Trabajo en el césped y también en Baréin
Con total exactitud, este martes se cumple la primera semana en que el fútbol es al fin el asunto principal. Éste es el período transcurrido desde la inscripción por parte de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) del club a través de Unión Futbolística Cordobesa (UFC). La anecdótica efeméride coincide con dos circunstancias más o menos relevantes. De entrada, como hecho ordinario el Córdoba retoma el trabajo en la Ciudad Deportiva tras una jornada de descanso. Tal vuelta a los entrenamientos la realiza sin el entrenador, Juan Sabas, con motivo de una segunda situación un tanto más significativa. Se trata del viaje de los rectores de la entidad califal, así como de su dirección deportiva y del propio técnico a Baréin. Porque en el país oriental también hay labor por hacer, ésta en otro sentido.
En el plano estrictamente deportivo, el conjunto blanquiverde ha retornado a su rutina de preparación con el grato sabor de boca que le dejó el triunfo del domingo ante el Juventud Torremolinos (0-1). Pero lo ha hecho también con una novedad curiosa: al frente de la plantilla ha estado el segundo de Juan Sabas, Manuel Robles. La razón es la ya expuesta, es decir la integración del preparador madrileño en la expedición para Baréin. Por otro lado, más importante ha sido la realmente gran diferencia con el resto de sesiones hasta ahora. De una vez por todas, Djakaridja Traoré ha participado con los demás componentes del cuadro califal sobre el césped de la Ciudad Deportiva. El pivote, que también puede desenvolverse en la defensa, ha completado su primera práctica como uno más dentro del grupo.
La evolución de las dolencias físicas del jugador de Costa de Marfil parece ser positiva por tanto. Aunque todavía cabe aguardar si tiene minutos en los próximos amistosos del Córdoba, los que disputa el jueves en Algeciras y el domingo en Pozoblanco. Su presencia en el campo ya en tierras gaditanas supondría la confirmación de que por fin supera la lesión con que viniera desde el Badajoz. Del mismo modo, ha habido un par de ausencias en el regreso a la actividad del conjunto blanquiverde. Han sido las de Javi Flores y Bernardo Cruz, que se han ejercitado en el gimnasio de El Arcángel pero sin problemas que, aparentemente, conlleven quebraderos de cabeza por molestias.
Por tanto, el Córdoba ha retomado el trabajo de cara a una nueva semana intensa de preparación para la temporada 2020-21, que aún se ve ligeramente lejana. Hasta el 18 de octubre -o el 17 si se adelanta el encuentro- tiene por delante el equipo para llegar a la mejor forma posible. La progresión en cuanto a conceptos ya es buena, sólo falta ir a más. Pero la actividad no se desarrolla únicamente en la ciudad estos días pues como se sabe desde un tiempo atrás, al ser adelantado el tema por CORDÓPOLIS, el consejero delegado de UFC, Javier González Calvo, y el también miembro del órgano rector, Adrián Fernández, van a viajar a Baréin para mantener encuentros con los responsables del fondo de inversión Infinity.
Si bien el desplazamiento estaba programado para hace algo más de una semana, no se efectúa hasta este martes. En teoría, la expedición blanquiverde en tierras árabes va a durar en torno a una semana. De la misma van a formar parte también el director general deportivo, Miguel Valenzuela, y el director del primer equipo, Juan Gutiérrez Juanito, además de, como ha quedado dicho, el propio entrenador, Juan Sabas. El viaje es uno más de los muchos realizados con anterioridad por el máximo mandatario pero en esta ocasión con mayor grupo con el fin de dar a conocer a los responsables de Infinity la situación de la entidad en todos y cada uno de sus ámbitos. No sólo es de interés la realidad institucional sino también la futbolística, con la labor desempeñada en los despachos y la realizada, en su extensión, en el terreno de juego.
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