traer un cambio de estructura de nuestra producción, pues vamos a seguir esperemos que bajando el paro pero seguiremos teniendo un empleo bastante precario.

P. Esa cifra de bajada del paro es la cara, pero la cruz es que Córdoba sigue ocupando un lugar entre las provincias con mayor tasa de paro. ¿Dónde cree que radica la cronificación de ese desempleo?

R. La cronificación se da porque no tenemos una apuesta real. Ningún gobierno que hayamos tenido de ningún color ha apostado realmente por que Córdoba tenga una industria. La industria es la que nos da el valor de la economía en todos los sitios, además con empleo con derechos y empleo digno. Y eso, mientras estemos con los servicios, es un empleo bastante precario. Porque estamos hablando de empleo estacional, aunque ahora la reforma nos haya reconocido los fijos discontinuos, pero son muchos empleos estacionales y, además, con unos salarios que están muy por debajo de lo que son unas condiciones dignas.

P. Cuando habla de que ningún gobierno ha apostado por la industria en Córdoba, ¿se refiere al gobierno municipal o de alguna otra competencia?

R. Gobierno municipal, Gobierno de la Junta de Andalucía y Gobierno central. Todos. Todos. De ningún color, han apostado realmente porque estemos en condiciones.

Todavía hay muchas empresas que no quieren a mujeres para trabajar

P. Citaba antes la reforma laboral. ¿Cuál cree que ha sido el principal valor que ha aportado?

R. Una de las cosas buenas que creo que la reforma laboral ha traído, en primer lugar, es que estuviera negociada con los agentes económicos y sociales. Somos los que realmente estamos en la calle, tanto los empresarios como los sindicatos, y realmente sabemos lo que necesitan los trabajadores y trabajadoras. Por primera vez, de todas las reformas laborales que se han llevado a cabo en España, esta es la primera que se ha negociado con los agentes económicos y sociales. Eso es lo primero.

Y, después, el hecho de que transformara la temporalidad tan alta que teníamos en todos los sectores en empleos fijos. Eso hace que las personas tengan un futuro y puedan plantearse unas condiciones de vida diferentes a la de temporalidad. Teníamos una temporalidad altísima porque la anterior reforma laboral iba por la devaluación de los empleos. En este caso, una de las funciones prioritarias que ha tenido la reforma laboral es la estabilización del empleo y que las personas tengan esa fijeja en el empleo.

P. Mencionaba que en Córdoba existe la Mesa de Concertación con las administraciones. Y además los sindicatos se han sumado a proyectos de ciudad, desde el Plan Estratégico, Todos por Córdoba en pandemia, la futura Base Logística del Ejército… ¿La unidad supone un impulso real para estos proyectos?

R. Sí, sí. Tengo que decir que la Base Logística va a morir de éxito. Ya estamos un poquito ‘jartos’ de la base logística porque parece que no tenemos otra cosa en Córdoba. Pero sí es verdad que en el momento en que la Base Logística se plantea, en proyecto, para presentarlo en el Ministerio, todas las fuerzas, todas, nos unimos y sale el proyecto. Creo que fue fundamental para que se designara a Córdoba. Y creo que ahí, la Subdelegación del Gobierno, la Diputación y el Ayuntamiento han sabido estar juntos en un momento en el que Córdoba lo necesitaba.

P. ¿Habría que replicar esa receta de unidad en otros ámbitos y proyectos?

R. Por supuesto que sí, creo que se ha demostrado que cuando estamos todos juntos, los proyectos han salido para adelante. Y en este caso, las tres administraciones, Ayuntamiento, Diputación y Subdelegación del Gobierno han sabido estar y no han querido ponerse la medalla de ‘Lo he hecho yo o lo has hecho tú’. Ha sido una cosa entre todos y es verdad que tanto la Universidad, los sindicatos, la patronal, hemos sido piña en el momento en que había que serlo.

Pero bueno, ha venido la Base Logística y eso va a funcionar solo. Lo que queremos de verdad es que esta unión que tenemos atraiga realmente a esas empresas que puedan venir y cambiar realmente el modelo productivo de nuestra provincia. La Base Logística ya está y ahora vamos a seguir trabajando. Y además trabajemos con luces largas, no trabajemos con luces cortas de cuatro años que pueda estar cualquier gobierno. No. Vamos a trabajar para que realmente, esté el gobierno que esté, cambiemos el modelo productivo de Córdoba.

Si no es así, otro salto que daremos y se nos irá la oportunidad. La Base Logística estará aquí, pero tengo que recordar que del Ejército llevamos muchísimos años teniendo (la base de) Cerro Muriano, toda una vida. ¿Nos ha traído a Córdoba algo por tenerlo aquí? Por eso digo que esto será una Base Logística del Ejército más, pero que puede atraer a más empresas, porque se cambie también que el corredor central pase por Córdoba y que realmente tengamos en la logística el sector para que sea atractivo que vengan empresas y trabajar aquí.

P. ¿Por ahí cree que pasa la ‘receta’ de la creación de empleo en Córdoba?

R. Sí, en este caso tiene que ser por que se cambie el modelo. Mientras que estemos viviendo del campo, del turismo y del sector servicios, vamos a tener este queso para este pan y este pan para este queso.

La Base Logística va a morir de éxito, parece que no tenemos otra cosa en Córdoba

P. Uno de los grandes caballos de batalla es la precariedad laboral…¿Nos hemos acostumbrado a ella?

R. No, no nos hemos acostumbrado a ella. Pero en 2008 hablábamos de ‘mileuristas’ y decíamos que ser mileurista era ser un desgraciado de toda la vida. Y ahora estamos hablando de 1.000 euros en el Salario Mínimo Interprofesional como una victoria, que hemos conseguido por lo menos eso. Estamos muy precarios todavía.

Hay que cambiar mucho y hay que cambiar mucho la cultura empresarial. Ahora mismo estamos en unos índices de IPC muy altos, pero las ganancias que están teniendo los empresarios son muy altas también porque están haciendo el agosto. Aquí tenemos que repartir y repartir para todos. Nos están repercutiendo en el precio de todo al consumidor, pero las ganancias de ellos no se han visto mermadas, sino incluso aumentadas en muchos casos. Y esa repercusión pedimos que se transforme en salarios. Lo que no puede ser es que solamente gane una parte.

P. ¿Quiénes son culpables de la precariedad laboral?

R. En la precariedad laboral, como estamos muy precarios, cogemos cualquier cosa (trabajo) y no reivindicamos los derechos que tenemos realmente. El otro día, entró aquí un muchacho, que era camarero y venía a afiliarse a CCOO. Nos contó que trabaja en un bar diez horas y está asegurado por cuatro horas. ‘Pero no vengo a denunciar, vengo a informarme a ver qué derechos tengo’. Mientras que estemos precarios y necesitemos comer tres veces al día…

P. ¿Y qué cree que tiene que hacer la Inspección de Trabajo en estos casos? No sé si hay suficientes canales para que los trabajadores puedan denunciar estas situaciones.

R. Yo creo que la Inspección de Trabajo tiene las herramientas para poder vigilar. Pero lo que pasa es que también hay falta de personal en la Inspección de Trabajo. Hace unos días que han estado los compañeros de huelga porque es verdad que falta personal en la Inspección de Trabajo.

Hacen campañas, no solamente actúan con las denuncias que podamos poner nosotros. Pero sí que funciona la Inspección de Trabajo en el hecho de que, cuando pones una denuncia, pueden llegar a que la empresa se levante un poquito. Pero es insuficiente. No llega todavía a todo lo que tiene que llegar.

Y después: las empresas grandes, medio funcionan. Pero en las empresas pequeñas con uno o dos trabajadores, esos ni siquiera se atreven a denunciar. Vienen, nos cuentan, pero nadie se atreve a denunciar y menos a la Inspección de Trabajo porque saben que van a ir por allí y van a ponerse de manifiesto que ha sido esa persona la que ha avisado a la Inspección y se juega su puesto de trabajo. Seguimos todavía con ese temor.

P. En ocasiones, la precariedad lleva consigo los accidentes laborales. Córdoba ha terminado el año pasado con la mayor cifra de muertes en el trabajo desde hace 15 años. ¿Qué está pasando?

R. Pues está pasando que no se cumple la Ley, así de simple y así de llano. No se cumple la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Y no se cumple porque los empresarios y empresarias se han acostumbrado a no requerir que las personas trabajadoras cumplan con el plan de prevención de las empresas. Así de simple.

No solamente hemos tenido ese aumento de muertos, sino que en Córdoba somos los que más accidentes laborales hemos tenido de toda Andalucía. Hemos aumentado el número de accidentes muchísimo más que en el resto de las provincias andaluzas. Algo está pasando y es que no se cumple la ley como se tiene que cumplir en las empresas.

Porque siempre nos dicen: 'No se pone el casco el albañil que está la obra'. No. Tú que eres el empresario tienes que obligar a que se ponga el casco. Y tú tienes que saber que ese trabajador tiene que estar protegido.

Y luego, ha variado también el número de accidentes y de qué tienen accidentes: el número de infartos y de ictus provocados por el estrés laboral que se tiene ha sido muchísimo más alto que de cualquier accidente in itinerere, por ejemplo, que también se han producido, como también se han producido accidentes en altura porque no se ponen el arnés… Nadie vigila. Y tienen que vigilar porque además la ley así lo establece. Es una lacra, una lacra que se puede evitar.

El empresario que crea que él solo ha sacado adelante una empresa sin valorar a sus trabajadores, mal empresario es

P. ¿Cómo?

R. Cumpliendo la ley y vigilando. Una persona que esté continuamente en la empresa vigilando que tú tengas el arnés puesto. Por ejemplo. O que tú tengas unas condiciones más relajadas de trabajo. Tú no puedes estar todo el día al pie del cañón, tendrás que tener descansos… La presión que se sufre es muy alta. La carga de trabajo y el estrés. Los infartos han sido horrorosos, horrorosos.

P. ¿Cree que el empresariado valora a sus trabajadores? ¿O los beneficios mandan siempre por encima de todo?

R. Hombre, hay de todo. Hay quien el valor humano lo ve como parte de sus beneficios. Porque el empresario que crea que él solo ha sacado adelante una empresa y que los beneficios que tiene en la cuenta bancaria son gracias a que él solo lo ha hecho, mal empresario es. Lo primero que tiene que reconocer es que, si no tiene unos buenos trabajadores, no se le repercute en su cuenta bancaria como tiene que repercutirse. Hay de todo, hay de todo. Pero hay más de los que se creen que se lo merecen todo ellos.

P. ¿Qué cree que ha supuesto la subida del Salario Mínimo Interprofesional? ¿Y hasta dónde debería subir?

R. Yo creo que la subida del Salario Mínimo Interprofesional ha significado, sobre todo para las mujeres, el tener un salario más acorde -no estoy diciendo igual que el hombre porque seguimos teniendo una brecha salarial muy alta-, pero sí más acorde al de los hombres.

Y te digo porque ha subido en casi trescientos euros en estos tres años y eso ha significado el que tengamos 1.000 euros y que el trabajo de la mujer no sea el que complemente al del hombre, que era lo que pasaba antes. Y además, en este caso, ha subido sobre todo en los trabajos parciales, por horas, como son los cuidados, la ayuda a domicilio, las empleadas de hogar… que hacen un trabajo bastante parcial, por horas concretas, sin un horario completo. Se les ha aumentado el salario, para que sea un poquito más digno, solo y exclusivamente.

Pero en el Salario Mínimo Interprofesional no nos podemos quedar. Sí es verdad que ha servido de base para que se aumente en los convenios colectivos que se han negociado, tanto sectoriales como empresariales.

P. Pero a la vez en estos tiempos se ha perdido poder adquisitivo…

R. Está clarísimo que hemos perdido poder adquisitivo en todos estos años, porque además el cambio no ha sido para ganar, sino para ir perdiendo. No se ha ganado poder adquisitivo. Estamos muy por debajo todavía de lo que deberíamos estar percibiendo para tener unas condiciones dignas y poder vivir.

Antes hablábamos de que no llegábamos a final de mes y ahora no llegamos ni a mediados de mes. Hay mucha gente que realmente lo está pasando muy mal y que no llega ni siquiera a poder terminar el mes para comprar lo más básico de comida.

Muchos políticos vienen a hacerse la foto con nosotros y no a escucharnos

P. Los salarios marcan además cómo serán las pensiones del futuro.

R. Claro, lo que tú cotices ahora va a significar que te quede una pensión digna. Y que tengas una cotización un poquito más alta significa que tenga una pensión un poquito más en condiciones. Y que tengas los años de cotización necesarios. Porque seguimos teniendo un índice muy alto de trabajo sumergido. Hay muchísimas personas que siguen trabajando y no están dadas de alta en la Seguridad Social, y esas personas luego no van a tener o, si tienen, van a tener unas pensiones muy bajas, si las tienen, contributivas. Y sobre todo, tienen cara de mujer.

P. ¿Cómo se podría subir la pensión mínima?

R. La pensión mínima no se puede subir si no se suben las retribuciones salariales. Porque el sistema de pensiones no es que yo estoy echando en una hucha para mí, sino que es solidario. Yo echo en mi hucha para ti. Si mis hijos tienen una cotización alta, yo tendré una pensión más alta. Pero es solidario. Nosotros no podemos aumentar las pensiones si no se han hecho las cotizaciones. O sea, esto que pide la plataforma de pensionistas es inviable porque no se ha cotizado lo suficiente. ¿Qué realmente quisiéramos todos y todas que se cobrase como el salario mínimo interprofesional para las personas pensionistas? Por supuesto. Pero en el sistema como está actualmente, no hemos generado esos mil euros para que los puedan tener cada pensionista.

Tendremos que cambiar, no el sistema, sino que los salarios aumenten y aumente esa contribución. El sistema de pensiones es solidario totalmente. La gente piensa que ‘Yo cotizo y así me va a quedar’. No, nosotros estamos trabajando para que el que está jubilado pueda cobrar.

P. ¿Y hemos ido hacia atrás en esas cotizaciones?

R. Claro, en el momento en que ha habido tanto desempleo, la hucha de las pensiones…. No se ha ido contribuyendo a que se cobren todas esas pensiones. Y después, el sistema tiene algunos vicios que también podríamos cambiar. Las personas que trabajan en el INSS y en la Tesorería cobran del sistema de pensiones, no cobran del Capítulo 1 de los Presupuestos Generales del Estado. Eso también se podría restar y que pasen a pagarse realmente de los Presupuestos Generales del Estado.

P. ¿Qué análisis hace cuando alguien dice que el sistema público de pensiones no es sostenible?

R. Sí es sostenible, sí es sostenible, siempre que haya pleno empleo. Vamos a buscar que haya ese pleno empleo, vamos a buscar que realmente España sea fuerte en empleo y que seamos competitivos con el resto de Europa, y el sistema de pensiones que, además es bueno y solidario, podremos mantenerlo. Pero claro, tenemos que aumentar el empleo. El empleo es lo que se requiere para que tengamos unas pensiones y sean dignas. Y todo va en función de que, ahora, nos subamos los salarios, que suban los salarios, y verás cómo el sistema de pensiones funciona y lo hace estupendamente.

P. ¿Se ha atajado de verdad el problema de los falsos autónomos?

R. No, sigue habiendo falsos autónomos y seguimos denunciando los falsos autónomos. Sí es verdad que estamos atajando poquito a poco. La anterior reforma laboral era muy permisiva con el falso autónomo porque subcontratabas y todo eran subcontrataciones. Pero ahora, con la nueva reforma laboral además se demuestra que las personas que trabajan para un solo empleador o empresario, son personas que no son autónomas y que dependen por cuenta ajena y no por cuenta propia.

El hecho de que esto se demuestre ha sido a base de muchísimo trabajo, en este caso, el que se ha hecho con todas las empresas que salieron nuevas de servicios como los riders, también con las camareras de piso que incluso ellas mismas se autopagaban para seguir trabajando… Ha sido un caos tremendo hasta que realmente se ha puesto un poquito de orden. Ahora, ¿que sigue habiendo falsos autónomos? Muchísimos. Incluso casos donde el trabajador no es consciente de que es un falso autónomo.

Seguimos teniendo un índice muy alto de trabajo sumergido

P. Todo este panorama laboral está marcado además por la salida de la crisis generada por la pandemia. ¿Qué nos hemos dejado por el camino en esta crisis?

R. Creo que aquí en la pandemia hemos trabajado más que nunca, porque hemos tenido el sindicato abierto y hemos estado ahí.

Pero pienso que hemos aplaudido en su momento a los servicios públicos que nos han atendido y estaban en la calle en los peores momentos y después nos hemos dejado en el olvido a todas estas personas. Creo que ha sido lo que más nos hemos dejado. El hecho de que queríamos reconocer la labor que han hecho, una labor estupenda, pero después nos hemos dejado a estas personas detrás. Las memorias son muy frágiles.

P. ¿Se les ha dejado atrás laboralmente?

R. Claro, laboralmente. Les hemos aplaudido y no solamente estoy hablando del personal sanitario que es el más afectado y el que más arriesgó, hablo de servicios de transporte, de autobuses, servicios de cualquier tipo que hemos tenido y que han estado al 100%, como en los supermercados. Y eso después se nos ha olvidado.

Y tengo que decir que, en su momento, las empresas recibieron una cantidad muy grande de dinero; las administraciones públicas también, por la Unión Europea. Y después, sin embargo, nos hemos olvidado de las personas. Creo que es una de las cosas más importantes, hemos dejado de lado a las personas.

Por ponerte el ejemplo más palpable que tenemos, la sanidad pública. La sanidad pública, desde la Junta de Andalucía, la están desmantelando. Se están olvidando de las personas que hoy todavía están dando el do de pecho. El otro día, en una reunión, una médica nos estaba diciendo: ‘No se nota que falta personal porque nos estamos dejando el pellejo y nadie es consciente. Ya nos lo exigen como si fuese algo natural y nadie es consciente de lo que nos estamos dejando. Sin embargo, cuando vienen al servicio y no está como tiene que estar, los que nos llevamos la bronca somos nosotros’.

Es muy importante el reconocimiento a estas personas, creo que nos hemos dejado olvidadas a las personas en el mundo laboral. Hablo de todos, sanitarios, supermercados… todos. Esos aplausos se han transformado en olvido.

P. Aunque la salida de esta crisis se ha afrontado de manera muy distinta a la crisis anterior del ladrillo, esta vez de manera expansiva económicamente por parte de las administraciones. Pero, ¿al final siempre la paga el trabajador?

R. Bueno, la paga siempre el trabajador… Nosotros creo que hemos firmado y nunca se han hecho más ERTE en nuestra vida que en la pandemia. Además, hemos estado incluso trabajando con la Delegación de Empleo y el SEPE hasta de madrugada porque ellos estaban trabajando para que la gente cobrase. Pero, pensad que el dinero venía para las empresas -estaban exentos de pagar la Seguridad Social- y para que se mantuviese el empleo, pero el trabajador entraba en ERTE y cobraba el 70%. Realmente, se le mantenía el empleo y cobraba, pero no cobrara el 100% de su salario. No ha perdido el empleo y es verdad que el mantenimiento del empleo ha sido fundamental, las empresas han seguido funcionando… Pero realmente al trabajador que estaba en ERTE le entraba un 30% menos de su salario en el primer semestre, luego se iba a un 50%.

Por eso hemos estado ahí procurando que se recuperaran pronto las empresas, empezaran a funcionar, para que otra vez cobrasen todo. El trabajador ha sido el más afectado, incluso reconociendo que si no se llega a hacer esto (ERTE), no hubiese cobrado absolutamente nada porque han sido las administraciones las que han pagado. Si no, no se hubiese cobrado absolutamente nada. Y por supuesto que a las empresas se les ha dado un dinero que en la vida han recibido más que en la pandemia, pero bueno, ha servido para su mantenimiento, que era fundamental, porque si se muere la empresa luego por mucho que queramos no va a haber empleo.

P. Los ERTE formaron parte de alguna manera de las negociaciones de la Mesa de Diálogo Social y dio sus frutos así. Pero no es la tónica habitual, ¿qué hace falta para que todos pongan de su parte?

R. Aquí, si ves quién no está de acuerdo es siempre la pata empresarial. Ellos no quieren dejar de ganar el dinero que quieren ganar. Y aquí el reparto tiene que ser para todos. Tú recibiste en su momento y ahora tendrás también que saber dar. ¿Por qué nos pusimos de acuerdo en la reforma laboral? Hay que preguntárselo. ¿Qué veían a favor en la reforma laboral? Pues que trajo empleo estable y además las personas cualificadas que podían estar dándole la función que necesitan. Y ahora, sin embargo, ¿con la subida de salario no están de acuerdo? Ese dinero tiene que repercutir también para los trabajadores y las trabajadoras.

La pensión mínima no puede subir si no se suben los salarios

P. ¿Las empresas se creen de verdad la igualdad entre mujeres y hombres?

R. No. No. No. Todavía hay entrevistas (de trabajo) en las que prefieren a hombres y no a mujeres, porque las mujeres nos quedamos embarazadas, las mujeres pedimos permisos o reducción de jornada… y todavía hay muchas empresas que no quieren a mujeres. Y todavía no hay igualdad salarial, pero en cualquier empresa, que aunque parezca mentira en una gran empresa, no hay igualdad salarial.

El otro día me preguntaban a mí unos compañeros mayores del sindicato y me decían: ‘Explícame, si tú tienes el mismo convenio que yo, por qué dices que no hay igualdad salarial’. Es muy sencillo: yo (mujer) soy la que me cojo reducción de jornada para cuidado de hijos, yo me cojo reducción de jornada para cuidados de mayores, seguimos siendo las mujeres las que nos cogemos una excedencia para el cuidado de hijos o de mayores, seguimos siendo las mujeres las que no promocionamos porque eso implica que nos tengamos que ir a otra ciudad o a un pueblo y, sin embargo, nos quedamos en la categoría que tenemos. Eso, en el día a día, se nota en nuestro salario. Pero, además, repercute muchísimo más en la pensión, porque eso después merma en la pensión que me pueda quedar a mí y no en la de un hombre.

Y el acceder a puestos de gran responsabilidad, si tienes hijos, das un paso atrás y es el marido el que puede acceder.

P. Los planes de igualdad a los que están obligadas las empresas de determinado tamaño, ¿se están haciendo?

R. Sí, sí se están haciendo. Nos están llamando mucho y se están haciendo, pero también porque hay denuncias, salta en la administración que no tienes el plan y vienen a negociarlo y lo quieren hacer en dos días. Sí se están haciendo y además hay empresas que están por debajo de 50 trabajadores -número a partir del que hay que tener obligatoriamente el plan de igualdad-, que tiene siete u ocho trabajadores y vienen también para negociar el plan de igualdad. Porque para pedir las subvenciones de las administraciones públicas te requieren que lo tengas hecho y eso ha significado que haya mucha gente que quiera hacerlo incluso por debajo de la obligatoriedad.

Pero bueno, todavía, hay empresas como una que fuimos el otro día de naranjas en Palma del Río, a la que la Junta había requerido por no tener el plan de igualdad.

P. Hacer el plan y ejecutarlo, ¿se lleva a cabo? Porque esa es la cuestión.

R. Claro, pero además un plan de igualdad no es que nosotros vayamos y firmemos el plan de igualdad que nos haya dicho la empresa, sino que nosotros le requerimos la documentación, trabajamos sobre esa documentación para que sea haga un plan real y se cumpla ese plan de igualdad. Luego, después, son los propios comités de empresa o delegados de personal los que tienen que hacerlo cumplir.

La verdad es que, no voy a decir que sea la panacea porque nos queda mucho por hacer, pero sí que ha modificado parte de las visiones que tenemos en las empresas. Pero se sigue prefiriendo a hombres para trabajar en muchas empresas.

P. ¿La conciliación sigue siendo una asignatura pendiente en el mundo laboral?

R. Sí, sí. Lo que pasa es que hay que cambiar el modelo y que la conciliación sea para el hombre y para la mujer, no solamente para la mujer. Todavía hay empresas que te deniegan, incluso viniendo en convenio, que te den la facilidad y poder cambiar tus turnos de trabajo. Además te echan a los compañeros encima diciendo: si tú te coges esto, que sepas que a ti te tengo que modificar y ponerte de tarde o de mañana… O sea, que los propios empresarios te echan a los compañeros encima para que tú no puedas conciliar tu vida laboral con la familiar.

El número de infartos y de ictus provocados por el estrés laboral ha aumentado muchísimo

P. Claro, pero la cuestión es que la conciliación sea de ambos.

R. Sí, pero estoy hablando que incluso en casos de hombres que se quieran pedir la reducción horaria para conciliación, también el propio empresariado te echa encima a los compañeros y compañeras. Que mañana pueden ser ellos, pero vaya, como estamos en un mundo tan individualista que solo nos miramos el ombligo…

P. ¿Y qué hay que cambiar, qué tecla hay que tocar? ¿Al final todo se reduce a la educación?

R. La educación es fundamental para que seamos iguales. El que hombres y mujeres seamos iguales va en que, desde que nacemos, tengamos una educación que nos haga iguales.

Ayer (por el martes) oí en la tele una definición de un psicólogo que me gustó: “Las feministas piden la igualdad real entre hombres y mujeres. Y los hombres piensan que no son machistas y que las mujeres lo que quieren es estar por encima de ellos”. No. Queremos ser iguales. Y los hombres, ahora mismo, hasta que no sepan que son machistas y cambien su modelo para no serlo, todavía no tienen conciencia de que lo son, hasta ese momento no vamos a poder hacer que los hombres y las mujeres seamos iguales. Y todo tiene que ser desde que nacemos en la educación.

Tenemos que conciliar y las empresas tendrán que facilitarnos esa conciliación entre hombres y mujeres. Creo que en eso algo estamos cambiando, las mujeres ya algo estamos cambiando.

P. Quería abordar, por último, que acabamos de arrancar un año electoral y el empleo seguro que se convertirá en promesa de los partidos políticos. ¿Qué reflexión hace sobre ello? ¿Qué le pide a los distintos partidos?

R. A nosotros ya nos están pidiendo cita los diferentes partidos políticos para sentarse con nosotros. Nosotros siempre llevamos propuestas, no llevamos un programa electoral porque no somos políticos, pero sí llevamos propuestas, que en este caso CCOO presenta a los partidos para que vean qué es lo que queremos.

Y las propuestas van siempre porque se reconozca, en este caso, el modelo de empresa que queremos y un cambio de modelo productivo en nuestra provincia, y que la economía que tengamos en nuestra provincia cree empleo y sea empleo de calidad. Todo está ahí.

Pero muchos de ellos vienen a hacerse la foto con nosotros y no a escucharnos. Eso no va a cambiar.

P. Ante eso, ¿qué mensaje le enviaría?

R. Les diría que nos escuchen, que nos escuchen. Que nosotros somos los que estamos en la calle con las personas trabajadoras, que son los votantes. Las personas trabajadoras son los que votan después en las urnas. Es la ciudadanía la que realmente luego va y vota. Que nos escuchen que sabemos lo que realmente quieren las personas trabajadoras.

Pero vaya, nos haremos la foto, les haremos nuestras propuestas. Algunos de ellos las incluyen en sus programas electorales, porque son propuestas que hacemos reales, no pedimos la Luna… Pero bueno, otros vienen y solamente nos piden esa foto.

La Junta de Andalucía está desmantelando la sanidad pública

Etiquetas
stats