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El CBM deja su impronta en el Quijote Arena

El portugués Filipe Martins realiza un lanzamiento | ÁLEX GALLEGOS

Redacción Cordópolis

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El Cajasur CBM arañó un punto de enorme valor del Quijote Arena tras firmar tablas con el BM Alarcos. Los granates, que realizaron un mal inicio de partido, fueron creciendo progresivamente para llegar al descanso con tres tantos de desventaja (14-11), y sacar los mejor de sí mismos en la reanudación, en la que sólo recibieron nueve goles y tuvieron incluso opciones de llevarse el duelo. Al final, un 23-23 que sabe a gloria antes de afrontar la segunda salida consecutiva la semana que viene, esta vez a Zamora.

Mal arrancaron las cosas para los pupilos de Jesús Escribano, muy atascados en ataque, con muchas imprecisiones y sin ajustar su defensa. El parcial de 5-1 inicial para los manchegos hacía presagiar un difícil camino para un Cajasur que se estrellaba contra el muro griego alarquista, un Kostas Kotanidis que dejó patente su poderío bajo la meta local.

Pero poco a poco las cosas fueron mejorando, principalmente porque a pesar del 11-6 en el minuto 19, los cajistas no llegaban a claudicar del todo, sostenidos por los goles de Aitor y las actuaciones de un Ramón Fuentes que iba agigantando su figura. Con ello, el 13-11 antes del ecuador sabía muy dulce, a pesar de que en una desgraciada jugada el Alarcos anotaba casi sobre la bocina para irse a vestuarios con tres de renta.

La segunda mitad iba a suponer un escenario completamente nuevo, porque el Cajasur retornó con ganas de recuperar el tiempo perdido y un mayor ímpetu. El centro de la defensa local, con Asensio erigido como líder, ya no era tan efectivo, y los granates conseguían filtrar balones a un Filipe Martins que hacía mucho daño. Cuando la solución no era el portugués, Nazario desde fuera o Hidalgo desde su extremo arreglaban la plana.

La descalificación de Aitor por una acción defensiva no supuso un problema mayor para un cuadro de Escribano que remaba a favor de corriente y jugaba sus mejores minutos. Pero cuando parecía que el empate estaba cercano, una sucesión de errores cordobeses permitió a los locales estirar nuevamente el chicle, con un 20-17 a falta de doce minutos para la conclusión.

Todo hacía indicar que el partido podía romperse en ese momento pero el Cajasur volvió a tirar de las paradas de Ramón y de un juego de ataque bastante bien elaborado, empatando por primera vez el partido a 20 a falta de ocho minutos y poniéndose por delante completando un 0-4 de parcial a falta de cinco.

Cinco minutos finales que fueron intensos y con mucho nerviosismo por ambos bandos. Alarcos empató pero Esteban López puso el 21-22 antes de que Martín Molina pusiera otra vez las tablas. Quedaba un minuto y medio y Escribano pidió tiempo para reorganizar el ataque, un ataque largo que terminó con pérdida de balón y contraataque local culminado por Carlos Asensio. Restaban treinta segundos y el Cajasur no quería irse de vacío, los granates movieron bien la bola y Antonio Hidalgo finalizó por su extremo. Al Alarcos le quedaron siete segundos para atacar tras tiempo muerto, pero los cajistas provocaron un golpe franco a tiempo acabado que Asensio no pudo concretar en gol. Al final, puntazo para un Cajasur que salió muy reforzado del Quijote Arena.

El ARS de Palma del Río, más tocado y hundido (28-17)

No hay manera. El ARS Naranjas de Palma del Río parece abocado al desastre más absoluto en la División de Honor Plata, pues así lo reflejan sus resultados. El cuadro cuco cierra la clasificación con un balance plenamente negativo, pues cuenta todos sus encuentros por derrotas. La última caída llegó en la visita a la cancha del Conservas Alsur Antequera, un firme aspirante a estar en la fase de ascenso. En prácticamente ningún momento se sintió cómodo el conjunto cordobés, que a los 10 minutos ya caía por 6-2. A medida que transcurría el partido, el ARS fue entrando en el ritmo de juego y recuperó sensaciones, hasta el punto de que mediada la primera mitad la distancia se estrechó hasta apenas un punto, consiguiendo incluso llegar al descanso con tablas en el electrónico (10-10).

Esa reacción dio alas de esperanza a los visitantes, que necesitaban una dosis de optimismo urgente. No obstante, la capacidad ofensiva de los malagueños volvió a relucir tras el paso por vestuarios, infligiendo un parcial de 11-4 en 15 minutos, el cual dejaba el duelo prácticamente sentenciado. Al final se llegaría con un tímido intercambio de golpes que también acabaría favoreciendo al Antequera (28-17).

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