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Una historia (incompleta) de los misterios de la Semana Santa de Córdoba

El Señor de Humildad y Paciencia en sus primeras salidas procesionales

Rafael Ávalos

11 de abril de 2025 20:11 h

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El más reciente es el de Nuestro Padre Jesús de la Victoria en sus Tres Caídas. De ahí que, de hecho, todavía no esté completo. Lo cierto es que el Sábado de Pasión de 2024 la Córdoba cofrade observó por primera vez el paso del Nazareno de Antonio Bernal en compañía de Simón de Cirene y un sayón. Fue en las calles de Fátima, barrio donde se encuentra radicada su hermandad, la de La O. Su estreno supuso un nuevo hito en la configuración de misterios en la ciudad.

Durante los últimos años se produjo un aumento paulatino y a la vez significativo de este tipo de escenas en la capital. Sin embargo, no es una novedad la hechura de episodios de la Pasión. Todo lo contrario. Es más, se prolonga tanto en el tiempo que es posible realizar un repaso por la evolución de los misterios en Córdoba. Como punto de partida, el más antiguo de todos los que actualmente se contemplan es el del Santísimo Cristo de Gracia. La que ahora es una reconocidísima estampa se vio ya en 1896.

Fue, en efecto, a finales del siglo XIX cuando el popular Esparraguero apareció ya con María Santísima de los Dolores y Misericordia, San Juan Evangelista y María Magdalena a los pies de la Cruz. Como es lógico, durante más de una centuria varió la composición o la vestidura de cada imagen. También, por supuesto, el paso procesional hasta llegar al presente, una joya inspirada en el arte gótico. Miguel Arjona finalizó la obra en 1989, hace ya casi 40 años.

Misterios perdidos

Lo cierto es que entre aquel lejano 1896 y el cercano 2024 muchos fueron los misterios que se compusieron en la Semana Santa de Córdoba. Por ejemplo, en 1947 Nuestro Padre Jesús de la Sentencia tenía junto a él a Pilato -estrenado en 1945- y dos sayones. Dichas imágenes secundarias salieron, como el Señor, de las gubias de Juan Martínez Cerrillo. En 1993 se modificó para dejar la escena que hoy se observa, en la que está, entre otros personajes, Barrabás. El conjunto es de Miguel Ángel González Jurado.

Pero en ese caso sólo hubo una remodelación, como sucedió en otros. Sin embargo, en las décadas medianeras del siglo XX disfrutó la ciudad de escenas que ya se perdieron. Cuando en 2004 la hermandad del Huerto recuperó en su estación de penitencia a Jesús Amarrado a la Columna, sólo los más veteranos recordarían una estampa distinta. La talla marchaba sobre su antiguo paso junto con dos sayones y un romano. Así fue entre principios de los cuarenta hasta 1957, mucho antes de la refundación de la corporación.

Al recuerdo de muy pocos vendrá también otro misterio. Era aquel que presentaba al Santísimo Cristo del Amor con la Dolorosa y San Juan en un Calvario en el que también se situaban los ladrones Gestas y San Dimas. Se pudo contemplar, precisamente, en la década de los sesenta. La representación se recuperó en 2013 a razón del Vía Crucis Magno de la Fe que se celebró en la ciudad. Durante años el Crucificado marchó solo, hasta que en 2005 la hermandad a la que da título repuso a la Virgen y el apóstol.

Del “paso del caballo” al caballo de Humildad

Como la Sentencia, otras hermandades mostraron ya misterios a mediados del siglo XX. Es el caso del Prendimiento, cuya actual composición difiere de la que tuvo a lo largo de décadas. Su titular primitivo, obra de Antonio Castillo Ariza, procesionó desde 1954 con un conjunto excelso en el que, incluso, se contaba con un romano en cabalgadura. Desde ese instante hasta 1997 el misterio se conoció como el “paso del caballo”. Aquella escena se mantuvo con la nueva talla del Señor, de Dubé de Luque, y con una reforma iconográfica. El equino desapareció con el grupo de Antonio Bernal, iniciado en 1998.

Y al tiempo la Semana Santa de Córdoba gozó de otro caballo. Fue el que incorporó el propio Bernal al paso de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia. El presente conjunto vio la luz en 1997. Sin embargo, antes de tan amplia composición tuvo otra el Señor tallado por Juan Martínez Cerrillo. En realidad, llegó a tener dos diferentes, ambas creadas por el imaginero bujalanceño. Al inicio, en la década de los cuarenta, estaban junto al titular Simón de Cirene, un miembro del Sanedrín y un sayón.

También Antonio Bernal, por cierto, se encargó de ejecutar la escena que hoy se observa en la calle en torno a Nuestro Padre Jesús de las Penas. El misterio se estrenó en 1993. Quizá los más jóvenes no, pero quienes estén en una edad que no los sitúe aún entre “los más veteranos” recordarán la fotografía en solitario del Señor. Incluso su hermoso paso de guadamecíes. En este caso no hubo remodelación, sino nueva proyección. Y es lo que ocurrió con otros titulares. Son muchas más las historias por contar.

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