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Sr. Chinarro: “El 'indie' ya ha pasado de moda”

Antonio Luque, Sr. Chinarro | ÁLEX GALLEGOS

Juan Velasco

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Antonio Luque acabó la semana un poco mosqueado. Por un error involuntario, su nombre estaba entre las bandas que a lo largo de este fin de semana van a llenar de indie la Plaza de la Corredera a cuenta de Cervezas Alhambra. El error, subsanado por otra parte con disculpas y alabanzas, podía distraer a algunos de los fans de Sr. Chinarro, que se rascaban la cabeza ante el presunto doblete, puesto que hacía meses que el escritor, cantante y compositor había anunciado un concierto en la Sala Hangar para presentar Asunción, su disco número 16 según el portal Discogs, aunque ni él lo tiene claro.

En realidad sí que hubo doblete, aunque no tenía nada que ver con la Corredera ni con la cerveza. Luque estuvo presente el lunes en Cosmopoética, un poco antes de que lo hiciera Eduardo Mendoza. Con el premio Cervantes comparte una figura espigada, un pelo cano y una visión de la vida melancólicamente cómica. Mendoza escribe libros, Luque escribe canciones. También libros, pero si algo ha convertido a Sr. Chinarro en un referente de la música española es su capacidad para contar mucho en pequeñas miniaturas de pop aguitarrado. Lo hace muy bien y muy a menudo.

Este periodista reconoce que cuando era joven quería ser indie pero no le salía. Escuchaba Radio 3 e intentaba que le gustara lo que sonaba. Y no había manera. Es lógico, yendo como iba en aquel momento, directo a las fauces de la música negra, que el indie no le sedujera nada, pues como contará Sr. Chinarro en esta entrevista, el indie fue una moda pequeña que ha acabado siendo algo bastante grande para algunas bandas y una cuestión inevitable en las entrevistas para otros cuantos, como el propio Luque.

Y Luque, o Sr. Chinarro, ha hecho miles de entrevistas. En parte porque es un buen conversador y porque siempre suele hablar de manera directa y sin rodeos. Algo que es de agradecer.

PREGUNTA. ¿Quién es un señor más serio: el escritor Antonio Luque o el músico Sr. Chinarro?

RESPUESTA. Cuando estoy escribiendo y haciendo música estoy más feliz. Normalmente, en todas las facetas de mi vida es en las que me pongo más serio. Menos cuando hay algún motivo para reírse. En realidad tengo bastante sentido del humor, creo. Pero cuando me distraigo y no estoy pensando en nada, mi gesto es serio. No sé por qué.

P. ¿Alguna vez te ha tentado adaptar alguna poesía o texto de otro autor para tu música?

R. Sí. Allá por el 2009, conocí a un par de poetas malagueñas y charlando con ellas se me ocurrió que había que ponerle música a sus textos. Fíjate, ahora que está tan de moda esto del empoderamiento femenino, hubiera sido una muy buena idea. Y se lo dije a estas dos poetas y me empezaron a llegar libros de un montón de poetas de todas partes de España, algunos dedicados... Finalmente no lo hice. Los libros se quedaron ahí. Se lo merecían. Pero, entre mis novelas y el disco siguiente, que fue Presidente...

P. No salió.

R. No. Hubiese sido muy buena idea y ahora mismo habría sido una proeza, porque fíjate este año por ejemplo en Cosmopoética el auge que tienen las mujeres. En general y en el mundo de la poesía. Está claro que es algo que va en aumento. Y allá por 2009. Parece que fue ayer, pero hace 9 años ya.

(Se cuela el ruido de la prueba de sonido y se distrae)

P. ¿Eres de los que está súper pendiente de la prueba?

R. Sí. Hoy aquí estoy pendiente. Hoy vienen más... Hay veces que uno se va y el otro tal... Y vuelve a la hora.

Los mecenas en este mundillo no existen ni han existido nunca

P. ¿Tienes banda fija?

R. Sí. Ahora... 3 años va a hacer este mes. Ahora se ha incorporado un teclista nuevo. En realidad nos conocemos. Pero por eso mismo les he dicho: “Eh, no os despistéis”. Aunque hoy, como el viaje no ha sido tan largo, pues están más concentrados.

P. ¿Vienes de Málaga?

R. Venimos de Granada. Los de la banda son granainos.

P. Pensaba que estabas instalado en Málaga.

R. Paso allí algunos días, pero vamos, vivo en Barcelona. Paso unos días en Málaga, otros en Granada con los ensayos... Como un vagabundo. Eso es hoy, mañana quién sabe. He dado muchos tumbos.

P. ¿Qué define mejor a Sr. Chinarro: una buena letra o una buena melodía?

R. El mérito está en que las dos vayan de la mano. El mérito siempre es que una letra tenga la melodía que más le pega y al revés. Y viceversa. Al revés no. Viceversa.

P. ¿Se puede ser transgresor y estar en una multinacional?

R. Bueno. ¿No lo preguntarás por mí, no? Porque yo no he estado en una multinacional, como no sea de hacer pasteles... Pues supongo que sí. Lo que varía de una multinacional, si hablamos del mundo discográfico, a una pequeña, es el presupuesto y poco más. Y todo el mundo quiere... Quien invierte un cantidad de dinero en ti espera recuperarla. Si es pequeña también espera recuperarla, como en las independientes. Al final, a nadie le gusta perder pasta. Los mecenas en este mundillo no existen ni han existido nunca. Yo nunca he conocido a ningún mecenas, vamos.

P. ¿Mató la movida madrileña al rock andaluz?

R. Ostras. Vaya pregunta. Yo tampoco sabría. Estaba pero era muy joven. Desde luego siempre he preferido a Radio Futura o Los Nikis a Triana. Triana siempre me han parecido muy tristes, me daban un poco de miedo. Y todavía hoy lo puedo apreciar pero creo que sigo prefiriendo a los grupos de la movida madrileña. Soy un ganso.

Siempre he preferido a Radio Futura o Los Nikis a Triana

P. Bueno, eres sincero. Llevas ocho discos en los últimos diez años. Te habrán caído miles de entrevistas en este tiempo, ¿no?

R. Sí, muchas. Sí. A veces me pregunto si servirán de algo. Quiero decir, si fuera por la proporción de entrevistas ya debería ser súper famoso. Porque he hecho muchas. Pero tampoco quiero ser súper famoso.

P. ¿Hay alguna pregunta que nunca te hacen y que te molaría que te hicieran?

R. Mmmmm... Había un cuestionario que salía en el ABC cuando yo era pequeño que yo siempre decía “esto me hubiera gustado responderlo alguna vez”. No sé si te vas a acordar porque tú eres más joven. Contenía preguntas tipo “como quisiera morirme”, y la gente salía con unas respuestas ocurrentes. Y yo siempre pensaba que me gustaría responderlo. Pero ya no recuerdo ni cuáles eran las preguntas, así que otra ilusión perdida.

P. Las entrevistas se habrán convertido en algo monótono para alguien que saca tantos discos, y que entra en la rueda de disco nuevo-gira de entrevistas.

R. Bueno, recientemente ha habido una época complicada por culpa de la moda de las preguntas sobre política. Y era cómo: joder, otra vez; otra vez teniendo que explicarme.

P. Bueno, si no me equivoco, ésta va a ser la entrevista menos política que he hecho en los últimos meses.

R. Ah, pues genial. De todos modos, con una respuesta respondo a todas las preguntas sobre política: la humanidad no tiene remedio. (Risas)

P. Bueno, ahora encima vives en Barcelona, pero lo pasaremos de largo. Estás rulando por todo el país. Y has pasado esta semana en Córdoba. ¿Qué tal es tu relación con esta ciudad y con Cosmopoética?

R. Pues hemos ensayado esta mañana en un pueblo de la Alpujarra granaína que está a unos mil metros de altitud y ahora hemos llegado y es verano, así que bien... Es una ciudad muy bonita. Pero siempre me quedo con las ganas de pasar más rato. Es que creo que nunca he estado más de 24 horas seguidas.

Si fuera por la proporción de entrevistas ya debería ser súper famoso

P. Quizá porque lo has tenido cerca toda tu vida.

R. Claro. Siempre al lado. He venido un montón de veces, pero más de 24 horas seguidas nunca. Y esta semana se ve claramente, porque estuve el lunes, me fui y ahora estoy aquí otra vez.

P. Lo de pirarte de Sevilla a Málaga y de ahí a Barcelona... ¿Por qué es? ¿Porque te tira la costa?

R. En realidad soy mucho más de Atlántico que de Mediterráneo, pero la vida es así. Parece que el Mediterráneo es más caliente.

P. ¿Qué relación tienes con Sevilla?

R. Pues la echo mucho de menos, pero luego tampoco me veo allí. Es como intentar volver con una novia que te gustaba especialmente pero que se acabó. ¿Qué le vas a hacer? Segundas partes nunca fueron buenas.

P. Si las ciudades son recuerdos, ¿qué recuerdo te guardas de Sevilla?

R. Muchos recuerdos. Pero sobre todo los amigos de muchos años. Los amigos que se hacen de adulto ya no son como los que uno hace en la infancia.

P. ¿Y algún partido del Betis?

R. Pues mira, el otro día hablé con una revista de fútbol. Ya ni el estadio es el mismo. Lo han tirado. Ahora es otro. Entonces, ya no queda nada. Cambian los jugadores, cambia la camiseta y ahora hasta las calzonas las han cambiado. Pero bueno, sigo los partidos de fútbol, sí.

P. Sin forofismo, entiendo.

R. Tampoco es que entienda yo mucho de fútbol, entonces al final es más que pongo la radio o en internet la emisión de la cadena Ser porque me trae recuerdos de la infancia. Es casi más eso que ir al estadio, que como digo, ya ha cambiado.

Los amigos que se hacen de adulto ya no son como los que uno hace en la infancia

P. ¿Tienen mucho peso la memoria y los recuerdos en lo que escribes?

R. Intento escribir más de lo que estoy viviendo, la verdad. Málaga en los últimos discos sale más que Sevilla. Pero de una manera que vete a saber. He estado viviendo frente al mar diez años. Eso ha tenido más peso que cualquier recuerdo de Sevilla.

P. ¿Tiene más peso geográfico entonces?

R. Bueno, las canciones las compongo donde me pillan.

P. ¿Tus discos qué son? ¿Más discos de estudio?

R. En el estudio es donde se terminan de montar, claro. Con los músicos y tal, pero para hacer un boceto de canción al final ya te digo, donde me pilla. Por ejemplo, hay una del disco nuevo que la hice en una casa que tiene la familia de mi novia en Riudecanyes, en Tarragona. Esa sí recuerdo que se me ocurrió allí.

P. Da la impresión de que Sevilla se ha vuelto ahora muy indie. Ahora que no estás tú.

R. El indie ya ha pasado de moda. Ha quedado para la gente más mainstream, digamos, por llamarlos de alguna manera... Vetusta Morla, Izal, Love of Lesbian y Lori Meyers. Estos que siguen llevando a mucho público y que les dure. Y luego lo demás ha pasado de moda totalmente. Ahora lo que se lleva es el trap. Yo lo veo en los festivales que son un poco más heterogéneos de lo habitual. Y, de hecho, cada vez es más habitual que sean heterogéneos.

P. ¿Tú crees?

R. Sí. Lo que ahora arrastra a la gente más joven que es el público de los conciertos es el trap y el rap y cosas insoportables para mi gusto.

Uno se hace miembro de la sociedad aguantando las tonterías de los otros

P. Bueno, ahora vienes de tocar en Sevilla en el Interestelar, creo...

R. Sí. Pero bueno, esos festivales van tirando sobre todo con esos cabeza de cartel que te he dicho. Y luego estamos ahí unos segunda división, siendo optimistas, que aspiramos a seguir sacando un sueldo al mes que nos permita mantener viva la ilusión por hacer buenas canciones.

P. El proyecto de Sr. Chinarro ha ido madurando al tiempo que la gente que va a verlo rejuvenece, ¿no? ¿O te queda una base sólida de fans del principio?

R. Los conciertos es que se han convertido en una actividad de ocio y entretenimiento. No creo que hoy haya gente en los conciertos buscando nuevos sonidos... Bueno, en realidad siempre ha sido así, yo creo. Solo son para los que luego nos hicimos músicos o tienen proyectos musicales. Pero para los demás: “Hoy es jueves ¿qué hacemos? ¿Vamos a un concierto o vamos al cine?” Y muchos dirán, vamos al cine, que el sábado han puesto un concierto gratis en La Corredera los de las cervezas (Se ríe). Y no vendrán. Y da igual que se llame Sr. Chinarro o Ismael. El caso es que se van a ver, van a tomar una cerveza, van a charlar y al día siguiente van a poner en las redes sociales que fueron a un concierto.

P. Dudo que fuera así cuando tú ibas de conciertos.

R. Cuando iba no. Cuando iba y sigo yendo. No tanto como antes, pero cuando iba de chaval iba con otras intenciones. Me fijaba más en otras cosas, porque ya incluso antes de saberlo, que lo supe muy pronto, dentro de mí estaba la firme voluntad de algún día subirme al escenario y hacerlo yo. Entonces te fijas en otras cosas. En lo que te mueve.

P. ¿Cuando tienes tú la epifanía?

R. Pues viendo a los Ilegales en Sevilla en el año 86 en el solar donde hoy está el Teatro de La Maestranza. Tocaron una canción del disco que presentaban que era África Paga, que dice “todo es mejor que quedarse a mirar”. Yo lo estaba flipando tanto porque era el primer concierto al que iba en mi vida. Miento, primero fue Rosendo que tocaba antes que Ilegales. Ése era el cartel: Rosendo e Ilegales. Con Rosendo ya flipé y eso que no era lo que a mí me gustaba ni lo que había ido a ver. Pero cuando salieron los Ilegales, que a mí me encantaba el disco ese que en la época lo ponían en la radio, en los 40 principales. Y cuando cantó aquello yo pensé: “Ya está. Yo me voy a subir ahí”.

Estoy organizado de modo que me puede importar un pimiento la situación musical actual

P. Precisamente una banda con un cantante que está lejos de cantar bien.

R. Pero mira, ahí siguen y llenando todavía locales. Es un artista de verdad.

P. ¿Y a componer cuándo te lanzas?

R. Pues cuando vi que iba aprendiendo. Fue difícil porque yo no di clase de nada, ni en el colegio daba clase de música ni nada. Entonces fotocopié un libro de guitarra, ahorré muy penosamente para una guitarra eléctrica aunque no tenía idea de nada. Aunque en la Primera Comunión me regalaron una flamenca que se rompió porque no la traté bien. Así que me hice unas fotocopias del libro de guitarra y a partir de ahí, duramente porque soy un poco patoso, fui aprendiendo los acordes. Y rápidamente me di cuenta intuitivamente de lo de tónica, subtónica y dominante, que es la base de toda la música pop.

P. ¿Y te imaginabas envejeciendo y sacando no uno, sino veinte discos?

R. No. Muchas veces he pensado nada más grabar un disco: “Esto me lo van a criticar”. Me ha faltado siempre un poco de confianza en mí mismo, pero por suerte la crítica y la gente, no grandes masas de población, me han animado a seguir.

P. Pues yo creo que debe haber un alto porcentaje de amor propio en quien decide dedicar su vida a subirse un escenario.

R. Yo, mientras haya gente que me diga que lo disfruta. Y me digan lo que sea, que vengan con el disco y me piden que lo firme, y me digan que les ha encantado y que quieren más. Pues uno lo hace. La verdad es que para mí es un placer.

P. Y me imagino que esa gente cada vez será más joven. ¿Eso qué sensación te provoca?

R. Hombre, si veo que entre el público hay gente joven me enorgullezco porque es muy difícil. Más en estos tiempos donde los pobres están todo el día con las pantallas y con el youtube. Es que, aunque ellos piensen que eligen lo que ven, es al contrario. Les están endosando una basura para convertirlos en idiotas funcionales.

Hay que trabajar el sentido del humor para poder estar vivo, porque sino es una mierda

P. En nuestra época las radiofórmulas ya nos metían buena basura.

R. Pero en mi época era muy sencillo, movías el dial y pasabas de Los 40 Principales y te ponías en Radio Aljarafe, que fue donde yo descubrí todos los grupos buenos que tenía que descubrir. Ahora no te sales del youtube tan fácil. Te van poniendo y te van poniendo. Si es que, a poco que te despistas, hasta uno mismo acaba viendo tonterías. Ayer me pasé media hora viendo un vídeo de un muñeco tocando la batería en un cumpleaños japonés o chino. Lo vi cuatro veces. Eso sí, llorando de la risa.

P. Y no recuerdas cómo habías llegado allí.

R. (Risas) Sí, claro. Pero que igual debería haber estado escuchando el nuevo disco de yo qué sé. De alguien que haya sacado algo que mola y que esté en Spotify y pueda escucharlo. Pero qué va. Me pasé media hora viendo una tontería. Eso sí, me reí mucho.

P. Hablando de risas, hace poco has estado con el auténtico Señor Chinarro, ¿no?

R. Sí. Súper divertido. Muy simpático. Y un señor, además.

P. ¿Por qué te inspiras tú en este señor que se las llevaba todas? ¿Es que te hacía bullying o qué?

R. Un poco sí, pero antes. Sí, bueno, por mi manera de ser, así un poco rara, y de caminar, en el colegio he tenido que soportar alguna burla. Pero vaya, ¿qué niño no ha soportado alguna burla en el colegio? Uno se hace miembro de la sociedad aguantando las tonterías de los otros... Pero eso del nombre fue porque considerábamos que los grupos que había en Sevilla en aquella época hacían un poco el payaso (risas). Que es lo mismo que sigo considerando ahora. Entonces yo me postulo como un hombre serio que pone un poco de orden y cordura en este ambiente de entertainment ridículo, y sigo considerándome en ese papel.

Con el inglés no era capaz de expresar lo que quería decir

P. La verdad es que a mí me recuerdas, no sé si has visto Los Soprano...

R. No.

P. Pues a veces Tony Soprano dice que se siente como un payaso triste, y se pregunta qué ha sido de los Gary Cooper.

R. Jajaja... Hombre, sí. El Gary Cooper de Mairena.

P. Pero fuera de bromas, ese tipo de hombre no se lleva desde hace décadas en el indie y menos actualmente.

R. Yo he currado un montón. Desde El Fuego amigo hasta ahora es que no he parado, si te fijas. El otro día me lo dijo un locutor de Radio 3. “Yo es que siempre que entro en tu web hay conciertos”. Es verdad que no tengo un caché grande como estos que se escuchan por ahí de 20.000, 30.000, 50.000 euros. Al contrario, súper pequeño. Pero como soy judía y bastante hormiguita, más o menos ya soy un hombre libre financieramente. Y hombre, tengo un hijo y es una boca más que alimentar, pero más o menos estoy organizado de modo que me puede importar un pimiento la situación musical actual. Al que le guste o prefiera el trap, mejor para él. Yo tengo muy clara la música que a mí me gusta, sé dónde encontrarla, y sigo disfrutando de la música como cuando era un chaval. Con los buenos discos, que son pocos. Tampoco se lanzan al año 50 discos buenos. No se lanzan ni diez.

P. Se lanzan un montón y ahora no te duran ni diez minutos en el recuerdo.

R. Y mi ambición realmente es hacer uno de esos grandes discos alguna vez. Los que hago no están mal, yo qué sé. Pero lo digo comparándolos con The Queen is Dead (The Smiths), con el segundo MGMT, Congratulations, con esos grandes grandes discos. Hacer uno que diga: “El mío está ahí”.

P. Pues mira, para cerrar te iba a preguntar qué canción te gustaría haber escrito, pero ya me adelanto.

R. Hostia, esta pregunta sí que me la tengo preparada desde hace tiempo y ahora no me acuerdo. Hay muchas canciones muy buenas. No voy a decir alguna en inglés. Voy a elegir alguna en castellano (reflexiona) Esta noche creo que vendrá Jota, así que De viaje de Los Planetas me gusta mucho, por ejemplo. De los Ilegales África Paga o La chica del club de golf. Hay muchas canciones muy buenas en castellano.

Cuando digo que voy a escuchar flamenco no aguanto ni diez minutos

P. Esas canciones tienen en común contigo lo que yo llamo melancolía cómica, que está muy presente en tu forma de escribir. No tanto en tu forma de cantar, que eres más sobrio.

R. Hay una frase que dicen mucho ahora los ministros del PP hablando de los socialistas, a los que también se les puede aplicar, que es la de “todo esfuerzo inútil conduce a la melancolía”. Yo creo que todo esfuerzo en la vida es inútil, así que no puedo sino acabar melancólico. Pero es cierto que la melancolía me la tomo con sentido del humor, porque si no vive uno amargado. Y yo no vivo amargado. Me río bastante de todo en realidad, pese a mi apariencia seria.

P. La ironía hay que trabajarla también.

R. Bueno, hay que trabajar el sentido del humor para poder estar vivo, porque si no es una mierda.

P. ¿Se está perdiendo el sentido del humor?

R. Sí. Hay mucha gente muy atacá. Pero es que la estafa de la crisis ha sido grande. Hay mucha gente que tiene que vivir con unas condiciones muy chungas. De hecho, yo me escapé de milagro, pero me escapé.

P. ¿Cómo te escapaste?

R. Pues bueno, mi primer piso lo compré antes de que subieran, y me echaron del trabajo cuando todavía remuneraban con 45 días por año y eso no afectó a la hipoteca... Eso me lo enseñó mi padre y lo canto en una canción: “Lo primero es tener un sitio donde caerte muerto”. Una vez que lo tienes ya te ríes un poco de todo.

P. Viendo tu caso me viene a la mente una idea recurrente de que en este país se penaliza el fracaso. No existe una cultura del fracaso como algo positivo, como en EE. UU., por ejemplo. Tu despido por ejemplo fue una oportunidad.

R. Bueno, lo que pasa es que en EE. UU., por lo que parece, yo no lo sé, ya me gustaría haberme quedado a vivir en EE. UU. cuando fui a grabar el primer disco... Pero por lo que parece hay una rotación de los puestos de trabajo muy grande, no sé por qué. Desconozco si es porque el despido es más fácil.

P. Te he dicho EE. UU. como te podría haber dicho los países nórdicos. Allí celebran el día mundial del fracaso.

R. Hombre, ya ves. Si yo me hubiera rendido... Con el primer disco no fue bien. El segundo vendió 500 copias.

P. Hoy las tiradas van por ahí. 500 copias máximo en vinilo...

R. Ya, pero las escuchas son por internet. De todas formas lo de Chinarro siempre ha sido tirada limitada. Hubo un disco, la Ópera al vacío del año 2000, que vendió 5 o 6.000 copias, que para lo raro que es me parece ya un logro.

En España la mayoría de los técnicos están todavía aprendiendo a mezclar

P. ¿Cómo te afectó el nacimiento de tu hijo a nivel personal-laboral?

R. Eso que dicen de que traen un pan debajo del brazo es totalmente cierto.

P. ¿Qué supone para ti la escritura?

R. ¿Qué supone? (se lo piensa)

P. Terapéuticamente hablando.

R. No. No necesito un terapeuta y si lo necesito no voy a ir. Entonces no... Bueno, es como se expresa uno más... (Sigue pensando). La música es más sugerente y con las letras concreta uno. Aunque yo tampoco termino de concretar, porque me ando un poco por las ramas con metáforas, con mis figuras y con mis historias. No es que escriba yo de un modo muy claro, pero es que me sale así.

P. ¿Crees que hay una burbuja de festivales en este país?

R. Bueno, mientras la gente vaya... A todos no van. A algunos va poca gente.

P. Claro, ése es el problema, que cada verano nos encontramos con cinco o seis cancelaciones antes de empezar.

R. Bueno, eso depende del sitio, de las fechas... Yo qué sé. Hay sitios y fechas en los que un festival no puede fallar. Como Benicassim o el Mad Cool. A poco que estén bien hechos y la gente esté cómoda y se lo pase bien.

P. ¿Y el indie fue una burbuja?

R. No. Fue una música. Música sin apoyo de los grandes medios de comunicación, pero que supo hacer una industria pequeña, paralela, que funcionó durante una época y ahora esa misma infraestructura se ha hecho grande.

P. ¿De dónde salía aquel interés por cantar tanto en inglés?

R. Es que en castellano hablamos en 3x4. Sin embargo, los ritmos pop y rock que escuchamos siempre de nuestros ídolos extranjeros en inglés van en 4x4. Y adaptar el castellano al 4x4 anglosajón es complicado y al final parece uno un cantautor. Hay que ser un poco como Nacho Vegas, como Ismael Serrano, que son muy hábiles... O están quienes le cambian los acentos y empiezan a hacer cosas raras. Tiene un curro grande adaptar el 3x4 castellano al inglés. Entonces hay gente que dice “pues yo me ahorro todo y lo hago en inglés”.

P. Ahora parece superadísimo.

R. Bueno, no. Hay gente que todavía canta en inglés. Si hablas inglés de puta madre estás en tu derecho. Si dominas los dos idiomas... Yo empecé en inglés porque era más sencillo. Pero me di cuenta rápidamente de que con el inglés no era capaz de expresar lo que quería decir.

P. Y ese cambio a ti te ha beneficiado.

R. Claro. Fui de los primeros. Entonces eso me ayudó. De los primeros de mi generación esta indie.

P. ¿Sigues en contacto con Víctor Lenore (Nota: uno de los dueños detrás del sello Acuarela, en el que editaron Sr. Chinarro y Los Planetas, periodista de El Confidencial y autor de Indies, hipsters y gafapastas. Crónica de una dominación cultural)?

R. No.

P. ¿Y cómo has vivido la polémica en torno a los críticos en general y a Lenore en particular?

R. Bueno, considero que se tienen que buscar la vida como sea. Pero bueno, no lo digo por mí, que de mí por suerte no ha hablado mucho. Pero no sé. Depende de la situación económica de cada uno, pero me parece una manera un poco desesperada, un poco dura.

Cualquier excusa es buena para cabrearse

P. ¿Has estado al tanto de la que se ha liado con el concierto de Niño de Elche en la Bienal de Flamenco?

R. Sí. Pero a mí no me gusta ni el flamenco de verdad, imagínate las performance raras.

P. Hombre, más que nada lo digo porque, como sevillano, no debe haberte sorprendido nada de esto en la Bienal. Yo recuerdo unas pocas.

R. Mira, el director de la Bienal es un antiguo vecino. Así que no me lo puedo explicar (sonríe). No, no sé, está bien que arriesguen un poco, me parece guay.

P. ¿A ti nunca te ha tentado folclorizar tus canciones?

R. Un poquito. Hay alguna canción con palmas y tal. Pero dentro de un contexto de que soy andaluz y estoy en mi derecho. Pero de ninguna manera voy a ponerme yo a hacer flamenco. Es que además no me gusta.

P. Ni te ha interesado nunca como género.

R. Es que cuando digo que voy a escuchar flamenco no aguanto ni diez minutos.

P. Ahora que se está hablando mucho de flamenco y apropiación cultural, me gustaría saber tu opinión en torno a este debate.

R. Cualquier excusa es buena para cabrearse. Yo de hecho he puesto algo de perros hace un rato en Twitter y seguro que cuando entre tendré un mogollón de insultos.

P. ¿De qué se apropiaría Sr. Chinarro?

R. Pues de lo que tengan escondido los banqueros que están siendo juzgados estos días. Quien roba a un ladrón...

P. ¿Y a nivel musical?

R. Si la canción lo pide, lo que haga falta. Me vale lo mismo unas palmas, como si hay que meter una zanfoña. Aunque espero que no.

P. ¿Pero las canciones te gustan más cruditas o más cargaditas?

R. Hombre, teniendo en cuenta de que en España la mayoría de los técnicos están todavía aprendiendo a mezclar, cuanto más ligerita, mejor.

P. La última. ¿Qué poesía te hubiera gustado escribir?

R. Hombre, así como poetas, y vuelvo al mundo femenino, me flipa todo lo que he leído de Szymborska. De ésa me encanta todo lo que he leído, me parece increíble. Le dieron un Nobel merecido sin duda. Pero vamos ,que no leo muchos poemas. Así a palo seco me cuesta también. Como el flamenco. Es que son cosas demasiado intensas. Me gustan las cosas más ligeritas. No soy tan cerebral como parece.

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