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Están los que son y son los que están: ¿Logrará el Córdoba el ascenso?

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Rafael Ávalos

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“Ahora tenemos a la primera plantilla, que es donde haremos los esfuerzos necesarios para pegarle un empujoncito si los técnicos lo piden”, afirmó Javier González Calvo en su entrevista N&B a CORDÓPOLIS en diciembre. Una semana después de tomar las riendas del club, su nuevo consejero delegado dejó claro su compromiso de actuar tal y como solicitara el entrenador, Raúl Agné. Es lo que intentó hacer el Córdoba durante un mercado de invierno que en principio parecía sencillo y que terminó por confirmarse complejo. El caso es que todo aquello que solicitó el preparador aragonés lo tuvo, tal y como él aseguró en una de sus comparecencias de prensa. “Estoy contento porque lo que está llegando es lo que deseábamos, son primeras opciones”, expresó el técnico alguna semana atrás.

Por primera vez, los objetivos se alcanzaron casi en su totalidad. Al menos a partir de que el club comenzó a trabajar en serio. Y fue complicado porque hubo escollos como rescisiones difíciles de alcanzar en otros conjuntos o el deseo de otros rivales. Pese a todo, el Córdoba supo sacar partido a su teórica nueva posición fuerte en el apartado económico y consiguió atraer a jugadores como Carlos Valverde, Willy o el viejo conocido Piovaccari. E incluso a un futbolista con experiencia en la división de plata y también en un gran equipo en el panorama internacional como el Steaua Bucarest: Thierry Moutinho. Ellos vinieron a cubrir, por cierto las vacantes que dejaron miembros del equipo cuya salida era inesperada, como ocurrió con Juanto Ortuño u Owusu. Con todo, el resultado fue positivo en cuanto a recursos para generar variantes pero quizá no tanto en número de efectivos. En total, hubo diez bajas y siete altas. ¿Qué plantilla queda tras tanto movimiento?

Portería guardada con apoyo en el filial

La portería es precisamente la única posición en que el Córdoba no realiza ningún tipo de movimiento. Así es aun cuando las molestias de Edu Frías mantienen al catalán de baja demasiado habitualmente. Este hecho provocó precisamente en su momento que surgiera la idea de buscar un tercer cancerbero. Finalmente no lo consideró oportuno la entidad, que confía en los efectivos con que cuenta. El club cree que la meta está bien guardada con Isaac Becerra, titular indiscutible desde el inicio, y cuenta con cierta garantía en quien viene de atrás. Mientras siga en el dique seco el segundo portero es Llamas quien ofrece apoyo en el filial. Con ello va el conjunto blanquiverde.

El equilibrio comienza en la defensa

Aunque pueda pasar desapercibido, la defensa es la línea más reestructurada dentro de la plantilla. No tanto por el número de bajas y fichajes sino por la diferencia en cifra de efectivos en relación con la primera vuelta. Más que nada porque hasta enero eran siete los centrales que acumulaba el cuadro califal. Nada más y nada menos. En este sentido el Córdoba intervino en el aligeramiento de efectivos. Víctor Ruiz y Fernando Román, sin apenas minutos, salieron cedidos. A ellos les siguió Ángel Moreno, que por petición propia decidió romper su préstamo por el Albacete.

El eje central de la zaga queda así definido por cuatro jugadores de contrastada capacidad: Fidel Escobar, todo un internacional, Chus Herrero, Xavi Molina y Chus Herrero. En el lateral izquierdo se queda de nuevo Jesús Álvaro como hombre solitario y en el derecho a Raúl Cámara le acompaña Iván Robles, fichado para dar vocación ofensiva a este flanco. El futbolista llegado del Cádiz B viene a suplir, por cierto, a un José Manuel Fernández que guardó su brazalete de capitán para poner rumbo a Chipre (AEK Larnaca).

Más creatividad y carácter ofensivo en la medular

Una incorporación más que en defensa cierra el Córdoba en la línea de medios. Son sólo dos pero conceden a Raúl Agné la oportunidad de jugar con variantes tácticas y, sobre todo, posicionales. Es así también por los movimientos realizados por el club en la parcela de tres cuartos. Lo cierto es que el conjunto blanquiverde cuenta al fin con el stopper que deseaba desde el primer momento. Se trata de Luis Garrido, aunque tras un discreto debut en Granada parece difícil que alcance continuidad. Más aún cuando el preparador aragonés tiene intención de otorgar un papel más creativo y ofensivo a la medular. Para ello la entidad firma también a Jordi Tur, jugador del perfil ya definido y que llega cedido por el Cádiz -con cuy filial jugaba-. El ibicenco es una promesa pero tiene por delante la difícil tarea de demostrar el motivo.

La puerta de salida en este caso la cruzó Sebastián Castro, que como apuesta para la temporada no consiguió sumar un minuto con el primer equipo. Porque además tenía ficha del filial. El costarricense se marchó sin pena ni gloria, ni nada. De los jugadores que continúan, sin duda Javi Flores y De las Cuevas son los más importantes. Pero es el de Fátima el que está ante un más que probable mayor nivel de exigencia en lo que resta de campaña. Principalmente porque el entrenador del Córdoba ya repitió más de una vez su deseo de verle en funciones de mediocentro creativo. En torno a ambos se encuentran otros futbolistas de cierto peso como son José Antonio González e Imanol García, si bien ambos todavía deben destapar su particular tarro de las esencias.

El gol arranca aquí

Si bien no suele suceder, en esta ocasión merece mención propia la conocida como línea de tres cuartos. Porque la parcela que une centro del campo con ataque gana en este caso gran protagonismo. Quizá una de las grandes carencias del cuadro califal en la primera vuelta del campeonato fue la escasez de extremos. En puridad, el equipo no tenía más que a Zelu, que fue uno de los últimos en salir este mercado de invierno. El jerezano, que ofreció sus prestaciones a modo de Guadiana, se fue cedido a un rival de primer rango como el Logroñés -la Unión Deportiva- Cercano a su rol podía estar el joven Sebas Moyano, cuyo futuro está claro no pasa por hacer carrera en el Córdoba. El canterano, a la espera de que llegue julio, el Lugo se salve y fiche por el conjunto gallego, abandonó la disciplina blanquiverde de la única forma en que podía hacerlo: a préstamo.

Las vacantes las ocupan dos futbolistas de cierta relevancia, cada cual distinta. Para el perfil izquierdo pero opción de actuar por la derecha y también en la media punta está Thierry Moutinho, que recala en el cuadro califal tras rescindir contrato con uno de los grandes del fútbol de Europa del Este, el Steaua de Bucarest. El extremo es además conocedor de la Liga española. Y para el perfil derecho suma Raúl Agné a un experto en Segunda B con conocimiento ya de Segunda A: Carlos Valverde. El utrerano es un hombre de aquellos que comentó en su día el director deportivo blanquiverde, Alfonso Serrano. Ambos llegan para ser jugadores importantes en el equipo.

La responsabilidad de marcar

Pero si una línea sufre una sustancial reforma, tanto que es absoluta, es la delantera. No en vano, ninguno de los tres hombres que arrancaron la campaña para intervenir de nueve o como su satélite continúa. Después de no acomodarse a la ciudad Gabriel Novaes emprendió la huída a Brasil ya en diciembre. Su aportación fue mínima en la primera vuelta del campeonato, en la que tampoco consiguió destacar un fichaje que en principio se preveía importante. Fue Juanto Ortuño, que tras marcar sólo tres goles -dos de penalti- alegó no estar a gusto en El Arcángel para reclamar su salida. Se fue rumbo a un Castellón con que el que ya sabe qué es marcar incluso por partida doble. La campanada sonó, con todo, con la espantada que dio Owusu, que hasta entonces era el máximo anotador del cuadro califal con seis dianas -las mismas que Miguel De las Cuevas-. Al ghanés le pusieron por delante la oferta del Qarabag azerí y no quiso decir que no. Tanto es así que casi ni dijo adiós.

Sin delanteros, el Córdoba tuvo que reaccionar con total prestancia para encontrar los hombres preparados para cargar el peso de la responsabilidad de marcar. El objetivo prioritario fue en todo momento Federico Piovaccari, si bien antes llegó Willy. El ariete puso punto final a una brillante etapa en el Extremadura, con el que vivió su ascenso a Segunda A y en el que era considerado toda una institución. La llegada del italiano, un viejo conocido que tardó apenas unos meses para volver e iniciar su tercera etapa con la blanquiverde. Al transalpino le va a corresponder batir a los porteros rivales pero al pacense le toca asumir no mucho menos.

Fuerza e ilusión desde el filial

Por si con lo descrito no es suficiente y en alguna ocasión resulta necesaria ayuda o algún otro tipo de recurso, Raúl Agné cuenta con el respaldo del segundo equipo. En el filial tiene puestos los ojos el preparador aragonés en todo instante. En ocasiones de manera más firme y en otras con más condicionantes. Más allá de Llamas que es suplente por las circunstancias de Edu Frías, el técnico tiene tres jugadores que son el reflejo de la fuerza y la ilusión de la cantera. Sobresale el caso de Fran Gómez, que en edad juvenil acumula ya varios partidos con participación. Lo hace por delante incluso de futbolistas del primer plantel. En la recámara tiene el entrenador también a Antonio Moyano, por mucho que desde hace semanas haya decidido no citarle siquiera, y a un Vera al que le dio la oportunidad, por diversos factores también, de debutar y después volver a contar en un encuentro.

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