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El otro ascenso: el poder de Vista Alegre

Lleno en Vista Alegre en el 'play off' ante el Mengíbar | ÁLEX GALLEGOS

Rafael Ávalos

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Tanto en tan poco. Por mucho que se reitere, nunca va a ser suficiente. El ascenso a Primera es histórico, no sólo por lo que conlleva para la disciplina y para el deporte en general de la ciudad, sino por la evolución del equipo. El Córdoba CF Futsal alcanza la máxima categoría nacional del fútbol sala sólo seis años después de su creación. Un éxito éste que no puede pasar desapercibido. De ahí que, con muchos jugadores que recorrieran la mayor parte de ese trayecto, la fiesta fuera -y aún sea- total. El salto a la élite tiene como secreto la línea elegida por el club y el trabajo de su cuerpo técnico y jugadores. Pero también es importante otro factor: el del respaldo de la afición. En el apoyo de la hinchada se fundamenta por otro lado el logro de los blanquiverdes. No en vano, del semivacío en las gradas se pasa hoy por hoy al “no hay billetes”.

El crecimiento de la masa social en torno a la entidad es más que significativo. Sobre todo en los dos últimos años, en los que la media estuviera entre los 1.000 y 1.500 espectadores. Es la historia del otro ascenso, el relato del poder de Vista Alegre. Muy atrás quedan ya los tiempos en que apenas algún centenar de personas siguieran de cerca al equipo fundado por José García Román. Como Minuto 90 actuaba en división provincial, desde donde enseguida pasó a Tercera y después a Segunda B. En esos tiempos, el club luchaba, con la fuerza de su profesionalidad -la misma que mantiene hoy en día- pero con escaso seguimiento. En la categoría de bronce poco a poco sumó adeptos, si bien no se reunían ni mucho menos tal como ahora.

Las dos grandes temporadas en Segunda B, la primera con un meritorio cuarto lugar y la siguiente con un segundo puesto, atrajeron a los más grandes amantes del fútbol sala de la ciudad. Aun así, faltaba un impulso final. En su cuarto año de historia, quizá se contaban por 300 o 400 espectadores los que acudían a Vista Alegre. El ascenso a Segunda terminó de ser la llamada de atención para los aficionados, que aun sin ir en demasía a obtener abono de temporada, sí que se vieron seducidos por el proyecto. También ayudó el hecho de que el Itea Automatismos -que ya se llamaba así- tuviera el inicio de su camino común con el Córdoba CF. Los colores y el escudo hicieron el resto en este sentido.

Con todo, la cifra de seguidores en el Palacio Municipal de Deportes no aumentó de manera clara hasta esta campaña. En la pasada, la del debut del equipo en Segunda, la media de espectadores podría estar en torno al millar o los 1.200. Y eso que el arranque tuvo lugar ante 1.500 personas para recibir al Puertollano (2-5). En otras ocasiones, se bajó de los 1.000 hinchas. Como suele suceder, los triunfos invitaron a más gente, que se sumó conforme avanzó el curso y se vislumbraba la posibilidad de jugar el play off. De ejemplo sirvan los tres últimos encuentros de la 2017-18 en Vista Alegre. Ante el Prone Lugo y ante el Rivas, el Córdoba CF Futsal estuvo acompañado por 2.000 seguidores. En el cierre del campeonato, con el amargo final por la derrota ante el UMA Antequera, el número se elevó a 3.000.

Fue esta campaña, la que ha terminado con el histórico retorno del fútbol sala de Córdoba -de la capital y la provincia- a Primera, cuando definitivamente creció el apoyo a los de Maca. La liga regular comenzó con 1.000 espectadores ante el Santiago y el Noia. Se registró un pico ante el Barça B, con 1.800, y después ante el Mengíbar se percibió una subida sin el reclamo del rival: 1.200. El avance del curso hizo que paulatinamente se superaran los 1.500 para que ya no se bajara de ahí. En los dos últimos choques de Segunda, ante el Betis y el Rivas, se llegó a los 2.500 y 3.000 espectadores en el Palacio Municipal de Deportes. Para el play off, también ante el cuadro heliopolitano y ante el Mengíbar, el club tuvo que recurrir al cartel de “no hay billetes”. Vista Alegre volvió a llenarse años después, alguna que otra década incluso, y vibró de la mano del conjunto blanquiverde. El triunfo en lo que a masa social ya se había conseguido, faltaba la victoria en la pista. Llegó en tierras jiennenses. Éste es el otro ascenso: el del lleno de unas gradas antes solitarias.

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