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De Hendaya a Cabra, a la carrera por los niños con necesidades especiales

Francisco Arcos, a la izquierda, con un patrocinador de su iniciativa

Rafael Ávalos

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El triunfo no es siempre lo más importante. Lo parece, pero no es así. Sucede porque a nivel mediático interesan las victorias y los títulos. Hay vida más allá del más estricto sentido competitivo. Porque el deporte es mucho más. Aparece como una magnífica vía para la transmisión de valores y también como una oportunidad de apoyar causas nobles. Bien lo sabe Francisco Arcos Curro, un egabrense preparado para correr desde Hendaya hasta su localidad natal por un éxito mucho mayor que una medalla o un trofeo. Su motivación es otra muy diferente, colaborar en la normalización vital de los niños con necesidades especiales. Y ahí surge especialmente la figura de Izán, un pequeño del municipio de la Subbética afectado por una meningitis. Igual que al chico y a su familia, el atleta pretende ayudar también a la asociación Borrando diferencias.

La iniciativa de Francisco Arcos es tan curiosa como complicada, pero la finalidad con que la idea bien merece la pena. Natural de Cabra, Curro, como es apodado, es atleta casi a la fuerza. Debido a problemas en la espalda, por una desviación de columna, el generoso deportista hubo de pasar años atrás por diversas operaciones. Las distintas intervenciones quirúrgicas no permitieron una mejoría mucho mayor de su situación, por lo que obtuvo certificación de un 53% de minusvalía. Fue a partir de ese momento, en que además se vio obligado a dejar su trabajo, que le suponía un esfuerzo al que no podía someterse, cuando comenzó a correr. Lo hizo, como es lógico, tras recibir la autorización de sus doctores. Y no le ha ido mal desde entonces, hace una década ya, pues acumula podios en categoría de discapacitado en numerosas pruebas.

Pero su creciente pasión por el atletismo, que compagina desde hace tiempo como empleado de una empresa de servicios cuya plantilla es íntegramente de personas con discapacidad, no quedó en las competiciones. Vio la ocasión de tratar de ayudar a otros, como va a hacer a partir del 6 de septiembre. Ese día, Curro arranca un reto de magnitud: va a recorrer, a la carrera por decirlo así, los cerca de 900 kilómetros que separan Hendaya de su Cabra natal. Una propuesta deportiva de carácter solidario a la que había dado forma antes de la pandemia de Covid-19 con alguna diferencia. La primera idea fue cubrir la distancia entre Barcelona y la localidad de la Subbética, pero la crisis sanitaria lo impidió. Y al tiempo le supuso la oportunidad de efectuar un gesto más, éste en el plano simbólico: homenajear a los emigrantes que un día cruzaron por la frontera francesa.

Cuenta en este último aspecto que tanto sus padres como él, así como familiares y muchos conocidos, fueron emigrantes. Por tal motivo, recibirá sendos reconocimientos en Hendaya y en Irún, tras cruzar la limitación entre el país galo y España. Pero lo más relevante de su aventura está precisamente en el objetivo con que la afronta. Curro va a acometer una recaudación de fondos para su vecino Izán y la asociación Borrando diferencias, también de Cabra. El primero es un chico que sufrió hace unos años una meningitis B, grave enfermedad que superó aunque con secuelas. El padecimiento le dejó mermado en sus capacidades motrices, lo que provocó en su día una corriente solidaria en la Subbética y en la provincia. Mientras, el colectivo nació y permanece con la intención de favorecer un mejor desarrollo vital a los niños que, como el propio Izán, tienen necesidades especiales.

De ahí el nombre de la iniciativa, que no es otro que ‘Corriendo por los niños’. Bajo ese lema, Francisco Arcos va a partir de Hendaya el 6 de septiembre para completar el ya referido recorrido de casi 900 kilómetros hasta Cabra en 21 etapas. La llegada la tiene prevista para el 26 de septiembre, tras lo que se va a celebrar además una jornada lúdica para obtener más fondos. Señala el protagonista de este interesante desafío, al que se han adherido numerosas empresas e instituciones, que va a realizar una media diaria de 42 kilómetros, si bien algunos días la distancia va a ser de 55 y otros de 37, por ejemplo. Para ahorrar costes, por cierto, va a tener el respaldo de la mayoría de los ayuntamientos de las ciudades en que va a finalizar cada maratón diario. Se va a dar este aliento en forma de alojamiento y comida.

Pero, ¿de qué forma se ayuda a los niños con necesidades especiales? Es fácil, tan simple como con aportaciones a un número de cuenta o a otro de Bizum o por medio de dorsales solidarios. De un lado, se pueden realizar ingresos por transferencia en Es79 0237 0210 30 9172664318, vía abierta a través de Cajasur. De otro, es posible hacerlo también mediante la fórmula cibernética con los siguientes dígitos: 3254. Toda colaboración es poca cuando la causa es tan buena y necesaria, y en el apoyo de la gente tiene puestas las esperanzas Francisco Arcos. Curro, además y en otro orden pero dentro de la propia iniciativa, va a compartir su experiencia a través de redes sociales. Imágenes y anécdotas van a aparecer en el perfil @currocorriendo tanto en Instagram como en Facebook.

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