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Juan Velasco / JUAN HUERTAS

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Los termómetros que hay instalados en las calles de Córdoba son un poco exagerados, pero el silencio de las calles no miente. Son las 18:00 y en la calle Jesús y María, que conecta la Plaza de las Tendillas con la Mezquita-Catedral, apenas se ve un alma. En ese silencio producto del calor extremo se cuela un soniquete de guitarra que sale del Teatro Góngora.

En el interior del teatro, ya salvaguardados por el aire acondicionado, ensayan sobre el escenario el bajista Carles Benavent, el guitarrista Antonio Sánchez y el percusionista Poti Trujillo. Los tres han sido escuderos de ese Beethoven de la guitarra que era Paco de Lucía. Los tres se curtieron en teatros y en veranos a su lado. Y los tres participan en el homenaje que se le rinde al maestro este domingo en el 40 Festival de la Guitarra de Córdoba.

En mitad del jaleo, Benavent pregunta sin rodeos: “¿A partir de aquí improvisamos no?”. Ejecuta una falseta, deja medio segundo de silencio, y dice: “A partir de aquí”. Poti asiente. Está sentado sobre el cajón totalmente inclinado, como si fuera como un tobogán. Antonio Sánchez, por su parte, no se aleja demasiado de la guitarra, la toca de manera inconsciente incluso cuando está escuchando a sus compañeros o cuando está atendiendo a la entrevista.

Claro que Antonio Sánchez, sobrino de Paco de Lucía y segunda guitarra del maestro durante años, tiene este domingo que ponerse en el centro del escenario y hacer lo que habría hecho su tío. ¿Algo de presión? “Yo lo llevo tranquilo, porque me da gusto tocar la música de Paco. Es un compromiso con el público y conmigo, pero yo estoy acostumbrado. Sé llevarlo con tranquilidad y la verdad es que tengo muchas ganas”, responde el guitarrista.

Un All Star de los hombres de Paco

No estará sólo Sánchez en Córdoba. El escenario del Teatro de La Axerquía estará tomado este domingo por un All Star de los hombres de Paco, una buena muestra de músicos que fueron vitales en la carrera de Paco de Lucía. Los más veteranos serán dos de sus compañeros del sexteto que formó a finales de los 70, el bajista Carles Benavent y el saxofonista y flautista Jorge Pardo, con los que grabó, entre otros discos, Sólo quiero caminar y One Summer Night.

De los años 90, en los que Paco grabó, entre otros, Luzía, estarán el guitarrista Josemi Carmona y el cantaor Duquende, que llegarán a Córdoba como artistas invitados. Mientras que, como testigos de sus últimos años, estarán el cantaor David de Jacoba, el percusionista Poti Trujillo y el bailaor El Farru y el guitarrista Antonio Sánchez.

Estos cuatro fueron parte de la última banda que acompañó al maestro desde la grabación del legendario Cositas Buenas hasta su dolorosa muerte en 2014. Son también quiénes le acompañaron en su último concierto en el Festival de la Guitarra de Córdoba, allá por el año 2010.

Antonio Sánchez recuerda aquella noche de hace once años. “Poti estaba, pero en el público. Y hacía más calor que hoy”, rememora el tocaor. Poti asiente y recuerda cómo se le caían “los goterones” aquella última noche de Paco en Córdoba, que supuso la séptima vez que el maestro tocaba en el Festival de la Guitarra.

Un vacío imposible de llenar

La octava será este domingo y promete ser tórrida arriba y abajo del escenario. Su sobrino adelanta que, bajo la coartada del homenaje, lo que se esconde es “una celebración y un encuentro entre músicos” y defiende que no se le ocurre mejor marco que un festival como el de Córdoba, por estar dedicado a la guitarra. “Ya debería haberse hecho algo, pero bueno, por fin llegó el día”, añade.

Sánchez, que reconoce que a Paco le gustaban poco los homenajes (“La verdad es que pasaba. Era muy trabajador, pensaba siempre en recrearse, en cada disco, ese era su camino”), advierte de que la idea del concierto es mezclar cosas del primer y del último grupo que tuvo el maestro, y hacerlo todo “con gusto y bien tocao, como si estuviera Paco”.

Benavent, por su parte, adelanta que la música “será fresca porque será bastante espontánea” y, al mismo tiempo, emocionante, como todo el repertorio del guitarrista de Algeciras. En este punto, de los tres músicos que ensayaban este sábado, sólo Poti Trujillo se moja y escoge una canción de Paco de Lucía: “Ziryab es un tema que me gusta mucho, pero es complicado, porque todos los temas son muy bonitos”, reconoce el percusionista.

Sánchez, por su parte, se ve incapaz de elegir uno, porque “todos tienen matices, todos tienen colores y son muy bonitos de tocar”, mientras que Benavent se lava las manos: “Yo cualquier trocito de Paco que toquemos para mí es como si apareciera él por el escenario”.

La música, por tanto, llenará temporalmente un vacío imposible de ignorar. “Estos huecos no se llenan. Te tienes que acostumbrar a vivir con los vacíos de la gente que quieres y que te ha marcado en tu vida. Y Paco es uno de ellos”, afirma el bajista, que confiesa su suerte de haber conocido a Paco de Lucía tan joven y haber empezado en el flamenco “construyendo la casa por el tejado”.

“Me fui a la silla más alta que había, que es la que estaba al lado de Paco”, remarca Benavent, que describe a su amigo como un músico “exigente y riguroso con lo que había que hacer, pero divertidísimo para pasártelo bien en el escenario y fuera”.

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