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La décima deja huella

Xisco pide perdón tras marcar en el Arcángel | MADERO CUBERO

Paco Merino

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La décima derrota en catorce partidos. Un punto sumado de doce posibles tras el cambio de entrenador. Penúltimo, deprimido y desnortado. El Córdoba perdió ante Osasuna por una cuestión sencilla. El equipo ganó al proyecto. Los frutos del trabajo se impusieron a los bocetos de un futuro incierto. ¿Hubo actitud? Los futbolistas corrieron -al principio, mucho- y metieron la pierna. Sí. No fue suficiente. Xisco pidió perdón por marcar un gol que lleva a los rojillos al liderato de Segunda y los jugadores blanquiverdes seguirán, a su modo, solicitando disculpas a un cordobesismo que asiste atónito a una temporada delirante. Con las gradas cada vez más vacías y un evidente hastío, el Córdoba sigue su imparable declive también con Merino al frente.

Quien piense que ya lo ha visto todo en este Córdoba se equivoca. Siempre hay un espacio para lo sorprendente en un equipo que en catorce partidos se ha reinventado un puñado de veces y no por voluntad propia. Cambió de entrenador, de estilo, de jugadores, de sistema, de objetivos y de todo lo que se puede cambiar en el fútbol. Le falta ahora dar un giro en los resultados, que hasta el momento han sido pésimos y que le han metido en una situación feísima. Esta vez tampoco fue posible.

Merino tomó medidas drásticas. Visto lo visto en Lorca -donde el entrenador linense se quedó marcado por un rendimiento intolerable de los suyos-, decidió que no había otro remedio que alterar en fondo y forma el once blanquiverde. Colocó una defensa de tres centrales -Joao Afonso, Josema y Álex Vallejo-, dejando los carriles a Fernández y Javi Galán. Lo de la banda izquierda -un puesto maldito durante los últimos años- es ya de vodevil. Dani Pinillos se quedó en el banco. El canterano Mena sigue trabajando para una oportunidad y de Javi Noblejas sigue sin haber noticias. En el medio regresó un capitán, Carlos Caballero, encargado principal de inventar soluciones para abastecer a una vanguardia donde estaban dos (los dos) delanteros: Guardiola y Jona. Un buen meneo al equipo para combatir a un Osasuna que llegó avalado por una estadística poderosa -una sola derrota, en agosto y en el descuento, en toda la Liga- y la intimidante presencia de Xisco Jiménez, un jugador que dejó huella en el cordobesismo y que llegó con la etiqueta de máximo goleador rojillo y con pelazo.

Los cánticos contra González y una ardorosa puesta en escena de los blanquiverdes marcaron los primeros minutos. Al Córdoba se le notaba la angustia. Lucas Torró, a los ocho minutos, lanzó un disparo que salió junto al palo después de un córner de los rojillos en medio de una maraña de locales. Había nervio y nervios. Guardiola intentó hacer cosas. Es uno de los menos contaminados por la depresión general y le echa valor, pero le faltó terminar lo que empezaba. Con Jona percutiendo arriba y Edu Ramos y Aguza muy concentrados en mantener el sitio, cortar y servir, el cuadro de Merino enseñó una imagen competente. Su problema es que en frente tenía a Osasuna, un adversario enrachado y con jugadores cuyo talento les permite generar peligro por sí solos. Como Xisco. El de Santa Ponsa la tuvo en el minuto 17, cuando se zafó de Joao con una hábil maniobra para colocarse delante de Pawel. Su trallazo lo despejó el polaco.

Un zapatazo de Fernández desde fuera del área tras una combinación entre Guardiola y Jona elevó el pulso de la grada, donde se detectaban brotes de hastío en forma de silbidos. Un desviadísimo tiro de Aguza y un cabezazo en posición forzada de Fernández fueron lo máximo en ataque para los de casa, que no se iban arriba con decisión por cuestión tanto de miedo como de prudencia. La noche no era sencilla para el Córdoba. Los navarros, con los automatismos perfectamente asimilados, se comportaban de modo impecable en el aspecto defensivo. Sin demasiados sobresaltos se llegó al intermedio, después de que quedaran claras las razones por las cuales Osasuna es el equipo que menos goles recibe en la Liga y es de los que más empata. Un grupo bien armado, que concede poco, y con delanteros de calidad. A Merino, que se desgañitó en la banda, le quedaba medio partido para recomponer el cuadro y agarrar su primera victoria como blanquiverde.

Pero apareció Xisco, Tuvo que ser él. A los cuatro minutos de la segunda parte, Sebas Coris colocó un centro medido a la cabeza del balear, que se levantó, giró la cabeza y batió a Kieszek. El excapitán cordobesista juntó las manos en señal de perdón y bajó a cabeza ante la semivacía grada de fondo. El Córdoba se quedó en estado de shock. Quique González pudo hacer el segundo ante un equipo desmadejado. En el 54, en pleno estallido de enojo de los seguidores, Edu Ramos pudo empatar cuando se encontró con un balón rebortado que le cayó dentro del área. Le pegó con todo y la pelota acabó estrellándose en el pecho de Sergio Herrera. Dos minutos después lo intentó Guardiola de manera más fina, pero con idéntico desenlace. Su tiro de rosquita terminó saliendo fuera.

Con más prisa que ideas, el Córdoba trató de dar un paso adelante. No había modo ante un Osasuna hermético. La salida de Markovic por Caballero añadió presencia arriba, pero pocas consecuencias. A falta de un cuarto de hora, Merino sacó del campo a Joao Afonso para colocar a Jaime Romero, un ex de Osasuna. La gente empezó a irse pronto. Los que se quedaban mostraban sus quejas con aire rutinario. El Córdoba ofrecía su tradicional espectáculo de impotencia ante un adversario superior. Josema salió para dejar su sitio a Alfaro en el último cambio de Merino, a falta de poco más de cinco minutos. Osasuna tuvo ocasiones para marcar alguno más -Quique lo rozó con un disparo cruzado- y el Córdoba no pasó de unas llegadas con poco fuelle y menos acierto. Y ahí quedó todo. A ver quién arregla este juguete roto.

FICHA TÉCNICA

CÓRDOBA, 0: Kieszek, Fernández, Joao Afonso (Jaime Romero, 75'), Vallejo, Josema (Alfaro, 84'), Javi Galán, Edu Ramos, Sergio Aguza, Caballero (Markovic, 67'), Sergi Guardiola y Jona.

OSASUNA, 1: Sergio Herrera, Lillo, Aridane, Oier, Clerc, Sebas Coris (Mateo García, 57'), Fausto Tienza (Joaquín Arzura, 70'), Lucas Torró, Roberto Torres (Unai García, 86'), Quique y Xisco.

ÁRBITRO: Arcediano Monescillo (Comité castellano-manchego). Amonestó con tarjeta amarilla a los cordobesistas Joao Afonso, Sergi Guardiola, Sergio Aguza y Javi Galán y por parte navarra a Fausto Tienza, Roberto Torres y Oier.

GOL: 0-1 (49') Xisco.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la décimo cuarta jornada de LaLiga 1/2/3, disputado en el Estadio Municipal El Arcángel ante unos 7.000 espectadores.

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