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Doble plata cordobesa con España

José Luis Castilla y Jesús Morales celebrando la plata con España.

Cristian López

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Tras cuatro días de competición, el Europeo YAC 17 de Izmir (Turquía) llegó este domingo a su fin y lo hizo con la selección española juvenil de balonmano playa proclamándose subcampeona de Europa. Un combinado nacional que ha cuajado un excelente torneo, teniendo, además, una doble presencia cordobesa en sus filas. En efecto, ya que el equipo español ha contado con el pontano José Luis Castilla, jugador y canterano del Córdoba BM, además de con el fisio Jesús Morales, también de Puente Genil y actualmente en las filas del Ángel Ximénez.

La final arrancó como era previsible, con dos conjuntos que imponían un ritmo vertiginoso sobre la arena de Izmir. Continuo intercambio de golpes que mantenía el resultado parejo hasta el ecuador del primer set. Momento en el que los magiares se mostraron más inspirados en la finalización, colocándose (13-8) con 5 puntos de diferencia, renta que rápidamente neutralizaría una escuadra española que con el paso de los minutos iba creciendo, consciente de que se acercaba el clutch time en el que los pupilos de Sebastián Hernández tan cómodos se suelen sentir. Momentos decisivos en los que los españoles ajustaron la defensa y con rápidas transiciones lograron dar la vuelta al marcador en el último minuto.

Desafortunadamente para los intereses de los españoles, Hungría no bajó los brazos y logró volver a ponerse por encima en el luminoso a pocos segundos del final. Un gol que, eso sí, dejaría tiempo para que el cuadro español gozase de una última oportunidad, con un lanzamiento de Víctor Cartagena, que se estrelló contra el palo y a punto estuvo de entrar. La suerte le era esquiva a España en esta ocasión, cediendo el primer set (21-20) por una diferencia mínima.

En la segunda manga, los equipos subían un punto más a la intensidad de un partido en el que ninguno de los dos se daba una tregua. Los ataques eléctricos, sumados al gran repertorio de lanzamientos ofrecido por ambos equipos, hacía que los ataques se impusiesen a las defensas. Constante intercambio de golpes que terminaría de decantarse con la aparición de la portería húngara en el momento clave. Actuación que, sumada al buen hacer de los magiares en defensa, resultaría clave para apuntarse el segundo set (26-23), apartando así a España del oro continental.

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