Nosotras Decidimos: “La violencia que sufrimos las mujeres es tan grande que es muy difícil acabar con ella”
Desde el año 2014, el movimiento feminista de Córdoba está unificado en la plataforma Nosotras Decidimos, que incluye a más de una veintena de colectivos de mujeres y entidades de la capital y la provincia que reivindican los derechos plenos de las mujeres. Ese camino hacia la igualdad real vuelve a conmemorar en unos días el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, y lo hace con la necesidad de volver a salir a la calle, recordando el impulso de las grandes movilizaciones de 2018 y 2019, pero marcado por el freno que supuso la pandemia.
Este 8M volverá a ser un día para poner en evidencia la desigualdad existente, la brecha salarial entre mujeres y hombres, los techos de cristal, las violencias machistas, los asesinatos de mujeres por el hecho de serlo, las cifras con rostros de las que ya no están y sus hijos, pero también para apuntar a todos esos tics machistas que se siguen reproduciendo en una sociedad en la que hay quienes niegan esa realidad y pretenden que se den pasos hacia atrás en el feminismo.
De todo ello y también de la unidad del movimiento feminista, de la democracia como sistema político que permite la igualdad de mujeres y hombres, de la educación de niños y niñas, de la reproducción de roles machistas entre la juventud y de las campañas antiabortistas que coaccionan el ejercicio de un derecho de las mujeres, hablan con Cordópolis las representantes de la plataforma Nosotras Decidimos en Córdoba, Elena Jiménez y Sacramento Merino.
PREGUNTA. Nosotras Decidimos integra al movimiento feminista de Córdoba. ¿Cómo y cuándo surgió esa necesidad de integración?
RESPUESTA. Sacramento: Te puedo decir que Nosotras Decidimos se fundó cuando Gallardón -exministro de Justicia con el PP-, quiso modificar la Ley del Aborto. Fue en el 2014 y hubo en España además un movimiento muy grande para impedir eso, el Tren de la Libertad se llamó. Entonces se fundó aquí Nosotras Decidimos. Había ya asociaciones feministas, pero no estaban constituidas. Estaba la Plataforma Cordobesa contra la Violencia a las Mujeres, pero se enfocaba más a los asesinatos. Y entonces fue cuando decidieron que se formaba Nosotras Decidimos. Nosotras (Elena y ella misma) entramos después, en 2018. Venimos de la filosofía, Elena está estudiando ya el máster de Filosofía y yo estoy estudiando en la UNED. Y nos centramos en el feminismo como movimiento político que quiere cambiar la sociedad. Y siendo feministas y estudiando Filosofía, queríamos acercar la teoría a la práctica. Decidimos acercarnos a los colectivos y a las asociaciones que hacían feminismo en Córdoba. Llegamos allí y queríamos hacer una performance, que la hicimos en 2018, donde se viese, se visualizase, toda la lucha por los derechos de la mujer, prácticamente desde el principio, desde la Ilustración. Empezamos con las sufragistas porque, claro en la Revolución Francesa no había movimiento en la calle, pero con las sufragistas ya empezamos el movimiento de calle. Y ya nos integramos como Épica Feminista las dos, dentro de la plataforma Nosotras Decidimos.
A los negacionistas de la violencia de género se les hace frente con la verdad
P. Estamos ante un nuevo 8M. ¿Cómo se plantea la conmemoración de este día este año?
R. Elena: Es una prueba difícil, porque hemos pasado una pandemia. No podemos olvidar, de hecho, que también fue casi lo último que hicimos a principio de la pandemia y hubo muchos grupos políticos que quisieron también culpar a la manifestación del 8 de marzo de la expansión del Covid. Desde luego, se afronta con muchísima responsabilidad, ante la situación de pandemia que vivimos, pero siendo conscientes de la necesidad que tenemos de estar en las calles. Porque realmente, si analizamos este periodo de pandemia que hemos tenido, las mujeres hemos sido las grandes sufridoras de él. Han recaído en nosotras muchísimo más los cuidados, hemos teletrabajado cuidando en casa, luego también hemos sido uno de los sectores que más ha tenido que estar en la calle porque nos hemos ocupado, por ejemplo, del sector de la limpieza. Lo tenemos muy claro ahora que las limpiadoras del Hospital Reina Sofía están reivindicando unas mejoras en su convenio. ¿Cómo puede ser esto cuando esta crisis ha puesto de relevancia precisamente que es tan importante este sector? Un sector casi primario... Con todas esas razones, vemos esencial estar en la calle este 8 de marzo. Y, como he dicho, lo afrontamos desde luego con responsabilidad pero desde la necesidad de estar en la calle porque tenemos que cambiar las cosas para las mujeres y la única manera es hacernos visibles.
P. En otros territorios del país, en Madrid por ejemplo, habrá dos manifestaciones, ha habido una ruptura de la unidad feminista. ¿Aquí en Córdoba no se ha producido, no?
R. Sacramento: No, aquí no se ha producido, aún. Hay que matizar, es así. De momento, en la plataforma Nosotras Decidimos tenemos claro cuál es la agenda feminista, en cuanto a abolición de prostitución, en cuanto al no a los vientres de alquiler, no a las opresiones o al esclavismo de las mujeres. Eso es básico y, de momento, lo tenemos claro. Entonces, no se ha producido una ruptura.
Los hombres tienen que hacerse cargo de su parte del mundo
P. ¿Está en peligro la unión social alrededor de la defensa de la igualdad?
R. Elena: No debe, no debe. Porque la defensa de la igualdad deberíamos de tenerla clara respecto a la agenda feminista. Por supuesto, hay muchos temas en los que podemos estar de acuerdo y en Córdoba el movimiento feminista está teniendo por ahora la virtud de que tiene claro que el 8 de marzo es de todas y para todas. Y que es de las mujeres. Y tiene clara la agenda feminista que es la que vamos a sacar este 8M en Córdoba, desde luego. Ahora mismo no se plantea esa ruptura.
P. Volvamos unos años atrás. ¿Qué supuso el 8M de 2018 con aquella gran movilización y huelga feminista?
R. Sacramento: De entrada, una alegría. Aunque después haya habido mucho marketing.
Elena: Para mí tiene una cosa muy buena y es que haya llegado la palabra feminismo a la mayoría de la sociedad.
Sacramento: Sí, eso es así.
Elena: Y ahora es prácticamente muy difícil decir que no eres feminista, muy difícil. Gracias a la pedagogía que se ha hecho, gracias a ese gran 8 de marzo que hubo, que además se siguió internacionalmente y fuimos ejemplo en España de manera mundial, hubo muchísimos países que quisieron copiar el movimiento de mujeres de España… La virtud que ha tenido desde luego ha sido esa, la pedagogía en cuanto a quitar esa denostación de la palabra feminismo que había anteriormente. Pero siempre tiene una cruz, que es evidente, y es que a veces confundimos. El feminismo tiene un fin, que es querer alcanzar la igualdad. El feminismo lucha por los derechos de las mujeres y reivindica los derechos de las mujeres, que tiene el fin de alcanzar la igualdad.
Sacramento: En demandas concretas, como ha dicho Elena… la palabra feminismo llega hasta la sociedad, se le quita el estigma que hasta entonces tenía. Vale. Pero después, desde la palabra feminista no se puede defender el trabajo sexual, voy a ser clara. No. Porque es la esclavitud de las mujeres. Que lo defiendan desde otra posición, pero no desde el feminismo. El feminismo tiene una agenda concreta y clara.
El Ayuntamiento no debería haber permitido que en las marquesinas se hiciese una campaña a favor de acosar a las mujeres
P. ¿Qué queda de aquel impulso del 8M de 2018?
R. Sacramento: ¿Qué queda? Pues en la pandemia pegó una frenazo, la pandemia frenó. No ya por la criminalización del feminismo, porque siempre hacen los mismo y las mujeres siempre tienen la culpa de todo, hasta en el Covid fuimos nosotras. Pero sí, la pandemia ha frenado. Y luego también la confusión. Hay discursos que han generado mucha confusión.
P. En el momento actual, ¿qué pasos alcanzados por el feminismo diríais que sí están asentados y son los más significativos?
R. Sacramento: Lo que sí ha calado en la sociedad, aunque hayan aparecido discursos negacionistas, es que lo más evidente, como son los asesinatos de mujeres, eso sí que ha calado. Cualquier persona con sentido común sabe que es terrorismo machista, aunque no lo llame así.
Elena: Una cosa que realmente ha cambiado socialmente es cómo nos vemos las mujeres. Hace 50 años, cómo se veía una mujer en comparación a cómo se veía con sus iguales un hombre, era radicalmente distinto. Cómo nos miramos nosotras hacia dentro. Antes nos veíamos totalmente distintas (de ellos): tenías vidas distintas y tenías futuros distintos una mujer y un hombre, hace 50 años. Ahora no. Luego, las realidades pueden ser diferentes, pero cómo nos vemos, hemos tenido, hemos mucha pedagogía, eso lleva años, desde los años 80 las feministas históricas que hemos tenido que han sido muchísimas, luchando porque realmente al menos tengamos esa base. Esa base la tenemos como mujeres. Nosotras nos vemos como iguales. Otra cosa muy diferente es a lo que nos enfrentamos en la vida diaria. Pero eso es algo grande realmente, algo que ha cambiado el feminismo y las mujeres feministas.
Es un cambio social muy grande. Lo único que pasa es que luego también crea ciertas desilusiones, ¿no? Cuando llega tu vida y tú creías que podías estudiar, podías aspirar a un puesto de trabajo, tener una carrera profesional y te das cuenta que todo te cuesta el doble y el triple que a tu compañero.
P. ¿Consideráis que se han dado pasos atrás en la igualdad en los últimos años?
R.Elena: Bueno, tenemos uno muy cerquita. Veníamos para acá y Sacri me ha dicho que estaban rezando otra vez en la puerta de la clínica de abortos. Han iniciado otra campaña mientras entra en vigor la modificación del Código Civil, como todavía no está penalizado, pues están aprovechando para ir y coaccionar a las mujeres en la puerta de clínica abortiva. Que tengamos una política donde se permite hablar en contra de las leyes, en eso sí hemos ido para atrás, por supuesto. Eso hace 20 años no se podía ni pensar. Había una ley y había que respetarla. Ahora nos permitimos decir que, bueno…
Sacramento: Libertad de expresión…
Elena: Eso, que libertad de expresión es ir a coaccionar a unas mujeres a la puerta de la clínica abortiva.
P. ¿Cuál es la principal oposición para avanzar en la lucha feminista?
R. Elena: Pensar que lo tenemos todo conseguido.
Sacramento: Sí, el conformismo.
Elena: El conformismo y pensar que lo tenemos todo conseguido. Realmente nuestra sociedad ha avanzado muchísimo y es cierto, estamos muchísimo mejor que hace incluso diez años, pero realmente eso nos hace que tardemos más en ver y analizar qué es lo que está pasando.
Porque decimos, por ejemplo, vale ya estamos las mujeres con el 52% en las universidades, pero luego no llegamos a los cargos directivos, no llegamos a tener los sueldos iguales…. Digamos como que nos engaña esa apariencia.
Sacramento: Ana de Miguel habla de la doble verdad. De sociedades formalmente igualitarias… Sí, nos creemos iguales, pero luego la realidad llega y nos da de bruces y dices, pues no, no éramos tan iguales.
P. Lo habéis nombrado antes. ¿Qué análisis hacéis de situaciones que se han dado en estos meses como los rezos contra el aborto ante clínicas o los anuncios en marquesinas con ese mismo mensaje?
R. Sacramento: Pues que las instituciones, en este caso el Ayuntamiento de Córdoba, no debería haber permitido que en las marquesinas municipales se hiciese una campaña a favor de acosar a las mujeres en las puertas de las clínicas. Pero no solamente a las mujeres, en las clínicas trabajan profesionales y no tiene por qué estar aguantando que vayan a llamarles asesinos y asesinas. Eso es así. Porque al final, ¿qué es lo que hacen? Están rezando, otras veces tienen un feto ahí, sacan muñecos, coaccionan a la gente que va a trabajar y coaccionan a las mujeres que están en un momento pues difícil de su vida, donde tienen que tomar una decisión, y tienen que encontrarse ahí a gente que está rezando…
Elena: Pero, sobre todo, es que cuestiona esa autonomía moral que tenemos. Tenemos un marco legal que se ha conseguido desde el feminismo. Porque estas leyes, ni la ley del divorcio, ni la del aborto, la han luchado nunca la parte masculina de la sociedad. Las han luchado las mujeres.
Sacramento: Aunque se hayan beneficiado (los hombres) de ellas.
Elena: Claro, claro, por supuesto, se han beneficiado y mucho. Pero son leyes realmente que vienen del movimiento feminista, de las mujeres. Por supuesto (con los mensajes antiabortistas) están cuestionando la autonomía moral de una mujer que va a ejercer un derecho y los ayuntamientos, algunos, no todos, ha tenido que venir una reforma del Código Civil para equilibrar a todas las ciudades porque había en algunas que se permitía y en otras que no, en unas que se penaba y en otras que no… Han cuestionado la autonomía moral de esas mujeres para atenerse a un derecho, algo como es un derecho conseguido. Eso es impresionante.
La feminización de los trabajos de los cuidados se revierte poniendo un sueldo digno
P. La irrupción de determinadas fuerzas políticas ha roto el consenso institucional alcanzado. Este 8M, como desde hace tres años, no habrá una declaración institucional por parte del Ayuntamiento, por ejemplo. ¿Qué creéis que se debe hacer sobre esto?
R. Elena: Estamos en una época política realmente que no tiene profundidad de pensamiento crítico y no tiene profundidad de análisis de la realidad realmente. El feminismo es eso, es analizar la realidad que vivimos y modificarla. La realidad que vivimos es que vivimos en una sociedad machista realmente y que a las mujeres nos cuesta el triple cualquier acto más que a los hombres. Nos ha costado muchísimo, nos ha costado estudiar, nos ha costado trabajar, nos ha costado tener un sueldo igualtiario…. Todo. Entonces, que tengamos una política que no es capaz de analizar la realidad en la que vivimos y que no es capaz de posicionarse ante asesinatos de mujeres y reconocerlos, por ejemplo, es muy grave. Es muy grave. Y, además, tergiversar. Hace poco hacían una campaña diciendo que eso es violencia doméstica, otra vez. Que es precisamente lo que ya hemos superado. Eso es grave.
Pero es grave también utilizar la palabra feminista para todo. Porque la malinterpretamos.
P. ¿Y cómo se hace frente a esas personas o a esos grupos que llaman chiringuitos a las asociaciones de mujeres y niegan la existencia de la violencia de género?
R. Sacramento: Con argumentos, con la verdad.
Elena: Sí, no hay más que ver la estadística que tenemos tristemente en España de asesinatos, que ya sabemos perfectamente que son la punta del iceberg, el mínimo de la violencia que sufren las mujeres en las relaciones. Y, desde luego, es absolutamente necesario el trabajo en igualdad. Es necesario revertir la posición que tenemos. De verdad que solo hay que mirar, analizar la sociedad en la que vivimos y ver dónde están las mujeres y dónde están los hombres.
P. Hablemos de desigualdades concretas: ¿la brecha entre mujeres y hombres en el mercado laboral se eliminará solo con la ley?
R. Sacramento: Las leyes se tienen que redactar y tiene que haber leyes. Pero luego tiene que haber un seguimiento de esas leyes. Por supuesto, hablando del trabajo, tiene que haber inspecciones. Porque, vale, dentro del funcionariado, ahí es más fácil que no haya brecha. Pero en la empresa privada, ¿cómo lo controlas? Lo controlas con inspecciones de trabajo y con seguimiento. Para eso tiene que haber políticas de igualdad, dinero. Dinero destinado a conseguir una sociedad de verdad igualitaria. De otra forma no se consigue.
Elena: Claro y luego también la valoración de los trabajos de las mujeres. Por ejemplo, trabajos de la limpieza, trabajos enormemente feminizados que son mucho más duros y cobran menos. Tiene que hacerse de una forma muy holística. No, solamente con una ley no se puede, no se puede llegar a tanto. Porque es mucho el trabajo que hay que hacer.
La feminización de los cuidados, de la atención de mayores, de la limpieza…. Hace un tiempo tuvimos un Nosotras Conversamos y cuando preguntamos cómo se revierte la feminización de los trabajos de los cuidados, la respuesta era muy clara: poniendo un sueldo digno. En cuanto pongas un sueldo digno, entrarán ellos. En cuanto pongas un sueldo digno entrarán como han entrado por ejemplo en la enfermería, una profesión totalmente feminizada.
Sacramento: Con dinero, sueldos dignos.
Estar en contra de la violencia machista no es ponerte un lacito cuando asesinan a una mujer
P. ¿Qué papel juega la educación en casa, en el colegio y los institutos para lograr la igualdad?
R. Sacramento. Es absolutamente básico. Debería haber coeducación. Y no la hay todavía. Es una de las demandas de la agenda feminista.
Elena: Bueno, todavía no aparecen mujeres impresionantes de nuestra historia en los libros de texto. Ya, ante eso, que lo sabemos, que hay estudios maravillosos sobre ellas y una y otra vez, pasa. Es muy difícil, las niñas necesitan referentes de todo. A veces tenemos referentes muy sesgados, en la televisión por ejemplo. Necesitan referentes que tengan autonomía, de mujeres autónomas, que hay, que ha habido y existieron. Pero no aparecemos. Eso es algo esencial. Y la educación, por supuesto, la educación es la clave para cambiar todo. La educación pasa por educar en un pensamiento crítico en igualdad. Y dar el valor realmente que tenemos todos como iguales.
Sacramento: Cuando hablamos de coeducación, no es desmerecer que haya talleres unos días concretos, pero la coeducación tiene que ser durante todo el año, no un taller el día 8M o el día 25N. Eso no es coeducación.
Elena: Eso es cubrir un curriculum.
Sacramento: Cuando hablamos de coeducación es desde el principio, desde preescolar hasta que salgan de la Universidad y después. Y de manera transversal.
Elena: Desde el lenguaje que utilizamos con ellos y ellas. Desde los referentes, desde los libros, desde las posibilidades que les damos en el aula.
P. Los jóvenes siguen repitiendo estereotipos y roles de género. No sé si creéis que más ahora incluso que una generación anterior.
R. Sacramento: En eso hemos retrocedido.
Elena: Creo que sí. Todavía decir por qué, no se sabe. Pero de verdad que sí…y en varias generaciones anteriores. Hay una generación por ejemplo de los 90, a la que pertenecemos nosotras, en la que teníamos claro que era muy importante estudiar porque teníamos que romper con nuestras madres o con lo que habían sido nuestras generaciones anteriores. Y nosotras si miramos a nuestras abuelas o madres, pues somos radicalmente distintas, en ese sentido, mucho más autónomas.
Pero esta generación (actual) a lo mejor que está en un momento de crisis y se creía con la igualdad alcanzada -hablábamos de ese peligro de creer algo alcanzando cuando realmente no lo está-, están tendiendo a repetir muchos patrones que creíamos olvidados. Y eso, desde luego, desde la teoría, desde el análisis, hay que ver por qué está sucediendo.
También está lo contrario, por supuesto, hay muchísimas jóvenes que tienen referentes, que tienen libros, dónde acudir,… Pero sí que es verdad que hay un cierto retroceso en patrones de género.
Sacramento: Hay muchísimo sexismo. Vivimos en una sociedad muy sexista. Y la cosificación de la mujer cada vez va a más en ese sentido. Mira la canción de Eurovisión.
En Córdoba el movimiento feminista tiene claro que el 8M es de todas y para todas
P. ¿Qué papel juegan las redes sociales ahí?
R. Sacramento: Las redes sociales en sí son una herramienta. Pero, claro, si estamos viendo que no estamos coeducando, si está fallando ya desde la base y formas parte de una sociedad donde el sexismo va en aumento, y utilizas las redes sociales, pues lo más seguro es que sean sexistas también.
Elena: Claro, es que partimos de la base. Volvemos a la educación. La educación es la que tiene que dar esos criterios básicos para saber gestionar un mundo tan amplio como el de las redes sociales, en el que tenemos prácticamente de todo. Y claro, si no coeducamos de una manera totalmente transversal y ponemos cada vez más pronto todo ese ámbito de las redes sociales ante sujetos que no están formados críticamente, es mucho más difícil elegir, elegir bien. Y lo que te llega, te puede llegar no filtrado. Ese puede ser seguramente uno de los motivos por los que el sexismo está aumentando.
Sacramento: Puede ser un amplificador.
P. También es verdad que las víctimas de violencia de género y sexual jóvenes son cada vez más. ¿A qué creéis que se debe?
R. Sacramento: Y las violaciones por sumisión química.
Elena: Eso es gravísimo, gravísimo. Vivimos en un mundo nuevo en ese sentido y no nos damos cuenta de los peligros que también tiene en ese mundo. Tener internet para todo, redes para todo, tiene muchos beneficios pero también tiene muchos peligros. Y solamente siendo conscientes de esos peligros que tiene, sobre todo para las jóvenes, porque no podemos olvidar que no tenemos igualdad en ese sentido, no tenemos igualdad en las relaciones sexuales, no tienen igualdad todavía en las relaciones de parejas…. Tienden mucho más a caer en trampas que, cuando las descubren, ya es demasiado tarde para salir. Y pensabas además que tú estabas libre de eso, porque eso a ti no te toca.
Sacramento: Tampoco tenemos educación sexual, igual que hemos dicho de la coeducación. Es que no hay educación sexual. Entonces, si se educa sexualmente en el porno, que es lo que están haciendo, si tú tienes acceso al porno desde los 8 años -como dicen los estudios-, tú piensas que las relaciones sexuales son así. Que eso es así. Y tú estás viendo ahí violencia hacia las mujeres, estás viendo violaciones. Es así. ¿Y entonces qué pasa? Pues que aumentan las cifras de violaciones, aumentan las manadas y todo lo que está saliendo. Sí, está ahí, pero parece que no queremos mirar.
P. En general, a todas las edades, ¿os parece que no se ve el fin de la violencia machista?
R. Sacramento: No se trata de querer ser optimistas, tenemos que ser realistas. Tenemos que partir de lo que hay, ver lo que hay. Y ahora mismo hay mucha violencia machista. No solamente son los asesinatos esa violencia machista, es que hay mucho más. Lo que estamos viendo, las cifras... pone los pelos de punta que hayan aumentado las violaciones por sumisión química de esta manera. Eso te pone los pelos de punta, tenemos un problema y es un problema que hay que atajar. Y no vemos que desde donde haya que atajarlo lo quieran atajar. ¿Y quién tiene que hacerlo? Pues empezando por las instituciones.
Elena: Quien tiene poder realmente de cambiar y hacer cambios significativos, realmente son las instituciones. Las instituciones son las que tienen poder para cambiar las leyes, para invertir en cambios significativos…. Y ahora mismo lo que estamos viendo es que no está claro ni siquiera el posicionamiento ante la violencia que sufrimos las mujeres. Eso es un problema, para poder mirar optimistamente hacia el futuro…
La ley abolicionista de la prostitución que se le presentó al Gobierno está en un cajón
P. ¿Normalizamos que esta semana (hasta el jueves) tenemos dos mujeres más asesinadas?
R. Ambas: Sí. Sí, lo tenemos normalizado.
P. Quizás deberíamos haber empezado incluso esta entrevista precisamente hablando de esas dos mujeres asesinadas.
R. Sacramento: Sí. Dos más. Dos más. Y al final, contabilizas todo el año y son cifras, pero son mujeres, con nombres y apellidos, que han asesinado.
Elena: Tenemos cifras de las asesinadas, pero no tenemos cifras de las humilladas, de las maltratadas psicológicamente, de las que pierden el trabajo por la presión familiar de tener que cuidar a los hijos, de las que tienen que cobrar menos porque tienen que cuidar a sus hijos porque su pareja no se hace cargo corresponsablemente… Realmente la violencia que sufrimos todas las mujeres es tan grande que es muy difícil acabar con ella. Primero, hay que ser conscientes. Y ni siquiera somos conscientes de ella.
P. El trabajo de concienciación que se ha hecho en estos años, ¿ha provocado que se denuncien estas situaciones más o no?
R. Sacramento: Es que yo no sé si se denuncia más. Hay muchísima violencia que no se denuncia. Hay muchísima que no se denuncia. No sabría decir si se denuncia más. Voy a ser clara: ¿Que haya un punto violeta en una farmacia, qué soluciona a una mujer que está sufriendo ese miedo atroz en su casa?
P. ¿Qué se necesita?
R. Sacramento: ¿Qué el Instituto de la Mujer funcione?
Elena: Bueno, sí primero que funcionen, que hagan su trabajo, que ofrezcan cobertura psicológica, legal, a todas las víctimas de violencia. Pero luego, además, que todos nos sintamos responsables de eso. Que todos y cada uno de nosotros y nosotras nos sintamos responsables de la persona que tenemos al lado. Que la violencia que sufre ella, la tenemos que denunciar también, la tenemos que ayudar, tenemos que poner límite al compañero….
La mujer que está inmersa en esa situación es muy difícil que ponga límite. Es muy difícil incluso que se lo haga ver, porque nos culpamos incluso a nosotras mismas, por qué hemos elegido a este hombre, por qué es nuestro compañero, por qué hemos elegido mal… Es muy complicado salir, que una víctima salga por sí misma de una situación de violencia. La ayuda psicológica tiene que ser del entorno
P. ¿Y ese entorno social está o estamos fallando?
R. Sacramento: La sociedad está fallando.
Elena: Estamos fallando todos y todas.
Sacramento: La sociedad está fallando. Estar en contra de la violencia machista no es ponerte un lacito cuando asesinan a una mujer. Es muchísimo más.
La democracia es el único régimen que garantiza la igualdad como punto de partida
P. Hablábamos antes de cómo ha afectado la pandemia a las mujeres y la desigualdad. ¿Qué consecuencias ha traído?
R. Elena: Mucha más carga emocional de todo. Realmente, quien hace que funcione la sociedad, quien hace que durante años se haya podido trabajar, se haya podido comer…somos las mujeres. Y lo que hemos hecho (con la pandemia) es añadir más carga, más carga a todas esas mujeres que ya estaban trabajando, que estaban cuidando, que ya estaban intentando sobrevivir en una sociedad machista. Nos ha precarizado más, nos ha quitado tiempo, muchísimo tiempo. Nos ha quitado economía.
P. Alguien puede decir que la pandemia la hemos sufrido todos, hombres y mujeres. ¿Qué ha pasado con las mujeres para que hayan tenido esas consecuencias?
R. Sacramento: Como en el ejemplo de antes, con el teletrabajo, la mujer trabajaba y cuidaba. En el teletrabajo, los hombres no cuidaron. Ha habido un estudio ya: ellos elegían en la casa el mejor sitio para teletrabajar y era el que estuviese más lejos de donde estaban los niños. Eso es así. Por poner un ejemplo.
Elena: Creo que, básicamente, se le ha absorbido el tiempo a las mujeres. Trabajar en casa ha implicado el doble de esfuerzo que trabajar en tu centro de trabajo. Trabajar con toda la familia, la limpieza del hogar, los niños, la comida…todo eso que realmente se ha repartido bien poco. Ha habido muchísimos estudios ya que han demostrado que las labores más tediosas las siguen haciendo todavía las mujeres en la casa.
Sacramento: Y con los confinamientos de los niños. Yo no soy madre, pero yo te he escuchado a ti y otras mujeres, ¿quién se ocupa de todo eso? Es así.
Elena: Realmente quien ha estado trabajando muchísimo más en casa han sido las mujeres, en general. No nos libramos de ninguna.
P. ¿Qué le reclama el feminismo a la acción de las administraciones?
R. Sacramento: La coeducación es fundamental. También la educación afectivo sexual. Y eso no lo están haciendo, con lo cual es una demanda que ya lleva mucho tiempo. La ley abolicionista de la prostitución está ahí, se le ha presentado al Gobierno. Ahí está, un trabajo de muchos años, una ley redactada concreta y presentada. Está en un cajón. Eso, por poner unos ejemplos.
Elena: Lo básico es cambiar el sistema, totalmente. Hay que cambiar la educación, cómo la hacemos, hay que formar a las maestras y maestros, hay que formar en las universidades, hay que poner mecanismos para que las mujeres estemos trabajando de una manera eficaz y clara, hay que poner mecanismos para que las jornadas laborales sean más cortas. Yo creo que todo el mundo hemos demostrado en la pandemia los beneficios de eso, que se puede hacer perfectamente. Y eso beneficiaría enormemente a las mujeres también. Economizar nuestro tiempo de trabajo, tener nuestro tiempo de ocio, porque no tenemos. Quien tiene menos tiempo de ocio al final son las mujeres. Y, por supuesto, todo pasa por la educación, todo. Educar afectivosexualmente, como ha dicho Sacri, es importantísimo.
Sacramento: Sí, porque se están educando en el porno. Si tú te educas en el porno y te enseña el porno lo que se le puede hacer a una mujer, ¿cómo se va a erradicar la violencia de género?
P. ¿Qué papel tienen que jugar los hombres en ese camino por la igualdad?
R. Elena: En el fondo, uno básico. Tienen que empezar a coger todo lo que históricamente no han hecho. Tienen que hacerse responsables de la sociedad, simplemente. No es más.
P. A lo mejor es menos…privilegios.
R. Elena: Claro.
R. Sacramento: Muchísimos tendrían que ser adultos, funcionales y autónomos. Y no esperar a que les hagan las cosas. Eso para empezar. Pero cuando hablamos de esto, parece que es otra generación…y no, hay muchos hombres de las nuevas masculinidades que no son, ni tan funcionales ni tan autónomos. Para empezar, dejarnos de hipocresías y empezar a actuar como iguales realmente.
Elena: Compartir la responsabilidad que llevamos. Eso es algo básico. No es llevar al niño o la niña al parque, es realmente hacerse cargo de todo lo que conlleva una crianza, por ejemplo. Y, por supuesto, dar espacios también de libertad a las mujeres. Porque los espacios de libertad los tienen ellos, ellos sí los tienen. Hay que procurarles tiempo libre a las mujeres y procurar compartir esa responsabilidad. Por eso digo que es algo básico, al final, es hacerse cargo de su parte del mundo.
P. ¿El feminismo tiene abiertas sus puertas para que los hombres se incorporen a esta lucha por la igualdad real?
R. Elena: Es que son dos cosas distintas. Una cosa es la lucha feminista que está porque parte de una desigualdad inicial. La lucha feminista históricamente, a quien le ha afectado ha sido a las mujeres, que hemos sufrido esa desigualdad inicial de la sociedad. Entonces, la lucha feminista es de las mujeres porque estamos reivindicando nuestra igualdad en la sociedad.
Y otra cosa es hacerse cargo (los hombres) de su media parte del mundo. Eso no significa invadir los espacios feministas, sino respetarlos, porque son los que nos han servido a nosotras para reflexionar, para avanzar, para tomar conciencia de nuestra opresión. Por supuesto, para cambiar las cosas, hay que apoyar al feminismo.
P. ¿Cuánto tiempo costará erradicar el machismo? ¿Lo veis posible?
R. Sacramento: A largo plazo, es posible a largo plazo. Porque cuando miras -y no hace falta ni siquiera ponerte las gafas violeta-, cuando miras de verdad, te das cuenta de la sociedad tan sexista que tenemos. Y el sexismo conduce a la violencia machista. Es así.
Elena: Es que la sociedad igualitaria depende mucho del régimen político que tengamos. La sociedad igualitaria pertenece a la democracia, la igualdad solo nace, aunque sea como concepto para llegar a él, en una sociedad democrática. Depende muchísimo de si somos capaces de mantener una sociedad democrática como humanidad.
Ahí estamos y ahí nos veremos. Y ahí el feminismo seguramente tendrá muchísimo recorrido. Porque además hemos avanzado muy rápido, ya lo he dicho antes, no tenemos nada que ver con las mujeres de hace 50 años. Y seguramente las mujeres de dentro de 50 años no tendrán prácticamente nada que ver con nosotras. Pero depende mucho de que tengamos asentadas nuestras bases democráticas. La democracia, por ahora, es el único régimen que garantiza la igualdad, al menos como punto de partida.
Ni la ley del divorcio ni la del aborto las ha luchado nunca la parte masculina de la sociedad
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