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Jesús Calzada: “Hoy en día, sembrar semillas entre los jóvenes es más necesario que nunca”

Vivimos en una sociedad rápida, a menudo “banalizada y vacía de contenidos”, donde captar la atención de un joven es el mayor desafío para cualquier institución. Ante este escenario, la Delegación de Juventud del Ayuntamiento de Córdoba ha decidido que, para conectar, no basta con programar actividades; hay que hablar el mismo idioma visual que su público. Y, en ese contexto, hay una frase clara que resume la clave fundamental para lograrlo: “Si queremos que se nos escuche hay que innovar, indudablemente”, sentencia Jesús Calzada.

El artista ha sido el elegido para poner rostro a esta “nueva era” de comunicación, diseñando la identidad de la semana Capital Talento Joven Córdoba 2025 y de su gran hito, el III Festival Planneo Flamenco. Su premisa es tan sencilla como arriesgada: la administración debe comunicar “como lo que es: un joven cordobés más”. Y eso implica actuar con cierta valentía. “Las reglas de arte y de la comunicación están hechas para saltárselas”, asegura Calzada, quien defiende que “los jóvenes creamos siempre desde la inconsciencia, y desde ese lugar surgen las mejores proezas”. Bajo esa filosofía, y con la confianza plena de la delegada Cintia Bustos y del equipo de Planneo, se ha gestado una campaña “sin censura ni barreras” que busca tender un puente generacional y que vestirá la ciudad durante toda esta semana de noviembre.

La mirada experta: de Pedro Almodóvar a Córdoba

Calzada no habla por hablar. Su visión sobre cómo captar la atención del público se ha forjado trabajando en grandes ligas, colaborando con gigantes como Disney, Ikea o Zara, y bajo la dirección de cineastas de la talla de Pedro Almodóvar o José Luis Cuerda. De esa experiencia en la élite audiovisual ha aprendido que “las reglas de la publicidad cambian cada año” y que, en un mundo saturado, “no existe la panacea”. La única vía posible es la autenticidad.

Esa autenticidad es la que ha volcado en su propuesta gráfica, que busca adaptar la tradición a los nuevos canales de consumo. “El 80% de la publicidad llega a nuestras manos a través de dispositivos”, explica. Por eso, su reinterpretación de la obra de Julio Romero de Torres no es solo un homenaje, es una traducción. Calzada estudió la atmósfera simbolista del pintor cordobés y pasó esos tonos clásicos por el filtro de la contemporaneidad, saturándolos hasta convertirlos en los colores “neón” de las pantallas RGB. El resultado es un híbrido perfecto: pintado al óleo “a la antigua usanza”, pero vibrando con la intensidad eléctrica del siglo XXI. Una metáfora visual exacta de lo que el público verá sobre las tablas: “mitad raíces, mitad contemporaneidad”.

Un amor innato por la belleza de Córdoba

El respeto por la raíz cordobesa en la obra de un artista manchego no es casualidad, sino fruto de una profunda admiración. Calzada, que ya exploró el alma de la ciudad con su exposición Melancolía en el Palacio de Viana, cita a Antonio Gala para explicar su vínculo con esta tierra: “Descubrí que, como decía él, de las pocas cosas que vale la pena ser en esta vida, es ser cordobés”. Desde ese amor por la cultura local, ha construido una imagen que busca el impacto visceral, el “grito”.

Ese grito lo encarna Rubén Molina, el bailaor cordobés afincado en París. Su elección como figura central del cartel fue una decisión consciente para romper “techos de cristal”: la asimilación de la mujer flamenca a toda publicidad del género. Calzada reivindica así el talento masculino joven que triunfa fuera, personificado en Molina, quien no solo protagoniza el cartel, sino que será uno de los conductores de la gran gala del día 22 en el Palacio de Congresos, junto a Charo Reina y Teresa Jiménez. Una cita que, al igual que el cartel, fusionará la entrega de premios de la Copa España Creativa con actuaciones de un elenco completo que demuestra que esa mezcla de vanguardia y tradición es real: Alberto Sellés, Silvia Brenner, Carmen Carmona, Carmen Ureña y el dúo Víctor y Rubén.

El 'Efecto Rosalía' como ejemplo

Pero, ¿por qué es tan importante este esfuerzo estético? Para Calzada, existe un “deber ético y moral” en la gestión cultural: unir el pasado con el presente para que la cadena no se rompa. El artista lo ilustra con el 'fenómeno Rosalía': una generación hipertecnológica que, gracias a códigos modernos, descubre la ópera o la música clásica a través de nuevas composiciones que rompen moldes y conectan de manera directa con la juventud, como ocurre en su más reciente éxito, el album Lux.

Esa es la misión de toda la programación de Capital Talento Joven, desde los conciertos urbanos hasta las charlas en conservatorios: ser el catalizador. “¿Quién nos podría negar que el trabajo de esta delegación haga a algún joven descubrir el arte de Fosforito? ¿O que se emocione con un poema de Ginés Liébana?”, se pregunta el artista. “Hoy en día, sembrar semillas es más necesario que nunca”, concluye. Y con esta apuesta visual, la Delegación de Juventud demuestra que está cogiendo “la antorcha de nuestros antepasados para llevarla a un estrato más evolucionado”.