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Córdoba CF
Kike Márquez: la redención de un capitán que cedió sus honores

Kike Márquez celebra el ascenso tras la victoria ante el FC Barcelona B

Alejandro Jiménez / Jesús Ventura

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Amado y odiado. De llegar a ser insultado en El Arcángel, a ser el capitán que guió al equipo a la vuelta a Segunda División. Si hay algo que está claro en cuanto a la figura de Kike Márquez, es que no ha dejado indiferente a nadie. Su llegada al Córdoba CF fue celebrada, pues su experiencia y éxitos le avalaban. Fue el líder del combinado blanquiverde en ese inicio meteórico, pero la caída estrepitosa del equipo, que se llevó por delante a Germán Crespo y a las aspiraciones de ascenso la pasada campaña tomó al propio Kike Márquez como uno de los causantes de la misma. Y el cordobesismo lo sentenció.

Lo cierto es que no había razones para ello. Nunca tuvo una mala palabra, nunca tuvo un mal gesto, nunca hubo un motivo. Pero ocurrió. El Arcángel dictó sentencia y señaló a Kike Márquez como cabeza de turco tras una temporada llena de sinsabores, de decepciones y de frustración. Pese a ello, no se escondió. Él mismo, según Mosquera, fue el que le pidió al entrenador jugar los últimos partidos de la temporada, pese a las repetidas pitadas del coliseo blanquiverde, que fueron in crescendo hasta acabar, incluso, en bochornosos insultos. Parecía que la estancia en Córdoba del mediapunta de Sanlúcar había llegado a su fin.

Sin embargo, Iván Ania tomó las riendas del nuevo proyecto para la campaña 2023-24, y en su mente estaba Kike Márquez como piedra angular del proyecto. Márquez ya tenía asumida su salida del club, pero una llamada del técnico asturiano le convenció para mantener el blanco y el verde en su piel por una campaña más. Sus compañeros futbolistas le cedieron el honor de ser el capitán del equipo. También hubo críticas. Pero, a base de esfuerzo, de buenas actuaciones y, sobre todo, de ejercer como capitán en el vestuario, poco a poco logró ir cambiando la opinión pública a su favor. Aunque aún le faltaba un último deseo, una última promesa: devolver al Córdoba CF al fútbol profesional.

Dice la ya famosa canción de “Potra Salvaje”, himno del ascenso blanquiverde, que “quien odia muere, y quien perdona avanza”. Sin duda, el cordobesismo 'perdonó' a Kike Márquez, que se metió entre ceja y ceja el objetivo de volver, de nuevo, a Segunda División. Se echó el vestuario del Córdoba CF a su espalda y, como capitán del barco junto con Iván Ania, fue uno de los grandes artífices del ascenso. Así lo recordaba en la rueda de prensa posterior al mismo, haciendo énfasis en que uno de los grandes motivos de esta vuelta al fútbol profesional era la familia que se había formado en el vestuario, de la que él mismo, pese a no querer reconocerlo, era en gran parte artífice.

La piña blanquiverde se formó en torno a un capitán que se deshizo en lágrimas al finalizar el partido ante el FC Barcelona Atlètic. Era la redención de un Kike Márquez que pasó de ser ultrajado en El Arcángel, a ser venerado en la celebración del ascenso. Culminó su 'arco de personaje', firmó su nombre en oro en las páginas de la historia del Córdoba CF. Logró anotar en las eliminatorias de ascenso ante la SD Ponferradina, y su último gesto como blanquiverde es, quizás, el que más le honra y le define, pese a lo que crean algunos. Cumplió su promesa de devolver al Córdoba a Segunda División, y cumplió su promesa con Antonio Casas: el rambleño fue el encargado de coronar al Gran Capitán en las Tendillas.

Ahora, Kike Márquez dice adiós al Córdoba CF. El club le comunicó que no contaba con él días antes de su boda, a la que por cierto, acudió prácticamente toda la plantilla blanquiverde y algunos integrantes de la pasada campaña, como José Alonso o Ekaitz Jiménez. También sonó la 'Potra Salvaje', como no podía ser de otra manera. La despedida del capitán califal llega tras un total de 73 partidos como blanquiverde, en los que ha logrado 13 goles y 6 asistencias. Unos números que, para un mediapunta, siguen siendo notables, a pesar de la montaña rusa de emociones que ha sufrido a lo largo de las temporadas.

Quizás, el único pecado que ha tenido Kike Márquez en El Arcángel ha sido ser preso de su propio estilo de juego, ese que comparte con la etapa temprana de algunos mitos blanquiverdes como Javi Flores. 'Guadiana' llamaban al de Fátima. Jugadores que destacan más por chispazos de calidad, que por un despliegue físico portentoso. No era su labor. Finalmente, en ambos casos, El Arcángel acabó reconociendo su error, y acabaron siendo vitoreados por el cordobesismo. Y Kike Márquez, desde ahora, siempre será uno de los 25 que llevaron al Córdoba CF de vuelta a Segunda División.

Kike Márquez: “Un pedacito de mi corazón siempre será blanquiverde”

Y como no era de extrañar, el capitán no ha querido dejar a un lado el despedirse él mismo de todos los estamentos del club blanquiverde. Es por ello que Kike Márquez ha aprovechado sus redes sociales para dejar este escrito:

Hola cordobesistas,

En primer lugar, quiero dar las gracias a todos los aficionados que me han tratado con respeto durante estos dos años. En segundo lugar, a esa gente que me trató mal, que no tuvo el más mínimo respeto hacia mi persona, solo decirles una cosa, todo futbolista que vista estos colores, siempre, siempre, siempre va a querer lo mejor para el Córdoba CF. Igualmente, habéis conseguido una cosa que os estaré agradecido siempre: que sea más fuerte y mejor persona. GRACIAS.

Por supuesto no quiero olvidarme de todos aquellos trabajadores que están en la sombra y que siempre tuvieron una sonrisa cada día que nos cruzábamos por el Reino. Agradecer la confianza que tuvo en su momento Javier González, que me permitió el lujo de vestir esta camiseta. Darle las gracias a todos mis compañeros, cuerpo técnico, fisios, médicos, utilleros, delegados, prensa, periodistas y perdón por todas esas personas que no he mencionado.

Tengo que mencionar a mi BANDA. Gracias por haberme elegido. Vine aquí con un objetivo y después de dos años muy duros, puedo marcharme tranquilo y feliz de haber conseguido tocar el cielo en Las Tendillas. Siempre os desearé lo mejor y, por supuesto, aquí siempre tendréis un amigo.

Un pedacito de mi corazón siempre será blanquiverde. A este club le hice dos promesas: la primera que venía aquí para ascender y devolver al Córdoba CF a donde le corresponde. La segunda, que como capitán me quitaría el enorme honor y privilegio de colocarle la bandera al gran capitán por un amigo. Promesas cumplidas cordobesistas.

Kike Márquez.

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