Antonio Jesús Rodríguez Hidalgo: “Utilizar sus canciones y sus ritmos es el lenguaje para conectar con los jóvenes”
El ocio juvenil es una demanda creciente y una preocupación constante para las familias. Para dar una respuesta atractiva, saludable y segura, la Delegación de Juventud del Ayuntamiento de Córdoba ha puesto en marcha las Zonas NEO: un total de 7 puntos de encuentro distribuidos por distintos barrios de Córdoba que se activan todos los fines de semana. Uno de ellos es la Zona Urban 360º, que cada viernes, de 19:00 a 21:00 horas, transforma el Centro Cívico Rafael Villar de El Higuerón en un hervidero de música, baile, movimiento y, sobre todo, muy buen rollo. Al frente está Antonio Jesús Rodríguez Hidalgo, Profesor Titular del Departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba e investigador del LAECOVI, quien la define como una experiencia “panorámica” que recorre diversos estilos urbanos a propuesta de los propios jóvenes, promoviendo “el disfrute saludable, el autoconocimiento y el sentimiento de pertenencia grupal”.
Y es que la elección de la danza como eje central no es casual, y es posible gracias al “apoyo de El Higuerón y al Delegado de Alcaldía Miguel Ángel Ortiz”, como agradece el propio educador responsable de esta Zona Urban 360º. La experiencia de Rodríguez Hidalgo en el diseño de modelos educativos para prevenir el acoso escolar y la exclusión social, como el programa contra el bullying de la Fundació Barça, ha demostrado científicamente los beneficios de la actividad física y la música para generar convivencia. En la Zona Urban 360º, explica, integra estas estrategias a través de actividades lúdicas que potencian “el aprendizaje cooperativo, el reconocimiento de las emociones y la participación democrática”, permitiendo a los jóvenes descubrir al otro, con sus diferencias y cualidades, “como un igual más y una oportunidad de riqueza compartida”.
De hecho, para Rodríguez Hidalgo, la clave del éxito del proyecto reside en una escucha activa y en partir de las motivaciones de los propios participantes. “Utilizar sus canciones, experimentar sus ritmos, compartir sus melodías y decodificar sus letras es compartir un lenguaje que les mueve. Es conectar mediante la cultura urbana”, asegura. Sin embargo, matiza que conectar no implica una aceptación ciega. “También luchamos contra la transmisión de prejuicios discriminatorios presentes en algunas producciones del género urbano”, subraya el educador, demostrando el profundo calado educativo de la iniciativa.
Un impacto que ya se traduce en historias reales que llenan de orgullo a sus participantes. “Algunos chicos que temían bailar en público o se consideraban 'arrítmicos' no han dejado de venir y en la Feria de Córdoba fui testigo de que ya tenían más que superado su miedo”, relata Rodríguez Hidalgo. El sentimiento de grupo es tal que, cuando una de las participantes, la joven artista DHALIA D, publicó recientemente en plataformas digitales su primera canción, “Lo que pasa por mi mente”, la reacción fue inmediata. “Todo el grupo comparte la ilusión de su lanzamiento y están colaborando en desarrollar una coreografía para este tema”, cuenta, mientras que el tema ya acumula más de 14.000 visitas en plataformas como YouTube.
Para quienes sientan esa mezcla de curiosidad y reparo, el mensaje final de Antonio Jesús Rodríguez Hidalgo es una mano tendida que busca aligerar el peso del primer paso, a menudo el más difícil. Su invitación es clara: “No es necesario que sepas bailar. Incluso si no tienes ilusión por relacionarte, no te preocupes”. Se trata solo de atreverse a cruzar la puerta, porque una vez dentro, la promesa es sencilla y potente: “Sentirás la felicidad de jugar bailando y ser tú. ¡Y es gratis!”.
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